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Millarca, el primer asteroide en recibir el nombre de una geóloga chilena Ocurrió en la reciente conferencia internacional astronómica ACM de Montevideo

Millarca, el primer asteroide en recibir el nombre de una geóloga chilena

Fue oficialmente descubierto en 1981 y hasta hace poco era identificado con un código numérico. Ahora recibió su nombre en homenaje a la investigadora nacional Millarca Valenzuela, por su aporte en el estudio de meteoritos que desarrolla en el desierto de Atacama. La galardonada alerta sobre la preservación de estas rocas extraterrestres, que pueden servir de base para descubrir informaciones importantes como el origen de la vida en el planeta.


En un hecho inédito, la geóloga chilena Millarca Valenzuela recibió el honor de tener un asteroide que lleva su nombre, en homenaje a la contribución de sus estudios en el área de los meteoritos en Chile.

El nombramiento ocurrió en el marco de la conferencia Asteroids, Comets and Meteors (ACM) 2017, realizada en Montevideo entre el 10 y 14 de abril pasado.

La geóloga es la única experta en el país que se dedica a estudiar los meteoritos en su área. Valenzuela es miembro del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) y del Centro de Astroingeniería UC (AIUC).

Además creó el primer sistema nacional de seguimiento y observación de meteoros, un proyecto llamado CHACANA (Chilean Allsky Camera Network for Astro-Geosciences), que detecta los meteoritos que caen el desierto del Atacama.

Tarea titánica

El asteroide Millarca fue oficialmente descubierto en el 2 de marzo de 1981 en el observatorio Siding Spring, de Australia.

Hasta la fecha ha sido observado 663 veces. La última fue el 27 de marzo de este año. Hasta la nominación era identificado por medio de un código numérico (11819). Está ubicado en el Cinturón Principal de Asteroides, a una distancia aproximada de la Tierra de 254,4 millones de kilómetros, y se demora cerca de cinco años terrestres en completar la órbita en torno al Sol.

«Soy la única que estudia meteoritos en el país, entonces ha sido una tarea titánica recopilar información acerca de ellos. Ha sido un reconocimiento más que nada como persona, por mantenerme con una temática que no es una área prioritaria en Chile», declara.

Saqueo sin control

La investigadora afirma que el reconocimiento es una manera de dar importancia al estudio de los meteoritos, sobre todo ahora que los resultados de sus estudios empiezan a salir a la luz. Pero advierte que no hay un control sobre la extracción de los mismos del territorio nacional.

«Sabemos que ahora, después de tantos años en el desierto buscando, hay mucha gente que ha puesto los ojos en Chile para hallar los meteoritos. Antes venían una vez al año, ahora supimos que en marzo hubo por lo menos cuatro grupos que vinieron a buscar meteoritos sin avisarle a nadie», alerta.

Para la científica es preocupante, porque esa exploración sin control puede vacíos importantes en información. «Hay que dedicarse también en parte a esa labor que está pendiente: la protección del patrimonio».

La importancia de los meteoritos

El desierto de Atacama, por las condiciones de aridez que posee, es como un templo de historia de los meteoritos. Según explica Millarca, es posible recuperar algunos que cayeron hace poco, hasta los que podrían haber llegado hace un millón de años. Así se genera una acumulación que contiene información valiosa.

“Hace diez años trabajo con un grupo de colegas, principalmente franceses, y buscamos cada año los meteoritos en el desierto. Con eso hemos hecho una colección oficial que ha aumentado desde 60 en 2005, hasta 950 actualmente. Eso ha generado nuevos conocimientos relacionado con el flujo de material extraterrestre en la Tierra”, señala.

Con el material encontrado en los meteoritos se pueden averiguar datos importantes para el estudio científico, que incluso den pistas sobre cuestiones históricas de la humanidad sin resolver.

“Nuestro objetivo es encontrar los más raros, aunque hasta el momento hemos logrado catalogar los más usuales. Los meteoritos generalmente son fragmentos de asteroides, y a veces provenientes de otras cosas o lugares como Marte o la Luna, estos son los raros. Hay muchos interesantes también que contienen materia orgánica y otros elementos volátiles que ayudan a entender el origen del agua y de la vida en la Tierra”, concluye.

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