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Estudiante de 17 años moviliza a 20 mil personas para reducir IVA de los libros Fernanda Moya es amante de la lectura

Estudiante de 17 años moviliza a 20 mil personas para reducir IVA de los libros

Subió una petición a una plataforma. “Es difícil pensar que en un país como Chile, donde el precio promedio de un libro equivale al 5% del sueldo mínimo del país, los padres de familia puedan llevar libros a sus casas para incentivar la lectura en sus hijos”, reclama.


Fernanda Moya, de 17 años, es una estudiante amante de la lectura, que está preocupada por el alto precio de los libros. El IVA del 19% que los afecta, según el estudio sobre comportamiento lector del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, es el más alto del mundo, y por eso muchas personas como ella no pueden comprar los libros que les gustaría para darle rienda suelta a su imaginación.

Es por eso que la estudiante creó en la plataforma de Change.org una petición pidiendo al ministro de Cultura, Ernesto Ottone, que elimine el IVA de los libros.

Cabe recordar que la dictadura militar del general Augusto Pinochet impuso el gravamen en diciembre de 1976.

“Es muy contradictorio que Chile, único país de Latinoamérica con dos Premios Nobel, ambos en Literatura, y donde en este momento la educación es un tema fundamental, la lectura –que es una parte muy importante en la educación de cualquier persona– no sea de fácil acceso por el costo de los libros. Muchos lectores debemos elegir entre pagar el metro o comprar un libro”, explica en su petición.

Moya comparte que lamentablemente casi nunca se puede comprar un libro nuevo u original, por el alto precio que tienen. Por eso los compra en la calle, donde muchas veces les faltan páginas o están rayados.

Más de 19 mil chilenos ya han apoyado la iniciativa de Fernanda.

Francisca Calca, por ejemplo, dice que hay que eliminar el IVA a los libros “porque un país que está en plena reforma educativa debe garantizar la democratización de la educación. De lo contrario, el sustento ideológico de esta reforma solo queda en el discurso”. Otra firmante, Patricia Cortés, por su parte, señala: “Necesito leer , con los precios de los libros, mi necesidad se ha convertido en un lujo. No es justo que algo tan esencial como la cultura esté gravado con impuestos”.

“Es difícil pensar que en un país como Chile, donde el precio promedio de un libro equivale al 5% del sueldo mínimo del país, los padres de familia puedan llevar libros a sus casas para incentivar la lectura en sus hijos”, concluye Moya.

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