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Tras la pista de Julio Villalobos, fundador de los Blops y sus 500 canciones inéditas Crónica a un ícono de los 60

Tras la pista de Julio Villalobos, fundador de los Blops y sus 500 canciones inéditas

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Este martes, Julio Villalobos, el músico y unos de los líderes de los Blops que por años se pensó desaparecido, cumplió 69 años. Esta crónica da cuenta del encuentro que sostuvieron con él, un grupo de jóvenes músicos que se dieron la tarea de rastrear sus pasos hasta encontrarlo. Lo que hallaron fue un músico que no ha perdido su compromiso con la creación y que ya tendría medio millar de canciones inéditas.


El 20 de Abril del 2011 empezó una historia.

Uno

Llevábamos un rato buscando a Julio Villalobos, algunas voces decían que había muerto joven, otras que se había ido hacia las montañas, el campo, que vivía en el extranjero.

No faltaba quien por ahí hablaba de un «virtuoso guitarrista que había abandonado la música y la vigilia del mundo, víctima de una esquizofrenia hace ya varios años».

Teníamos una dirección aproximada, incluso un mapa para no perdernos, pero nos perdimos.

Luego de buscar casa por casa, de preguntar a todos los que pasaban por la calle, si es que por ahí vivía un músico o alguien con el pelo un poco más largo que lo común, lo encontramos.

-Hola don Julio, buenas tardes,venimos a verlo porque queremos conocerlo hace rato, le dijimos.

Se abrió la puerta, al poco rato estábamos sentados en su mesa, tomando cafecito, comenzando a conocernos.

Julio Villalobos llevaba muchos años sin tocar, decía que ya no le interesaba, que no se le ocurrían cosas, que para qué.

Le parecía extraño que gente joven se interesara por el trabajo de Los Blops, la banda que había fundado a los 16 años, en 1964.

Le llamaba la atención que gente joven quisiera hacer música con él. Encontraba graciosa la idea de recibir semana tras semana a un montón de jóvenes y ver que ocurría con la mezcla de diversos instrumentos e historias.

Para él, que comenzó desde muy niño a experimentar con las posibilidades de la música (con 8 años ya tocaba acordeón, piano, cuatro, violín y guitarra), la idea de formar y dirigir un colectivo de improvisación libre que promoviera el diálogo fluido de sonidos entre sus integrantes, mas allá de convenciones o prejuicios, le generaba un dulce entusiasmo, sobre todo porque el experimento se desarrollaría en el living de su casa.

Lo primero fue percutir la mesa y tocar con la cuchara el interior de vasos con agua, tomar un instrumento y mover los dedos libremente; lo siguiente: escuchar música en conjunto. Los Beatles, Magma o la señora Violeta Parra antes de ir corriendo a sumergirse en las caóticas armonías que nacían mientras se iban pasando las tardes, los días, los meses. «Eso hacían los Blops»-comentaba el profe-«Escuchábamos y tocábamos».

Dos

El sonido del Julio es peculiar. Su estilo para componer y tocar es marcadamente propio y, a la vez, pleno de influencias.

Durante sus años en el conservatorio de la Universidad de Chile, dio forma a inquietudes que venían acompañándolo desde la remota primera vez en que escuchó la versión de The Marcels para Blue Moon, y quiso tomarse en serio el ser guitarrista.

Tomando clases particulares con el maestro Arturo González comenzó a pulir su talento, que mezclado con su admiración hacia los Beatles y los Rolling Stones y su devoción por Johann Sebastian Bach y Violeta Parra (quien le entregó una copia de sus Últimas Composiciones), abrieron paso a obras como Santiago Oscurece El Pelo En El Agua, La Rodandera o El Río Dónde Va, que-según Luis Le Bert-es la esencia absoluta del guitarrismo chileno.

Con los Blops registró 2 discos fundamentales para comprender el desarrollo de la música popular chilena (recientemente reeditados por el sello español Guerssen, con base en Cataluña), acompañó con guitarra a Ángel Parra en Al Mundo Niño, Le Canto y Canciones Funcionales, además de una serie de canciones aparecidas en Canciones de Patria Nueva y Cuando Amanece El Día.

Un día, Víctor Jara lo llamó para mostrarle dos canciones que quería registrar. La primera fue Abre La Ventana(en cuya grabación también participa Eduardo Gatti), la segunda, la canción título del disco que definiría los esfuerzos de La Nueva Canción Chilena: El Derecho De Vivir En Paz, que contó con los Blops en pleno como banda de apoyo.

Labor similar desempeñaron junto a Patricio Manss (en su disco homónimo, de 1971) y Carmen Luisa Parra, aunque esto último nunca llegó a publicarse (aun así, sobreviven 2 canciones junto al grupo).

En aquella época dorada de la cultura nacional, Julio Villalobos era reconocido como uno de los músicos mas brillantes de su generación.

Tres

Definir al Julio no es tarea fácil.

Ir de visita a su casa es sinónimo de sorpresas inesperadas. Su genial capacidad para generar melodíaas lo acompaña todo el día, dando vida al sonido con lo que haya a mano en el momento.

Hay gente que dice que debe tener alrededor de 500 canciones inéditas.

A Julio Villalobos

Brilla la estrella noctámbula
Y allá a lo lejos, caminamos
Por una misma inmensa dimensión
[Sin que nadie se percate] en el silencio estático
De las ciencias ineptas, de los Soles apagados

Brillamos
Desde que
La luz se
Entromete en
Nuestras
Ventanas

Y existimos
Mil veces más que
Este mundo infame

«La música hace que lo invisible aparezca»-me dijo Julio una vez, mientras mirábamos los fuegos artificiales, el año nuevo del 2012.

Ayer 14 de marzo, cumplió 69 años.

Ojalá sus aportes sean reconocidos algún día.

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