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«Tanto duele Chile» el libro que surge de lo periférico para gritar el Chile real Richard Sandoval narra en una serie de crónicas la vida cotidiana la gente de barrios populares

«Tanto duele Chile» el libro que surge de lo periférico para gritar el Chile real

Los personajes de «Tanto Duele Chile» son personajes comunes: un señor que atiende en una fuente de soda de barrio, la madre que trabaja horas extras como nana para poder educar a sus hijos o el niño que lucha contra todos los temores para poder cumplir sus sueños de ser alguien. «Para mí este libro es un grito, un grito que nace desde el dolor individual, dolor que se sana y que madura para luego encontrarse con otros que también están o han estado dolidos», dice el autor.


El Chile real, lejos de la farándula o los círculos de poder, es retratado en «Tanto duele Chile» (Editorial Los Libros de la Mujer Rota), el tercer libro del escritor y periodista Richard Sandoval (Santiago, 1987), director del sitio Noesnalaferia, que fue lanzado recientemente en el Centro Arte Alameda, presentado por el escritor Jorge Baradit y la diputada Camila Vallejo.

Se trata de un libro de 164 páginas agrupados en tres capítulos -«Ayer», «Hoy» y «Tanto duele Chile»- con una serie de crónicas, un en 80% inéditas.

Los personajes son, en palabras del autor, «ese señor que atiende en una fuente de soda de barrio, la madre que trabaja horas extras como nana para poder educar a sus hijos ante la ausencia de un padre, el niño luchando contra todos los temores para poder cumplir sus sueños de ser alguien».

«Para mí este libro es un grito, un grito que nace desde el dolor individual, dolor que se sana y que madura para luego encontrarse con otros que también están o han estado dolidos», remata Sandoval, que antes escribió libros «Colo Colo ya no es de Chile» -junto a Dante Faúndez- y «Soy Periférico».

Lanzamiento del libro «Tanto duele Chile» con Jorge Baradit, Richard Sandoval y Camila Vallejos.

«La Historia, con mayúsculas, hace mucho tiempo que dejó de ser ese listado de eventos de enorme magnitud y relevancia con que nos atormentaban cuando éramos niños», escribe Baradit en la contratapa del libro.

«No se reduce a grandes batallas, nombres difíciles de pronunciar y los hechos de generales y presidentes. Richard entiende eso y nos deja una cápsula de tiempo para los arqueólogos e historiadores del futuro, una serie de postales congeladas sobre instantes, personajes diminutos y lugares entrañables», señala ese comentarista.

En palabras del crítico literario Vicente Montañés, del diario Las Últimas Noticias, se trata de «un ‘viaje’ personal y social desde la infancia y sus pérdidas hasta una actualidad de inevitable denuncia».

«Se valora la evidente libertad expresiva, acaso un signo de los tiempos en que mueren los tabúes», escribió Montañés, mientras el periódico La Tercera señala que en la obra «se muestran las deficiencias de nuestro país con una mezcla de nostalgia y humor, una amalgama necesaria para que sobrellevar las falencias del día a día».

Un proyecto frustrado

Este libro nace de un proyecto frustrado. El año pasado, un diario invitó a Sandoval a escribir crónicas urbanas para una iniciativa que al final no se concretó. Sin embargo, Sandoval guardó las crónicas y recibió luego una invitación a publicarlas en Los Libros de la Mujer Rota.

En una de ellas, «La estampida de Pío Nono», por ejemplo, Sandoval muestra «el mágico momento en que termina el carrete en Bellavista a las cinco de la mañana, momento en que fulguran hombres, mujeres, comidas y múltiples olores».

«Son cien metros cuadrados en los que puede pasar de todo», escribe en esa crónica. «A las cinco de la mañana termina la fiesta en el barrio Bellavista y la explosión es conmovedora. La oscuridad se detiene y encuentra en las veredas de Dardignac, Antonia López de Bello y Pío Nono una especie de invasión del día, de las siluetas del día, los olores, carros y gritos de venta del día, pero cruzados por el desparpajo de la noche, la falta de tacto del alcohol en el cuerpo, el atrevimiento de personas, jóvenes y viejos, que sienten quizás su momento más libre de la semana».

Entre los textos, Sandoval destaca «Mateluna», que «da cuenta de la injusticia que deben sufrir quienes han pertenecido a procesos de lucha e insurrección popular».

«Jorge Mateluna es un ex frentista condenado a 16 años de cárcel por el robo a un banco en el que no hay ninguna prueba de su participación, condenado a una vida sin árboles en un proceso colmado de vicios que hablan de lo más cruento de nuestro sistema judicial, ese que da un trato diferente según a quien tiene enfrente, ese que condena el pasado de quienes dieron su vida por derrocar al régimen de Pinochet. Es un texto interesante porque, además, nace desde mi visión de la obra de teatro sobre el caso, escrita y dirigida por Guillermo Calderón. En la crónica vive esa obra», dice.

Para criticarse, primero sanarse uno

El libro es en un 80% de crónicas inéditas y en un 20% de algunas ya publicadas. El criterio de selección obedece a la estructura del libro, que tiene tres capítulos que se constituyen en un viaje desde el origen de la existencia del autor hasta el despertar y acción de su conciencia política y social.

«El primer capítulo se llama ‘Ayer’, y da cuenta de lugares y recuerdos que formaron mis valores, mi moral, mi identidad, como también de los traumas que complicaron mi existencia hasta dejarme en algún momento en la depresión. Mi padre murió cuando yo tenía once años y ese evento marcó para siempre mi vida, mi forma de relacionarme con el mundo, desde la precariedad, desde el miedo, desde el despojo. Esa fragilidad de alma me llevó incluso a congelar el primer año de universidad, a dos meses de ingresar», cuenta.

El segundo capítulo se llama «Hoy», y es su visión desde la adultez de la ciudad en que se mueve. Aparece la bohemia, aparecen rincones hechos para el sexo, le rinde culto a las fuentes de Soda, le hace un homenaje al Bar Serena del Barrio Brasil. Es su primera experiencia escribiendo desde el sentir una libertad plena, desde una identidad personal consolidada.

Y el tercer capítulo, que le da nombre al libro, es crónica y columna política y social dura. Y el libro, a través de ese viaje por capítulos da cuenta de algo que para él es clave: «para poder criticar el mundo primero debe sanarse uno».

En el libro están «la mujer que se viste de heroína en un incendio para salvar a sus hijas metiéndose en un pozo, el anciano que se aproxima a la muerte sin que avance la lista de espera en el hospital regional, el cabro que da su vida por los otros como voluntario de Bomberos».

Está» Luisa Toledo, la madre de los hermanos Vergara Toledo, asistiendo al lanzamiento del libro del incendio en la cárcel de San Miguel para dar una palabra de aliento, de lucha, a las familias de las víctimas. Es la señora que marcha contra las AFP y son también los osos y osas que existen, esas que no dejarán nunca de exigir a los torturadores de la dictadura la verdad de dónde están los cuerpos de los desaparecidos. Es Juan Pablo Rojas, el líder del movimiento Deuda Educativa, encontrando su vocación en el encuentro con los otros afectados por el CAE».

Chile y el dolor

Para Sandoval, este libro es un grito que expone, con sensibilidad y muchas veces ternura, en otras indignación y furia, la realidad de tantos compatriotas que sufren día a día la miseria oculta a la que condena el país cumbre del neoliberalismo.

«Es un grito que dice que para muchos Chile es una tragedia, no es el país que está en la OCDE, es el que mata a tres mil personas al año por falta de camas hospitalarias, es el que masacra los sueños de 70 mil jóvenes que se salieron de una carrera universitaria quedando endeudados por el triple con la banca. Es el de los que no saben dónde está su sitio, acosados hasta el hartazgo por una naturaleza que si no te terremotea te quema».

«Chile es el país de la resiliencia, y este libro busca dar cuenta del amor que está detrás de esa resiliencia, el amor por lo propio que permite que sigamos adelante, luchando, dando cara al dolor».

Un dolor al que el autor hace alusión en el título mismo del libro, un título «nacido desde el asombro».

«El impacto de constatar tantos vacíos en derechos y dignidad que acechan a nuestros vecinos, a nuestros familiares, a nosotros mismos. Duele Chile porque lo queremos, y no puede dejar de aquejar una estructura social, surgida desde la Constitución, que te condena a ser ciudadano de segunda categoría si no tienes capacidad de consumo. Tanto duele Chile, porque tanto duele estar gobernados por falacias, la falacia de un Estado que te consagra al derecho de elegir, derecho que se extingue para el que no tiene plata en el bolsillo», dice.

Chile actual y futuro

Una patria que, sin embargo, para Sandoval un momento clave en su historia política. Y él es optimista.

«El fin del binominal es un hito en nuestro curso democrático. Por fin se van a expresar con apego a la realidad las representatividades de las coaliciones. Se terminó el bono eterno que inflaba a la derecha», asegura.

Por ello, para él la elección presidencial también será diferente.

«Los candidatos van a a representar a proyectos claros que en algún momento se van a tener que encontrar, como pasa en países europeos. Las fuerzas transformadoras de Chile tienen un desafío inmenso para poder generar cambios en beneficio del pueblo. Sí o sí, quien gobierne con vocación transformadora, Guillier o Beatriz Sánchez, va a requerir de acuerdos con otras fuerzas para dar gobernabilidad a los giros. Pero aquí está lo interesante: ya no serán acuerdos de la vieja política de los acuerdos, van a ser acuerdo maduros bajo la convicción de hacer mejor la vida de la gente, sin vetos ni chantajes».

El autor cree que «más temprano que tarde» en Chile se va a dar un fenómeno como un Frente Amplio uruguayo, donde conviven desde democratacristianos hasta anarquistas.

«No hay otra forma de, en este país anclado en el autoritarismo, sacarnos de encima el neoliberalismo. La izquierda tiene el histórico desafío de estar a la altura, dejando de una vez las peleas más mezquinas para dar vida a una nuevo Chile», asegura.

Sandoval ve el futuro del país con esperanza.

«Creo que no podemos estar peor en el sentido de la violencia generada por el neoliberalismo. Y en línea con los desafíos para la profundización de las reformas, y la implementación de nuevas reformas, un elemento fundacional de nuestro futuro es la nueva Constitución. Salir a la calle para poner como prioridad absoluta el compromiso con una constitución que nos garantice dignidad es la llave para un futuro con esplendor».

«La historia de Chile da un mensaje: la reivindicación de nuestros derechos, el ímpetu revolucionario, aparecerá con fuerza, y es responsabilidad de todos los luchadores dar cauce a ese ímpetu para que no sea aplacado por el conservadurismo capitalista. Pero el primer paso para todo esto, es evitar el triunfo del principal representante de ese capital en la política, Sebastián Piñera, quien ya no asusta con reponer el copago y la selección, barriendo con la Ley de Inclusión. Si gana Piñera va a seguir, por mucho tiempo más, doliendo Chile».

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