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Manuel García: “El valor patrimonial de Violeta ha superado las fronteras transformándose en un mapa estético de Chile” Este domingo se celebra el Dia del Patrimonio

Manuel García: “El valor patrimonial de Violeta ha superado las fronteras transformándose en un mapa estético de Chile”

El popular cantautor, que por estos días se encuentra realizando conciertos sobre los 10 años de su primer disco Pánico, como miembro del directorio del Museo Violeta Parra y como uno de los seleccionados para organizar los festejos de su centenario, opina que la herencia de Violeta, su obra, ha penetrado en la conciencia histórica de los chilenos y recomienda celebrar el Día del Patrimonio juntándose con un vecino, “cocinar una cosa con tus manos, servir un vino con cariño”.


Manuel García le debe mucho a Violeta Parra. Le debe la luz, el sendero, su reflejo. “Si se piensa en esa especie de romería de la niñez a la adolescencia, la juventud, todo aquello aparece como la metáfora de un bosque oscuro; la luz que iluminó siempre, la lámpara que nos llevó por un sendero donde encontrarnos nosotros mismos como persona, donde reflejarnos, donde recuperar nuestra dignidad, donde entendernos como latinoamericanos y como chilenos, fue la obra de la Violeta”.

El cantautor nacional que, por estos días, se encuentra trabajando en la recreación en vivo de su primer disco solista, Pánico que lanzó hace 10 años, y en terminar de dar los últimos toques a su nueva producción discográfica que aparecerá a fin de año, opina que en la conciencia histórica de los chilenos, y no solo en de la de los músicos, el valor patrimonial de Violeta ha superado las fronteras de lo artístico para convertirse en “un mapa estético y sociocultural de Chile”.

“Si te fijas bien, las canciones de Violeta son las más representativas para los estudiantes, para el norte, para Chiloé, para el pueblo Mapuche, para el mismo Santiago, lo que significa que ahí tenemos como un mapa estético y de reflexión filosófica muy potente, ya que fue escrito antes de que viniera la dictadura. La vigencia de sus canciones es alucinante”, reflexiona.

Para el aniversario del próximo año de Violeta, en el que se cumplen cien años de su nacimiento (4 de octubre 1917), se preparan homenajes y celebraciones, que se espera sean equivalentes a su peso patrimonial.

García hará lo suyo, desde dos fuentes: desde el escenario y en su calidad de miembro de directorio del Museo Violeta Parra.

“Me siento en un lugar de privilegio. Los artistas estamos buscando siempre desde donde poder levantar no sólo nuestra voz sino que el sentido del espíritu de lo que significan las culturas que habitamos y en este caso la cercanía con la obra de la Violeta Parra que de alguna forma es la síntesis más perfecta de la cultura chilena”.

“Me permite estar cerca de gente que ha trabajado mucho y durante muchos años para que esta visión de la Violeta se concrete en Chile como algo dirigido hacia los niños, la población, los obreros, los trabajadores, la gente. Me considero parte de una nave que es un centro de operaciones pensante emocional también desde donde se resguarda una visión, que es esta visión profunda y amorosa de Violeta”.

Volver a los 17 es una de las canciones con las que Manuel termina su show de recorrido por su disco Pánico, y cuando la interpreta dice que el público se dejar llevar con los ojos muy abiertos por la intimidad y profundidad de de las canciones de Violeta, haciendo que despierten.

“A veces, es como si las canciones pudieran dormir, se duermen cuando la gente las ve lejanas a ellos mismos, las está cantando desde un ambiente y un espacio meditabundo como si sólo fuera un recuerdo anquilosado en el tiempo. Como si la letanía con la que cantamos a veces lo latinoamericano fuera una cosa como de hundirse en un pensamiento lejano, que tuviera que ver con el día a día. Cuando pasa eso las canciones están dormidas”.

“Cuando las canciones abren los ojos, es cuando la gente necesita que esas canciones estén despiertas. La energía que se junta a mitad de estrofa, a mitad de canción pareciera que uno no va a llegar al final, pareciera que uno va a estallar. Eso pasa porque la gente también está con esa animosidad de escuchar rompiendo este prejuicio histórico que son viejas canciones melancólicas del campo chileno, como alguna vez se quiso caricaturizar las obras de nuestro folclor”.

Eso que ocurre con García no pareciera ser un fenómeno exclusivo. En palabras del compositor, la obra de Violeta tiene un impacto profundo en la nueva generación de músicos, “que tienen una impronta distinta y forma de trabajar a lo que fue la canción nueva. Habla también de una escena Siglo XXI”.

“No hay ninguno que no haya homenajeado, recogido, cantado y valorado su raíz en la propia Violeta y, al mismo tiempo en toda esta juventud no hay ninguno que no entienda que cuando se sale de Chile, una de las cosas importantes de reconocer, de cantar, de contar, es el nombre de Violeta Parra.

“Eso hace que podamos hacer gran cantidad de versiones. Seguramente no hemos escuchado toda la música que se ha vuelto a revisitar de la Violeta en lenguajes distintos y de distintas generaciones que hacen que la obra siga teniendo una vigencia muy importante. Ahora que vivimos en estos últimos 5 o 10 años de nuestra historia donde la gente ha comenzado a manifestarse con mayor fuerza y decisión por distintos temas que antiguamente no nos enterábamos”.

En el día del Patrimonio que se celebra este domingo, Manuel García recomienda muchas cosas que se pueden hacer como visitar el Museo de Violeta, pero también muchas otras que no incluyen necesariamente salir a un lugar y pagar pasajes. Para el cantautor celebrar el patrimonio y en especial el de Violeta bastaría con compartir con el vecino y dejar el celular un rato para conversar.

“Hay que tener la intención de conocer, de saber, hacer el esfuerzo, investigar, revisar un libro.  Muchas cosas nos pueden llevar a Violeta. Acercarse a ella desde Pablo de Rokha, o a través de su hermano Nicanor, y de ahí saltamos a la gente que hace canción popular con el guitarrón, etc. Para mí lo ideal es llegar siempre a los ritos familiares y celebrar el patrimonio desde la cocina de tu casa, desde el encuentro con los amigos, cocinar una cosa con tus manos, servir un vino con cariño, recibir al otro, suspender el tema del teléfono para poder estar junto a los que están alrededor de la mesa o la conversación”.

 

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