Publicidad
Libro Juventud, rebeldía y revolución: La reforma universitaria en la Universidad Católica Libros de actualidad en la crítica de Gonzalo Rojas Sánchez

Libro Juventud, rebeldía y revolución: La reforma universitaria en la Universidad Católica

Alejandro San Francisco va mostrando con delicadeza cómo los aspectos académicos fueron siendo gradualmente opacados  -aunque no eliminados-  por otras dos dimensiones reformistas: el cambio de rector y de los métodos para su elección, por una parte, y, por otra, la vinculación de la universidad con los procesos de cambios del país.


Rico y equilibrado en el uso de fuentes, escrito con apego a los cánones narrativos más que a los interpretativos, el excelente libro de Alejandro San Francisco viene a contribuir decisivamente a la discusión sobre los orígenes, contenidos y méritos de la toma y la reforma en la P. Universidad Católica de Chile, justo a 50 años de ese acontecimiento.

Los orígenes. Qué bien establecido queda en el texto que la reforma venía siendo impulsada desde mucho antes del 11 de agosto de 1967 y que en su promoción y desarrollo no sólo se habían empeñado diversas FEUC demócrata cristianas desde comienzos de la década, sino varias facultades y la propia rectoría. Los cambios importantes en investigación, y extensión que la universidad experimentó entre 1953 y 1966 –rectoría Silva Santiago-  hablan bien de esa tesis. Poco se había modificado, eso sí, la docencia, y ahí había mucho que hacer. Bien en claro le queda al lector, por lo tanto, que la toma era perfectamente evitable y que los procesos de reforma podían haber seguido su rumbo sin necesidad de esa medida de fuerza.

Los contenidos. El autor va mostrando con delicadeza cómo los aspectos académicos fueron siendo gradualmente opacados  -aunque no eliminados-  por otras dos dimensiones reformistas: el cambio de rector y de los métodos para su elección, por una parte, y, por otra, la vinculación de la universidad con los procesos de cambios del país. En estos días de conmemoración se  ha insistido mucho en lo primero y se ha minimizado lo segundo y lo tercero, quizás porque en momentos de serias amenazas para la autonomía universitaria –como son los que se vienen-  no resulta nada conveniente recordarlo.

Los méritos. Tres aspectos vale la pena considerar en esta dimensión, desigualmente tratados por el autor.

En primer lugar, los vínculos de la toma y del movimiento reformista con el gobierno de Frei Montalva y con el cardenal Silva Henríquez, arzobispo de Santiago, quien no era el Gran canciller de la Universidad. Al respecto, nada de bien parados quedan los líderes de la toma en cuanto a su independencia de esos poderes. Y con más sorpresa mira el lector la actuación de las autoridades presidencial y arzobispal. A continuación, la valoración de la toma como un acto de violencia, justificable o condenable. Aquí ciertamente el libro se detiene poco, pudiendo haberse enfocado mucho mejor en esa dimensión importantísima de la vida pública. Y, finalmente, en la cuestión teórica y práctica que  significaba que un partido político condujera un proceso universitario, vulnerando la autonomía tanto de la FEUC como de la propia universidad. Respecto de este último punto, San Francisco muestra sólo tangencialmente el problema, al referirse al modo en que el Gremialismo enfrentó la toma y logró apenas un año después derrotar en las urnas al movimiento reformista.

Valiosos anexos acompañan la obra.

Alejandro San Francisco, Juventud, rebeldía y revolución. La FEUC, el reformismo y la toma de la Universidad Católica de Chile, Centro de estudios Bicentenario, Santiago, 2017, 260 páginas.

Gonzalo Rojas Sánchez. Profesor universitario.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias