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Museo alemán se cuestiona cómo proceder con objetos sustraídos en la época colonial CULTURA

Museo alemán se cuestiona cómo proceder con objetos sustraídos en la época colonial

Tras más de 100 años, la Biblia y el látigo del héroe nacional de Namibia, Hendrik Witbooi, vuelven a su origen. En entrevista con DW, la experta en África Sara Ferracutti dice que se trata de un «importante paso»


Hendrik Witbooi, héroe nacional de Namibia, fue uno de los líderes más importantes en la época colonial de Alemania, contra cuyo poder se sublevó.  Witbooi adoptó la fe cristiana que propagaron los misioneros. El 28 de febrero de 2019, una delegación encabezada por la ministra alemana de Ciencia e Investigación del estado federado de Baden-Wurtemberg, Theresia Bauer, viajó a Namibia para devolver dos cosas que pertenecieron a Witbooi: una Biblia y un látigo. Ambos objetos fueron probablemente sustraídos por las tropas coloniales tras un ataque que tuvo lugar en 1893.

En 1902 llegaron al Museo Linden, en Stuttgart, institución que se ha encargado activamente de su devolución dentro del marco de una investigación sobre la procedencia de diversos objetos. De forma paralela, hubo en el trasfondo de las negociaciones conflictos sobre si la Biblia no debiera entregarse directamente a los herederos directos de Witbooi. El presidente de Namibia, Hage Geingob ha accedido a entregarla a la familia más adelante. La especialista en África Sandra Ferracuti explica en entrevista con DW el significado de esta devolución para Namibia y el Museo Linden.

Pasado colonial

Señora Ferracuti, ¿qué significa esta devolución para la superación del pasado colonial?

Sandra Ferracuti: Simbólicamente, se trata de algo muy importante, porque Witbooi es un héroe nacional para Namibia. La mayoría de los objetos que nos han llegado de la época colonial proceden de los países entonces  ocupados, por eso los museos deben ocuparse seriamente de esta herencia. El proceso de colonización destruyó los sistemas políticos existentes en aquel momento, los reinos y las relaciones de poder que allí había. Todo ello tiene un alcance muy profundo y proviene de un pasado doloroso. Ahora estamos al principio de encontrar un camino de cooperación que no reabra una y otra vez las heridas o provoque nuevas.

¿Qué es para usted importante en este proceso de elaboración? 

Nosotros, los curadores, damos mucha importancia a la transparencia. Nuestras colecciones históricas muchas veces no son muy conocidas en los países africanos. Observamos las colecciones con museólogos, investigadores y profesores universitarios de los respectivos países. Queremos exponer a nuestros socios nuestra investigación sobre la procedencia de los objetos. A partir de esa base, pueden  tomar sus decisiones. La devolución de objetos es entonces un posible  paso posterior.

La biblia y el látigo

¿Supone la devolución de la Biblia y el látigo también una señal importante para el Museo?

Sí, se trata de una señal de apertura. Trabajamos para hacer más transparentes no solo las colecciones con sus objetos, sino también la propia historia de la colección. En ese sentido, la consecución de piezas de la época colonial representa el mayor problema. La mayoría de las veces, los soldados o trabajadores de la Administración colonial eran los que traían los objetos. Estaban más interesados en su posesión que en saber para qué se utilizaban o qué es lo que representaban. En ese aspecto nos queda mucho trabajo de investigación. En nuestros viejos inventariados encontramos anotaciones y nombres de coleccionistas, pero las anotaciones y los nombres de las personas que fabricaron, poseyeron y utilizaron las piezas faltan en la mayoría de los casos. Por eso es importante hablar con colegas y discutir sobre el futuro de estos objetos.

Hubo polémica alrededor del nuevo Forum Humboldt de Berlín, porque se dijo que su colección etnológica no se ocupaba lo suficiente de la procedencia de los objetos de la época colonial. El Museo Linden ya llevó a cabo en 2016 un proyecto piloto de dos años, en colaboración con la Universidad de Tubinga, sobre la investigación de la procedencia de las piezas de la institución. ¿En qué se han traducido los resultados de ese proyecto? El 16 de marzo de 2019, el Museo Linden inaugurará una nueva exposición permanente sobre África.

Nuestra nueva exposición permanente «¿Dónde está África?” será un paso necesario e importante para tratar de forma abierta  la herencia colonial del Museo. No se trata solo de los resultados de la investigación sobre la procedencia de los objetos. En la exhibición dejamos abiertas cuestiones que nosotros mismos también nos planteamos: ¿cómo «funcionaba” el colonialismo en su época? ¿Cómo pensamos y debatimos hoy al respecto? ¿Qué relevancia tiene eso para nuestras sociedades actuales y nuestra convivencia? Queremos abordar nuestra exposición sobre África desde una perspectiva crítica y mostrar al visitante que los objetos expuestos no tienen una procedencia arbitraria, sino que su presencia allí es resultado de ciertas relaciones, que no necesariamente eran o son buenas. Es importante debatir sobre ello públicamente, pues nuestros museos conservan testimonios de momentos importantes de la historia global. Son testimonio de la colonización de un continente entero y del imperialismo, con su ansia por los objetos y el poder.

¿Echará de menos la Biblia y el látigo en su colección?

La cultura y la historia se transmiten no solo a través de los objetos sino también de forma inmaterial, mediante los relatos y la transmisión de conocimiento. La exposición quiere mostrar lagunas existentes en el conocimiento europeo, haciendo conscientes a los visitantes, por ejemplo, de la gran influencia que han tenido y tienen los sistemas de conocimiento antes mencionados sobre la estética y la cultura global. Eso es importante para nosotros en relación con la Biblia y el látigo de Witbooi. Aunque ya no formen parte de la colección, seguirán viviendo en el Museo a través de su historia y sus relatos.

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