CULTURA|OPINIÓN
Un relato no partidista, con mucha información de lo ocurrido durante la Unidad Popular, con esos entretelones que descubre el investigador exhaustivo, quien, sin atiborrar de datos al lector, presenta un gran fresco del período del gobierno de Salvador Allende. Para quienes éramos adolescentes en aquella época, el libro tiene también un componente de nostalgia. Como abrir una ventana y asomarse a aquellos días.
Hay libros que uno lee con interés creciente desde el comienzo hasta el final, como de “una sola sentada”, este es uno de ellos. Con un estilo ágil, ameno, periodístico, en el sentido de que lo que interesa es presentar la historia, sin florilegios que distraigan. Con esa elegancia en que el estilo parece desaparecer ante la fuerza de la narración y lo potente de los hechos. Qué buen libro este de Alfredo Sepúlveda, leído en estos tiempos de confinamiento en que ha habido lugar para recobrar parte al menos de lo vivido; texto terminado –señala el autor– entre el estallido social de octubre de 2019 y estos días, o meses, de pandemia. Un relato no partidista, con mucha información de lo ocurrido durante la Unidad Popular, con esos entretelones que descubre el investigador exhaustivo, quien, sin atiborrar de datos al lector, presenta un gran fresco del período del gobierno de Salvador Allende. Para quienes éramos adolescentes en aquella época, el libro tiene también un componente de nostalgia. Como abrir una ventana y asomarse a aquellos días.
[cita tipo=»destaque»]Un gran y vívido cuadro histórico y humano para conocer los mil días de Salvador Allende y la vía chilena al socialismo. Un libro para leer y compartir, parte de la historia de luces y sombras de nosotros los chileno[/cita]
Cómo Salvador Allende llega al gobierno. Los intentos por impedir que este fuese declarado Presidente de la República por el Congreso, ratificación requerida al no haber obtenido la mayoría absoluta, dividido el país en los clásicos tres tercios. La injerencia extranjera, Henry Kissinger, Richard Nixon, la ITT, la CIA; el asesinato del general Schneider para provocar un quiebre tal que impidiera la asunción de Allende; el asesinato, por un comando de extrema izquierda, de Edmundo Pérez Zujovic; el Poder Popular, las tomas de fundos e industrias; la polarización en espiral en Chile; los grupos que aparecen tanto en la derecha como en la izquierda, el comando Rolando Matus, Patria y Libertad, el MIR, la Brigada Ramona Parra, muralista; los cordones industriales; el papel de los partidos políticos, la Democracia Cristiana, el Partido Nacional, el Partido Comunista, el Socialista, el Radical, el MAPU; la Iglesia a través del cardenal Silva Henríquez; la prolongada visita de Fidel Castro; los gestos que ya daban señales de deliberación, como el del general Pinochet para no rendirle honores al líder cubano; la idea de la revolución con “empanadas y vino tinto”. El asesinato del edecán naval del presidente Allende, capitán Arturo Araya. Las Fuerzas Armadas en el gabinete, el general Prats, el general Ruiz Danyau, el Tancazo o Tanquetazo, fallida sublevación que significó igualmente muertos, sofocada por fuerzas leales, todavía, al Presidente, encabezadas por el general Prats, considerado por sus pares como alguien cercano al régimen de la Unidad Popular, o al menos, leal a Allende. La huelga de El Teniente, el paro de los camioneros, del comercio, la inflación desatada, el desabastecimiento, las JAP; las bombas en torres de alta tensión, oleoductos y gaseoductos por militantes contrarios a Allende; los enfrentamientos en las calles; las reuniones de generales y altos oficiales de la Marina que fueron incoando el golpe militar; los que conspiraron y los leales al Presidente; un plebiscito que quedó en germen; las dudas sobre el general Pinochet, nombrado Comandante en Jefe del Ejército por Allende, a instancias del general Prats; el general Leigh, luego de la renuncia del general César Ruiz Danyau como ministro de Allende y la destitución por este del cargo de Comandante en Jefe de la FACH por esa razón. Los días previos… El famoso discurso de Carlos Altamirano. Aún la incertidumbre de quiénes se pliegan al golpe. La incorporación tardía del general Mendoza, campeón de equitación en su juventud. La firmas secretas de los que encabezarían el golpe militar. El almirante Merino, el zarpe de la flota con el pretexto de la Operación Unitas. La noche previa… Y la mañana del 11 de septiembre de 1973, con el levantamiento de la Armada en Valparaíso; luego la “batalla de La Moneda”, el bombardeo de los Hawker Hunters, la petición de rendición incondicional y la decisión de Salvador Allende de no rendirse. Los entretelones de las comunicaciones entre los generales Pinochet, Leigh y el almirante Carvajal, quienes dirigían, desde sus respectivos centros de comando, el golpe en Santiago y el ataque a La Moneda. El discurso final de Salvador Allende; su muerte, en que el suicidio es el símbolo de la no claudicación de sus ideales. Y de la no rendición.
Todo lo anterior, como un gran y vívido cuadro histórico y humano para conocer los mil días de Salvador Allende y la vía chilena al socialismo. Un libro para leer y compartir, parte de la historia de luces y sombras de nosotros los chilenos.
