CULTURA|CIENCIA
En la Región de Coquimbo, el fenómeno se pudo apreciar en su totalidad. Por eso, la gente se agolpó en dos lugares, los que fueron llamados «epicentros» del eclipse: en el estadio La Portada de La Serena, donde el profesor José Maza dictó una charla magistral sobre el fenómeno astronómico, a modo de «teloneo», y en La Higuera, la llamada «zona cero». Fue tanta la cantidad que llegó a esta segunda ubicación, que la mayoría terminó viendo el eclipse en mitad de la Ruta 5.
A las 15.23 horas del pasado martes, Chile estuvo en la palestra mundial. A esa hora, la luna comenzó a eclipsar al sol. El fenómeno astronómico, que logró su peak –es decir, su estado terminal– a las 16.39 horas, fue apreciado en todo el país, pero en especial en la Cuarta Región.
En la ciudad de La Serena se vivió un verdadero boom astronómico debido al eclipse. Y había para todos los gustos. Para los astrónomos que veían el lado científico del eclipse y para los chilenos, que se agolparon en dos lugares que fueron llamados «epicentros»: el estadio de La Portada, donde el profesor José Maza realizó una masiva charla, y en La Higuera, la «zona cero» del fenómeno, debido a que estaba justo en el eje.
En la cita en el recinto deportivo se marcó un nuevo récord no oficial: el Premio Nacional de Ciencias Exactas dictó una charla para más de 8 mil personas, superando ampliamente la cifra anterior, 1.580 personas. No es oficial debido a que, a través de un comunicado, los récord Guinness informaron que no fueron notificados por Maza ni por la Universidad de Chile para analizar y constatar la nueva marca.
Pero eso a Maza poco le importó. Ya en la antesala del evento, el científico chileno había adelantado la importancia del eclipse para nuestro país y el mundo científico: «Todo el mundo va a tener los ojos puestos acá en La Serena, van a estar en boca de todos», dijo. Y, tras la charla, expresó que, para él, la instancia «fue magnífica. Por mi parte estuve teloneando el eclipse. La charla salió bastante bien, la gente estuvo interesada. Expliqué los eclipses emblemáticos, los tipos de eclipses y me callé. Entró la orquesta de la Universidad de Chile, que había compuesto una suite especial, se puso a tocar y cuando vino la totalidad (del eclipse), dos minutos, un poquito más, quedé tan absorto que me fui y me fui a mirar la corona solar y era un espectáculo extraordinario». Y no ocultó su emoción, ya que se vio llorando a Maza mientras observaba el eclipse.
«Esos dos minutos valieron la pena. Llegué antes de anoche, estuve todo el día ayer hablando con los medios, hoy desde las 07:00 estamos en la cancha, la voz me da apenas y el esfuerzo valió la pena», agregó.
«Yo prefiero estar acá hablándoles a 18 mil personas, que estar en un grupo selecto con astrónomos o con personalidades del mundo diplomático andando en un jet. Decliné otras ofertas porque les dije ‘yo ya tengo un compromiso’, la municipalidad va a convocar gente y yo voy a estar ahí, tratando de animar el circo y teloneando el eclipse», afirmó. Y esa gente no le falló.
En el ámbito científico, Maza había adelantado que el eclipse serviría para «medir la polarización de la corona, van a medir la espectroscopia de la corona, van a medir todo lo que se pueda medir». En ese sentido, agregó que » si se observa la corona y le vuelven a hacer espectroscopia y vuelven a tener los mismos datos que antes, bueno, significa que sigue comportándose igual, pero el sol tiene un ciclo magnético y el magnetismo solar –el magnetismo global del sol– influencia mucho la corona. Entonces la estructura de la corona tiene que ver con el magnetismo del sol. Si la estructura de la corona está distinta, es porque algo le pasó al campo magnético. Y si está igual, es que al campo magnético no le ha pasado nada. Entonces no tienes por dónde perder. Como sea, los datos son sumamente útiles».
No fue el único científico preocupado por el eclipse. Rolando Dünner, astrónomo de la Universidad Católica, había lanzado un desafío para conmemorar la Teoría de la Relatividad de Einstein. El desafío era tratar de repetir el experimento, que confirmó esa teoría, 100 años después. Según el científico de CATA, «no sabemos todavía los resultados del experimento. Había quince personas que estaban participando y estuvieron sacando sus fotografías, pero no hemos tenido contacto con ellas todavía porque cada uno eligió su propio lugar de observación dentro de la región del eclipse. Esperamos tener más noticias en los próximos días».
En tanto, el astrónomo chileno Valentino González habló sobre el fenómeno del eclipse en la ciudadanía: valoró, en entrevista con Radio ADN, «el entusiasmo de la gente frente a un fenómeno de nuestra naturaleza y tratar de entenderlo, y eso es exactamente el espíritu científico. Que haya muchos niños acá que se motiven a tratar de entender estas cosas extrañas que pasan en nuestro mundo, es maravilloso y es lo más lindo, creo yo, de este evento».
González también habló sobre lo que hace Maza, quien realiza charlas. En ese sentido, dijo que «nosotros siempre estamos abiertos a dar charla, básicamente tratar de compartir lo que nosotros aprendemos con las nuevas generaciones, tratar de contarles lo que nosotros hacemos, de modo que los niños nos entiendan y que se motiven a tratar de entender cosas que todavía no hemos podido aprender».
En tanto, en La Higuera, la «zona cero», el panorama era igual de enfervorizado que en el estadio. La gente comenzó a llegar desde temprano para lograr un buen puesto para ver el eclipse. Llegaron con tanta anticipación que, cerca de las 14 horas, la ciudad estaba repleta, por lo que Carabineros cortó el acceso de la Ruta 5 Norte.
Pero eso no le importó a la gente, ya que comenzó a ubicarse en los extensos valles que rodean la ciudad e, incluso, otros más osados se estacionaron en medio de la carretera. Nadie se quería perder el evento.
Cuando el reloj marcó el inicio de la totalidad del eclipse, comenzaron los gritos de júbilo y emoción. Más de alguno tocó la bocina y entonó un clásico «C-H-I». Para ellos, el eclipse era un triunfo. Ya que, como dijo Maza, Chile estuvo en boca de todos durante el martes.
Terminado el eclipse de la Serena, el fenómeno astronómico de diciembre de 2020 ya revienta las reservas hoteleras en el sur de Chile. El eclipse ocurrirá cerca de las 13:00 horas del próximo lunes 14 de diciembre de 2020, y podrá ser visto en su forma total, especialmente en la ciudad de Villarrica.
Sin embargo, los habitantes y turistas de la provincia de Valdivia, en la Región de Los Ríos, también podrán ver el evento en esta fase, pero con una menor extensión de tiempo. El presidente de la Cámara de Turismo de Pucón, Eugenio Benavente, indicó al diario que las reservas hoteleras en la zona superan el 90 por ciento, cuyas cifras podrían alcanzar el cien por ciento en los próximos días.
A juicio de Benavente, «el nivel de anticipación de las reservas permite decir que vamos a tener un millón de personas como población flotante durante esos días».
«Hace muchos años que no había un evento que generara tan anticipadamente el interés que ha provocado el eclipse», aseguró el presidente de la Cámara de Turismo de Pucón, quien recordó que se esperó que ocurriera lo mismo con la visita del papa Francisco a La Araucanía, en enero de 2018, «pero no se cumplieron esas expectativas».
Isla Mocha, Puerto Saavedra, Teodoro Schmidt, Carahue, Nueva Imperial, Freire, Pitrufquén, Gorbea, Loncoche, Pucón, Licán Ray y Villarrica serán las localidades chilenas en las que se podrá ver un eclipse solar total en 2020, siendo esta última, Villarrica, la zona urbana en la que se podrá ver un fenómeno total más extenso.
