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Por presión de los científicos, CONICYT da marcha atrás con polémica medida en becas de doctorado Se había tomado por falta de recursos

Por presión de los científicos, CONICYT da marcha atrás con polémica medida en becas de doctorado

Tras una carta pública firmada por 150 investigadores, otras entidades del gremio habían criticado la situación. El tema fue pospuesto hasta 2019.


La presión de la comunidad científica dio resultado. Este miércoles, la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) dio marcha atrás a una polémica medida que afectaba a los investigadores.

Los científicos que actualmente hacen uso de las becas de doctorado de CONICYT habían vivido un Año Nuevo amargo. Tras un retraso en el pago de honorarios que sufrieron los becarios, a fin de año, además un correo les informó de lo que consideran modificaciones unilaterales en sus contratos. La Asociación Nacional de Investigadores en Posgrado (ANIP) asegura que la medida se tomó por falta de presupuesto.

En una declaración pública firmada por 150 doctorandos, los becarios denunciaron «la implementación de un nuevo procedimiento que, sin previo aviso, impone cambios mayores en las condiciones de acceso a parte importante de los beneficios contemplados por la beca».

«Son medidas tomadas son modificaciones arbitrarias, informadas de manera incorrecta y sin un tiempo adecuado para adecuarse a las nuevos procedimientos, lo que perjudica directamente a quienes hoy en día aportan al desarrollo del investigación en Chile», alertó la ANIP.

Chile sufre una baja inversión en ciencia: 0,38% del PIB, según el Banco Mundial. Menos que Cuba (0,43%) o México (0,55%) y muy lejos del promedio OCDE (2,55%).

Cambio unilateral

Según los doctorandos, los cambios fueron comunicados mediante un correo electrónico el pasado 27 de diciembre de 2017, titulado «Comunicado Beneficios Complementarios».

Específicamente, del comunicado en cuestión se desprende una modificación unilateral de las condiciones de acceso, fijadas por convenio, con los estudiantes acreedores vigentes de estos beneficios, señalan los denunciantes.

«En particular, expresamos nuestra desaprobación de la reducción y condensación arbitraria del plazo para extender la solicitud de estos beneficios en sólo los meses de abril y mayo, cuya resolución, además, supone ‘una prelación de mérito académico, fundada en los puntajes finales obtenidos por los solicitantes’ con lo cual será necesario esperar hasta el mes de julio».

Para Jorge Babul, presidente de Consejo de Sociedades Científicas de Chile, lo que hizo el Coniciyt es hacer uso de la «letra chica», según la cual «los beneficios pueden ser cambiados por cuestiones presupuestarias. Pero nunca se habían hecho valer».

«Aparentemente no están los fondos para todos, así que se va a elegir a los mejores, pero como dice la declaración, no se sabe quien lo va a ver, cómo se va a acceder, en qué se van a fijar, y no dieron un plazo prudente. Se vino todo de golpe encima, lo que complica algo que ya es complicado, como es la gestión de un doctorado».

Marcha atrás

Sin embargo, aparentemente las presiones de los investigadores dieron resultado. La noche del martes, Conicyt informó en un comunicado que, «acogiendo la inquietud y preocupación de nuestros actuales beneficiarios de la Beca de Doctorado Nacional, queremos informar que CONICYT decidió postergar hasta el año 2019, la implementación del nuevo procedimiento para solicitar beneficios complementarios».

«Esta disposición, que responde al constante interés de la institución por ir perfeccionando, paulatinamente sus procesos, implica que, durante 2018, las solicitudes para acceder a beneficios como pasantías, cotutelas, gastos operacionales y/o extensión de beca para término de tesis doctoral, podrán ser presentadas por los becarios bajo la actual modalidad», indicó.

La entidad además recordó que en conformidad a la normativa vigente (Decreto Supremo 335 y sus modificaciones), la entrega de los beneficios complementarios seguirá sujeta a la disponibilidad presupuestaria y al mecanismo de evaluación que hoy implementa el Programa Formación de Capital Humano Avanzado.

Chile tiene un investigador por cada mil trabajadores (frente a los 8 de la OCDE). En el Concurso Regular del Fondecyt, el principal fondo de los científicos, a fin de año fueron favorecidos 518 investigadores de 1.902 postulantes. Desde 2013, el número de postulantes ha subido un 60%, pero la tasa de aprobación ha bajado de 56% a 27%, según Babul.

Lógica de competencia y precarización

Las causas del rechazo de los becarios a los cambios incluían, entre otros, que habían sido anunciados con apenas dos días hábiles de antelación, un plazo inviable para muchos; y que para acceder a los beneficios, los becarios y becarias debían contar con la candidatura aprobada lo cual, en la mayoría de los casos, ocurre al finalizar el segundo año de doctorado.

Un hecho especialmente criticado era «la introducción de una nueva lógica de competencia entre becarios ya adjudicados, que había estado ausente hasta la fecha y cuyas externalidades negativas son ampliamente conocidas en nuestro contexto educativo».

«Observamos con pesar que se está reproduciendo una lógica de competencia y precarización para quienes, en medio de proyectos en plena ejecución, les han cambiado las reglas del juego».

Críticas de la ANIP

El presidente de ANIP, el físico Ignacio Ormazábal, recuerda que el 29 de diciembre hubo una reunión en la sede del CONICYT con los encargados de este tema.

«Nos informaron de estas medidas argumentando que este año el dinero no alcanza para el 100% de los postulantes y con el respaldo de informe técnico, el Consejo de Conicyt se decidió hacer concursable la obtención de beneficios, como era hace algunos años atrás», señala.

«Esta medida fue informada dos días antes del plazo estipulado para solicitar estos beneficios bajo la normativa anterior, por lo que perjudica a la mayoría de los beneficiarios que se planificaron según las condiciones antes acordadas por medio de la firma de un convenio», agregó.

Para el científico, esto comprometía convenios internacionales entre universidades, pasantías de investigación y estancias largas de investigación que comprometen colaboraciones internacionales, con tiempos comprometidos con anticipación afectando tesis de los beneficiados».

Para Babul, el conflicto no era «la gota que rebalsó el vaso, el vaso rebalsó hace mucho». Concluyó que la polémica hablaba «muy mal de nuestro sistema de ciencia y tecnología. Es otro punto negro, si trataran de hacerlo peor, no podrían».

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