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La fe y la burocracia de la institucionalidad católica en la nueva ópera de Miguel Farías y Alberto Mayol CULTURA

La fe y la burocracia de la institucionalidad católica en la nueva ópera de Miguel Farías y Alberto Mayol

«El Cristo de Elqui» fue escrita junto al compositor Miguel Farías, en un escenario de rancheras y boleros, mineros, prostitutas, sacerdotes y elegidos, con el desierto y sus silencios de trasfondo. Se estrena el 9 de junio en el Teatro Municipal.


«El Cristo de Elqui», la nueva ópera del sociólogo Alberto Mayol y el compositor Miguel Farías, basada en la obra de Hernán Rivera Letelier, se estrena el próximo sábado 9 de junio en el Teatro Municipal de Santiago.

Esta historia, protagonizada por el barítono Patricio Sabaté, busca representar la voz del desierto y de las pampas nortinas, con su mezcla de rancheras y boleros, mineros, prostitutas y sacerdotes. Tendrá solo cinco funciones, hasta el 16 de junio.

“Se trata de comprender el sonido del desierto y el alma de la pampa, de la que el Cristo de Elqui sería la representación más detallada de las paradojas de un lugar donde puede aparecer un nuevo mesías o donde se puede denunciar la existencia de un loco fanático que gana adeptos”, adelanta Farías, conocido por su obra «Renca, París y Liendres».

No es la primera colaboración entre el compositor y el ex precandidato presidencial del Frente Amplio y académico de la U. de Santiago. Anteriormente escribieron la ópera “Maquiavelo encadenado”, sobre los casos Penta y Caval, aunque nunca se estrenó.

El Cristo del Elqui fue un personaje histórico, cuyo nombre real era Domingo Zárate (1898-1971), que aseguraba tener contacto con personajes divinos. Fue internado en un psiquiátrico, donde se le diagnosticó «delirio místico», y escribió varios libros antes de fallecer en el olvido.

La voz del desierto

Según sus promotores, la música de «El Cristo de Elqui» está pensada como un intento de representar la voz del desierto y de las pampas nortinas, con sus noches pasivas y tardes de alaridos de sufrimiento y placer. «El desierto habla durante los interludios, en tanto que, en las escenas dramáticas, la música visita los espacios comunes del norte chileno del siglo XX», señalan.

La ópera se compone de cuatro actos y un prólogo, y está basada en las novelas «El arte de la resurrección» y «La reina Isabel cantaba rancheras», de Hernán Rivera Letelier.

«Él fue muy amable, muy divertido, nos dio libertad de acción y plenos poderes y derechos para hacer lo que quisiéramos. Nunca nos jodió, nada. Lo conversamos muchas veces y siempre se maravilló con la obra. Vio los textos, le encantaron, aunque pasara de ser una adaptación a un libreto original», cuenta el sociólogo.

Mayol durante la conferencia de El Cristo de Elqui.

Junto a Farías y Frédéric Chambert, el director del Teatro Municipal, incluso se reunieron con él por la ópera, donde el autor siempre se manifestó entusiasmado por que su obra llegara a un nuevo género. Aunque este medio intentó contactarlo, no pudo dar su opinión por «temas de agenda».

El mensaje de la obra

La obra, en tanto, tiene varios niveles en cuanto a lo que se quiere transmitir, explica Mayol.

«Por un lado, contar una historia que responda preguntas que, a nuestro juicio, son importantes respecto a un personaje histórico, como es Domingo Zárate o el Cristo de Elqui. Esas preguntas son cómo este personaje llegó a tener miles de personas esperándolo en la Estación Mapocho porque era Cristo, o cómo era que el cardenal José María Caro escribió una carta a los fieles, preocupado por que los estos realmente creyeran que este hombre era Cristo».

«La idea es ubicar en la localidad una obra mesiánica», complementa Farías. «La cosa no es tanto si el personaje es un Mesías o no, si estaba loco o no, si había que creerle o no, sino la búsqueda de placer –no solo sexual sino también racional– como camino moral universal, por parte de la Iglesia, de los clientes del prostíbulo y por parte de este Cristo, que está en busca de sus placeres y de poder predicar».

El compositor, por lazos familiares, tiene un vínculo con el norte de Chile, especialmente con Iquique, y confiesa su fascinación, más que por el desierto, por la pampa, como espacio «finito e infinito a la vez». Para la intrepretación de su composición incluso inventó algunos instrumentos que se pueden ver en la orquesta, como «unas mangueras que crean silbidos», además de pasar varias jornadas en las salitreras de Tarapacá para inspirarse.

Destacado elenco

La puesta en escena es del reconocido régisseur franco-argentino Jorge Lavelli, con dirección musical de Pedro-Pablo Prudencio. El barítono Sabaté, reconocido por su papel de Fígaro en «El Barbero de Sevilla», estará acompañado por la mezzosoprano Evelyn Ramírez, famosa por los roles de Leonora Dorini en «El triunfo del honor» y por su personaje Sonyetka en «Lady Macbeth», entre otros, y que interpretará en esta producción a la Reina Isabel.

Por su parte, la joven soprano Yaritza Véliz, seleccionada del programa Jóvenes Talentos de Royal Opera House en Londres, personificará a Magalena.

Respecto al vestuario de la ópera, la vestuarista y escenógrafa Graciela Galán comenta que el Cristo de Elqui es un fenómeno que ha sucedido en varias partes del mundo, por lo que “tratamos de hacer algo chileno, pero que a la vez sea universal”.

Un lustro de trabajo

Desde hace muchos años, Farías tenía la idea de trabajar una ópera a partir de textos de Rivera Letelier.

«Era muy fanático de él, siempre quiso hacer algo con su obra, sobre todo por la dinámica de sus textos. La manera en que escribe las cosas siempre me pareció muy musical, muy operático. Tiene la capacidad de tratar un tema de forma muy local, pero con la capacidad de internacionalizarse», cuenta.

Cuando Rivera Letelier ganó el Premio Alfaguara con su libro sobre el Cristo de Elqui, «El arte de la resurrección», en 2010, Farías lo leyó y se planteó trabajarlo junto a «La reina Isabel cantaba rancheras». Contactó entonces al escritor y obtuvo su autorización.

En el marco de su colaboración con Mayol, le solicitó a inicios de 2015 que pudiera evaluar el material que había recopilado y las ideas que había bosquejado para generar un libreto.

En ese contexto, Mayol comenzó a trabajar una nueva estructura argumental, utilizando el clima narrativo de Rivera, sus personajes, pero construyendo un argumento general nuevo. Por esa misma época empezaron las conversaciones con el director del Teatro Municipal en esa época, Andrés Rodríguez, a quien le interesó el proyecto. La gestión continuó tras la llegada en 2016 del nuevo director del Municipal, Frédéric Chambert, hasta que se determinó programarla para 2018.

Los temas de la obra

Para Mayol, la obra plantea un tema de gran actualidad: cómo es que la energía original de una institucionalidad, en este caso la Iglesia católica, «nace de un mensaje que después la institucionalidad, de alguna u otra manera, desconoce».

Como ejemplo, Mayol pone que Jesús, al igual que el Cristo de Elqui, defendía a las prostitutas, pero la Iglesia católica no, en la obra. También recuerda que, en su momento, Zárate le preguntó al cardenal Caro si acaso tenía él que morir para que le creyeran, tal como ocurrió con Jesús.

«Hay una pregunta, en el fondo, sobre el sentido de la fe y la burocracia de una institucionalidad, y cómo ambas chocan», plantea. Un tema interesante, a su juicio, a la luz de casos como Karadima, donde la restitución de la fe está en manos de una de sus víctimas, como es Juan Carlos Cruz. Este cuestionamiento se ve facilitado, además, por la atemporalidad del montaje.

Ahora la idea es llevar la obra a Antofagasta, para lo cual hay conversaciones con el mundo cultural de la ciudad nortina. «Nos parece obvio mostrarla allá», concluye Mayol.

EL CRISTO DE ELQUI
Miguel Farías
Dirección musical: Pedro-Pablo Prudencio
Concepción y puesta en escena: Jorge Lavelli
Colaboradora artística: Dominique Poulange
Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Vestuario: Graciela Galán
Iluminación: Roberto Traferri y Jorge Lavelli
Cristo de Elqui: Patricio Sabaté
Reina Isabel: Evelyn Ramírez
Magalena: Yaritza Véliz
Ambulancia: Paola Rodríguez
Cardenal: Gonzalo Araya
Obispo 1: Claudio Cerda
Obispo 2: Eleomar Cuello
Policía1: Rony Ancavil
Policía 2 y Trabajador 1: Javier Weibel
Trabajador 2: Francisco Huerta
Trabajador 3: Jaime Mondaca
Sacerdote: Sergio Gallardo
Cliente: Pedro Espinoza
Poeta Mesana (rol hablado): Francisco Melo

ORQUESTA FILARMÓNICA DE SANTIAGO
CORO DEL MUNICIPAL DE SANTIAGO
Director: Jorge Klastornick
Sábado 9 de junio | 17:00 horas |
Lunes 11 de junio | 19:00 horas |
Miércoles 13 de junio | 19:00 horas |
Viernes 15 de junio | 19:00 horas |
Sábado 26 de mayo|17:00 horas |

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