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La revolucionaria investigación chilena para prevenir el Alzheimer del Centro de Envejecimiento y Regeneración (CARE) CULTURA

La revolucionaria investigación chilena para prevenir el Alzheimer del Centro de Envejecimiento y Regeneración (CARE)

El CARE es una institución interdisciplinaria, que combina la investigación biológica celular, aplicándola a problemas biomédicos de alto impacto económico y social, como son los casos del Alzheimer, la hipertensión arterial, el cáncer, la distrofia muscular, el infarto cerebral, la señalización celular y el síndrome metabólico, entre otras. El neurobiólogo chileno Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de Ciencias Naturales y director del Centro de Envejecimiento y Regeneración lidera una de las investigaciones principales del centro sobre los vínculos entre los hábitos alimenticios y el Alzheimer. En alianza con Imago Producciones, este reportaje es acompañado por una nueva entrega de la serie audiovisual «Exploradores: del átomo al Cosmos», con el capítulo «Drogas ancestrales para niños con distrofia».


Un trabajo sobre los vínculos entre los hábitos alimenticios y la enfermedad del Alzheimer realiza actualmente el neurobiólogo chileno Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de Ciencias Naturales.

«Llevar un estilo de vida saludable, con una dieta balanceada, ejercicio físico y mental, son fundamentales para retrasar o prevenir el desarrollo no solo de Alzheimer, sino también de otras enfermedades», señala Inestrosa.

Él dirige el Centro de Envejecimiento y Regeneración (CARE), de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que se fundó en 2008, bajo un programa de financiamiento basal para Centros Científicos y Tecnológicos de Excelencia que otorga la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt).

El CARE es una institución interdisciplinaria, que combina la investigación biológica celular, aplicándola a problemas biomédicos de alto impacto económico y social, como son los casos del Alzheimer, la hipertensión arterial, el cáncer, la distrofia muscular, el infarto cerebral, la señalización celular y el síndrome metabólico, entre otras.

El aumento de la expectativa de vida de la población nacional y mundial posiciona las investigaciones del Centro en torno a las enfermedades asociadas al envejecimiento y regeneración en la vanguardia científica, puesto que conocer el origen, el desarrollo y la etiología de las patologías, permitirá desarrollar nuevos tratamientos farmacológicos, mejorando la calidad de vida de la población e impactando directamente sobre la competitividad económica y el desarrollo social del país.

«El trabajo que desarrollamos como CARE apunta a responder las preguntas claves respecto del origen de algunas enfermedades, así como evaluar distintas moléculas que permitan, eventualmente, mejorar los tratamientos que existen para ellas», explica el científico.

«Entre estas enfermedades encontramos alteraciones neuromusculares, afecciones cardiovasculares, enfermedades hepáticas y del sistema renal, y, por supuesto, desórdenes neurodegenerativos, como el Alzheimer y el Parkinson. El trabajo en mi laboratorio se centra en estas últimas», añade.

El Alzheimer en Chile

El Alzheimer es una enfermedad de altísimo costo económico y social, no solo en Chile sino también en el resto del mundo. En el caso de nuestro país, se estima que el número de pacientes es cercano a los 250 mil y que, en línea con lo que ocurre a nivel mundial, este número seguirá en aumento.

Adicionalmente, existen regiones donde la población mayor es muy superior a la joven-adulta, como es el caso de Punta Arenas, por lo que estos datos deben ser considerados al momento de planificar las políticas públicas, afirma.

«Cuando un paciente es diagnosticado con la enfermedad de Alzheimer, el impacto es devastador tanto a nivel personal como a nivel familiar», advierte Inestrosa.

«En esta enfermedad se involucra a todo el entorno familiar y lo compromete a sostener y proveer las condiciones de cuidado básicas para un paciente que poco a poco dejará de ser autosuficiente. Tenemos un grupo familiar que no solo debe acompañar el deterioro cognitivo de un ser querido, sino que además debe restringirse y funcionar de acuerdo a las necesidades del paciente, y muchas veces responder sin tener la preparación ni los recursos para ello», dice.

Por otro lado, las enfermedades neurodegenerativas, en particular el Alzheimer y el Parkinson, son consideradas casi verdaderas pandemias.

«Sabemos que la pirámide de edad se ha invertido en varios países en vías de desarrollo o desarrollados. Esto significa que cada vez tenemos más individuos adultos mayores en nuestra población. Considerando que la edad es uno de los factores de riesgo más importantes en la enfermedad de Alzheimer, es fácil entender por qué esta enfermedad se ha tornado tan relevante a nivel mundial», apunta.

Descubrimientos

Durante la carrera de Inestrosa, su equipo ha logrado desentrañar algunos eventos importantes respecto del origen de la enfermedad de Alzheimer.

Por ejemplo, saben que uno de los eventos críticos del cerebro con Alzheimer es la formación de placas seniles, que no son otra cosa que agregados densos de proteínas pequeñas (péptido A), pues, en su momento, descubrieron que una enzima que se encuentra en las sinapsis (conexiones neurona-neurona), llamada acetilcolinesterasa, era capaz de favorecer la agregación del péptido A, facilitando la aparición de las placas seniles y, por ende, de la enfermedad de Alzheimer.

«De ahí en adelante, hemos hecho importantes avances en términos de las vías de señalización celular involucradas en el desarrollo de la patología, de las cuales debo destacar la vía WNT, así como de distintas moléculas que parecieran tener una potencial utilidad en el tratamiento de la enfermedad», agrega.

El origen del Alzheimer

Gracias a su trabajo, los especialistas han aprendido mucho respecto de qué pasa en el cerebro y en las neuronas durante la enfermedad de Alzheimer, comenta Inestrosa.

Relata que una de las hipótesis de amplia aceptación sugiere que la falla en el sistema de transmisión de los impulsos nerviosos y la muerte neuronal, se deberían a la agregación proteica progresiva, principalmente del A y la proteína tau, lo que causaría alteraciones en el funcionamiento de distintos organelos celulares (mitocondrias), eventos inflamatorios, aumento en la producción de radicales libres y desbalance de distintas especies iónicas.

«Sin embargo, el puntapié inicial para que comience la agregación proteica es aún desconocido», señala.

De lo que sí están seguros es que hay una serie de condiciones que pueden favorecer la aparición de la enfermedad,  siendo necesario realizar un enorme trabajo desde el punto de vista de la prevención.

«Por ejemplo, entre los factores de riesgo asociados a Alzheimer se destaca la edad y, generalmente, se piensa que esta relación es normal. Pues, no lo es. Ancianidad no tiene que estar relacionada con enfermedad y, en este sentido, llevar un estilo de vida saludable, con una dieta balanceada, ejercicio físico y mental, son fundamentales para retrasar o prevenir el desarrollo no solo de Alzheimer, sino también de otras enfermedades».

Hábitos alimenticios

Inestrosa dice que, al igual que lo observado en otras enfermedades, existe una relación muy importante entre el tipo de dieta y la aparición de la enfermedad de Alzheimer.

«Dietas hipercalóricas, ricas en grasas saturadas, por ejemplo, van dañando lentamente nuestro organismo y suponen un estrés permanente para este, facilitando el desarrollo de numerosas enfermedades, entre ellas, el Alzheimer», explica.

«Ahora bien, algunos de nuestros estudios, así como trabajos que se han desarrollado en distintas partes del mundo, dan cuenta de que una condición denominada síndrome metabólico, que normalmente se ha asociado al desarrollo de patologías cardiovasculares y diabetes, también aumenta el riesgo de que los pacientes desarrollen la enfermedad de Alzheimer», detalla.

Este síndrome corresponde a una serie de signos que dan cuenta de una alteración metabólica producto de dietas o estilos de vida poco saludables. Exceso de grasa abdominal, colesterol alto, hipertensión, resistencia a la insulina, entre otros, los cuales poco a poco van afectando la capacidad del organismo de depurarse, alterando el funcionamiento de distintos órganos y llevando a la acumulación de moléculas tóxicas al interior del organismo, advierte el científico.

La dieta ideal

Siempre se ha mencionado que la dieta mediterránea es la ideal para mejorar la condición metabólica del organismo.

«Consumo de pescados, frutos secos, granos, frutas y verduras, aceite de oliva, son parte de los integrantes de una dieta de estas características», afirma. «Ahora bien, si no es mediterránea, una dieta sin excesos, poco dulce, eliminando las bebidas de fantasía, con poca carne roja, es una buena aproximación», puntualiza.

Ahora, si bien es importante señalar que lo fundamental es tener una dieta balanceada y con ejercicio moderado para mantenernos saludables, uno de los aspectos que como chilenos debemos cuidar es el tamaño de las porciones.

«Nuestro problema mayor no es solo lo que comemos, sino que cuánto comemos. Es decir, puedes comer saludablemente, pero si ingieres más calorías de las que requieres, tu cuerpo de todas formas va a empezar a acumular grasa y terminarás entrampado en la misma situación», alerta.

En el caso de Chile, la dieta ha variado muchísimo a lo largo de los años.

«Vivimos en grandes urbes y cada vez tenemos menos tiempo para cocinar, hacer ejercicio, caminar. Somos hijos del estrés. Pasamos de disfrutar de las comidas caseras a hacernos dependientes de la comida al paso. Comemos dos o tres veces al día como máximo y, por lo general, tenemos un solo plato contundente, o demasiado contundente, al día».

Por otra parte, «nuestras dietas tienden a ser hipercalóricas o excesivamente dulces, y con bajos niveles de actividad física, por lo que en poco tiempo comenzamos a desarrollar o manifestar varios de los signos relacionados con el síndrome metabólico».

«Por lo tanto, no diría que nuestra dieta la facilita, pero sí que ciertos hábitos nos ponen en mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Lamentablemente, siendo algo tan personal, cada individuo debe procurarse el planificar su dieta y hacerse responsable de prepararse lo mejor posible para su vejez», plantea.

Drogas sintéticas

En cuanto a las drogas para tratar la enfermedad, se ha investigado mucho respecto a distintas formas de enfrentar este mal desde el punto de vista farmacológico. Al día de hoy, la comunidad científica no ha logrado hallar una droga en grado de detener o revertir el daño producido durante la enfermedad de Alzheimer.

«En este sentido, las estrategias que hemos estudiado en mi laboratorio apuntan a controlar distintos aspectos que aparecen durante el desarrollo de la enfermedad. Por ejemplo, hemos probado con éxito distintas moléculas, naturales y sintéticas, que han sido capaces de mejorar la función mitocondrial, disminuir la inflamación en el cerebro, aumentar las conexiones neurona-neurona, prevenir la muerte neuronal, entre otras».

De igual forma, a través de la modulación de la vía WNT, su equipo ha logrado mejorar considerablemente los marcadores característicos de la enfermedad en distintos modelos de la patología.

«En este sentido, podemos destacar al andrografólido, derivado de la planta hindú Andrographis paniculata, o a la hiperforina, obtenida a partir de la hierba de San Juan. De igual forma, hemos encontrado que el litio es capaz de ejercer efectos beneficiosos contra esta enfermedad», dice.

Inestrosa advierte, sin embargo, que como país falta mucho por avanzar en términos de investigación biomédica.

«No solo debemos enfrentar el problema de recursos para investigación, sino que además tenemos una legislación que dificulta sobremanera el poder traspasar lo que estamos observando a nivel de laboratorio al área clínica», concluye.

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