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Big Data, o cuando la tecnología ya no dio abasto para procesar la producción de información Científicos de la U. de Chile analizan su impacto

Big Data, o cuando la tecnología ya no dio abasto para procesar la producción de información

Marta Apablaza R.
Por : Marta Apablaza R. Colaboradora. Periodista del Dpto. de Ciencias de la Computación (DCC) de la Facultad de Cs. Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y del Núcleo Milenio CIWS.
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Es un concepto del que ya se habla a diario y que también despierta preocupación por el uso que se podría dar a la información personal. ¿Pero qué es y hacia donde va? Aquí algunas respuestas.


Hace sólo un par de décadas nació el concepto «Big Data», término que vemos cada día en los medios de comunicación y es utilizado por empresas, instituciones y ciudadanos. No obstante, no son muchas las personas las que entienden lo que verdaderamente significa.

Jorge Pérez, investigador del Núcleo Milenio de la Web Semántica (CIWS) y académico de la Universidad de Chile explica que el concepto nació cuando la velocidad de producción de datos superó la velocidad en que avanzaba la tecnología que se usa para procesarlos.

Es decir, a través de nuestras tablets, transferencias bancarias, llamadas telefónicas, reservas médicas online, los seres humanos del planeta tierra estamos produciendo más datos de lo que los científicos y computadores pueden analizar.

“La mayor parte de la información generada por la humanidad ha sido generada sólo en el último año”, afirma Pérez.

La diferencia crucial con épocas pasadas, indica el académico, es que nos encontramos desde hace algunos años en un punto donde la mayoría de las tecnologías usuales ya no dan abasto para procesar tal cantidad de información.

Uno de los primeros que visualizó esta revolución de los datos fue Jim Gray, científico de la computación que a inicios del 2000 hablaba del «cuarto paradigma de la ciencia».

Gray predijo que el siguiente paradigma sería la ciencia de los datos o “Big Data”. Desde ese entonces hemos visto una profunda transformación en nuestras vidas.

Muchas tareas de análisis que involucran grandes volúmenes de datos producidos por distintas fuentes se realizan fácilmente y en cuestión de segundos.

Actualmente, se utilizan grandes cantidades de datos no sólo para fines científicos sino para apoyar la toma de decisiones en diversos campos como lo son las finanzas, el marketing, la salud y, en menor medida, las políticas públicas.

Se dice que las grandes firmas tecnológicas como Google, Facebook, Twitter y Amazon basan su negocio en el análisis de las grandes cantidades de datos que proveen sus usuarios.

Un ejemplo de cómo usar los miles de millones de datos depositados en Twitter -explica el investigador CIWS- es Twicalli, plataforma web que determina el impacto que un sismo tiene en la población a través de esa red social. La plataforma determina -muchas veces más rápido- que los sensores hasta donde se percibió el sismo de turno.

Con el uso del concepto “Big Data” en todos los ámbitos. ¿Cuál será su futuro? ¿Llegaremos a una sociedad que no tenga privacidad? ¿Pueden ser nuestros datos manipulados?

Los investigadores de las ciencias de la computación afirman que es muy difícil hacer predicciones o adaptarse.

“Está apareciendo la ansiedad, y emergiendo la idea de que hay un ‘ente’ que está por sobre nosotros. Más aún, las pocas herramientas que hay para sacar provecho de estas cantidades de datos están en manos de unos pocos, en particular, grandes empresas tecnológicas, o gobiernos con muchos recursos, lo que hace que el común de las personas esté totalmente fuera del fenómeno”, explica Pérez.

¿Existen dimensiones éticas del Big Data? ¿Hasta qué punto las empresas pueden utilizar nuestros datos?

Claudio Gutiérrez, investigador del Núcleo Milenio CIWS y académico de la Universidad de Chile responde: “El uso de las herramientas del Big Data no tiene una ética en particular. Es la misma ética de la gente que trabaja con información y conocimiento”.

“El uso de grandes volúmenes de datos puede hacerse para buenas o malas causas, con fines éticos o no éticos. A través del análisis de grandes volúmenes de datos puedo saber qué población bombardeo, o dónde hay más hambruna en África. Como toda metodología científico y tecnológica, tiene usos sociales, y luego ética asociada”, sentencia.

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