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«Piola», la película que se adentra en el hip hop de Quilicura y su expresión de resistencia CULTURA

«Piola», la película que se adentra en el hip hop de Quilicura y su expresión de resistencia

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Es uno de los estrenos de Sanfic, el festival de cine que se celebra esta semana en formato online, hasta el domingo, donde agotó su exhibición en línea. «Creemos que es una película que puede identificar a mucha gente, refleja una realidad. Familias endeudadas, pocas posibilidades de una educación superior, represión, etc. Son elementos que estaban ahí. Las injusticias y desigualdades que los raperos como Portavoz venían rapeando desde hacía mucho tiempo», señala Luis Alejandro Pérez, director del filme.


Una película filmada en Quilicura, que narra la historia de jóvenes de clase media ligados al hip hop, es uno de los estrenos de Sanfic, el festival de cine que se celebra esta semana en formato online, hasta el domingo.

En el evento capitalino, la cinta agotó su exhibición en línea tras su exitoso paso por México, donde obtuvo seis de los 13 premios que entregó el Festival de Cine de Guadalajara, en su sección Guadalajara Construye 2019.

“La película había sido seleccionada para su estreno mundial en el 23 Festival de Cine de Málaga, España, y una semana después iba a tener su estreno latinoamericano en el Festival de Guadalajara. Esos días que estaríamos de viaje presentándola, estuvimos, como muchos, encerrados en nuestras casas”, comenta Luis Alejandro Pérez (Santiago, 1984), director de la cinta.

Chile real

Protagonizada por Ignacia Uribe (Wena profe, Si yo fuera rico), Max Salgado (El día menos pensado, Príncipes de barrio) y René Miranda (Volantín cortao, Piter), el filme es un fiel reflejo del Chile real, donde cada uno de sus personajes carga su propios dramas, en una producción de Otro Foco.

«Hueso», por ejemplo, debe abandonar su casa junto a su familia, tras sufrir un embargo. «Charly», su compañero en el grupo de rap De la Urbe, trabaja en una tienda de comida rápida agobiado por su jefe, mientras su expolola no le deja ver al pequeño hijo que tuvieron. «Sol», en tanto, vive sola con su madre, su única familia, y tiene una relación con un tatuador donde es «la otra».

Sobre la participación en Sanfic, su director comenta que “para nosotros es genial ser parte de esta nueva versión de Sanfic, uno de los mejores festivales de cine de Chile».

«Teníamos muchas ganas de compartir nuestra película y qué mejor instancia que siendo parte de la competencia nacional. Creemos que es una película que puede identificar a mucha gente, no solo a los jóvenes, sino también a padres. Es una película sobre las relaciones familiares. Cómo se construyen, cómo se quiebran, cómo se encuentran”, explica el artista, que se tituló como actor en la Universidad Bolivariana y luego en la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad de Chile.

«Charly» (René Miranda) trabaja en un lugar de comida rápida y tiene problemas para ver a su pequeño hijo.

Orígenes

La película nace de las vivencias en torno al hip hop y las historias que vivió su director en Quilicura, donde creció y donde vive actualmente.

«Me parecía interesante mostrar a estos personajes que son muy talentosos, pero que tienen que trabajar en otra cosa para poder vivir. Decirles a tus viejos que querías vivir de la música era casi decirles que te ibas a morir de hambre. Durante esos años escribí muchas canciones, y algunas de ellas son parte de lo que rapean los personajes. Es extraño cómo algunas letras que hablan de la realidad de hace 10 años, siguen absolutamente vigentes hoy en día», comenta.

En esta cinta, su director quiso hablar de ese momento en que uno deja de ser joven y se enfrenta al mundo adulto.

«Ese momento en que en el colegio te exigen saber qué quieres para tu futuro, donde tus padres te exigen trabajar o estudiar, y tus amigos empiezan a pasar por lo mismo. El mundo que te acogía empieza a desmoronarse. Quería retratar ese momento en que no eres nada: dejas de ser estudiante, pero tampoco eres un trabajador, estás en nada».

«Sol» (Ignacia Uribe) es una escolar de padre ausent que está atrapada en una relación tóxica.

Jóvenes

En esta película, sus protagonistas lo pasan mal. Los echan de la sala de clase, de sus casas, de las fiestas y hasta de la calle cuando quieren grabar un videoclip.

«Entonces te preguntas, ¿cuál es su espacio? Y su espacio está con los amigos, en la música, en el hip hop. Quería reflejar esa búsqueda y esa cultura que los acoge», dice.

«Los adolescentes están en una etapa de transición importante, de muchos conflictos, donde dejan de ser niños, pero tampoco son adultos. Me parecía necesario hacer un retrato del paso a la adultez. Por otra parte, me parece que sus conflictos son muy visuales, son mucho más expresivos, más emocionales en todo sentido».

Quilicura, como comuna periférica, es clave como escenario de la película.

Actores

Pérez cuenta que para ayudar en el realismo de la película hizo dos castings en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.

«Durante esas instancias les pedí a los actores que rapearan una canción, ese fue un primer filtro y resultó que muchos lo hicieron increíble o les gustaba mucho el rap. Quería que se sintiera real, y creo que lo logramos».

De hecho la afinidad entre los protagonistas fue tal que en México les preguntaban si los actores eran un grupo de amigos de verdad y si las canciones eran de ellos.

«Creo que hubiese sido más fácil conseguir fondos para la realización de la película si el casting lo hubiésemos hecho con actores reconocidos y con alta visibilidad en pantalla. Es lo primero que preguntan las marcas e instituciones: ‘¿Tienes estrellas en tu elenco? ¿No? Entonces no nos interesa’. Sin embargo, seguimos fieles en nuestra cruzada».

Una cruzada que incluye a actores como el haitiano Steevens Benjamin, que interpreta a uno de los amigos del protagonista, y otros veteranos, como Alejandro Trejo, en el papel del papá de «Hueso», y Paula Zúñiga, como la madre de «Sol».

Hip hop

Una clave en la cinta es la cultura del hip hop, que a Pérez lo representa y que conoce de cerca.

«Aparte de tener una visualidad súper presente en la ciudad, sobre todo en sectores de la periferia urbana, donde los grafitis y tags aparecen por todos lados, me parecía atractivo que los personajes hablaran poco y, a través de sus rapeadas, tuvieran una opinión sobre su realidad».

El director también quería mostrar que los raperos son increíblemente creativos y cultos, que dominan el lenguaje, que son capaces de samplear canciones antiguas y reconstruirlas. Que tienen habilidades para escribir y rapear sobre protesta, pero también sobre poesía.

«Por otro lado, me di cuenta que no existía una representación más cercana sobre la cultura hip hop latinoamericana. El cine sobre raperos norteamericanos cae siempre en los mismos tópicos: ascensión al éxito, a la fama, mansiones, balaceras, prostitución y drogas. Y si bien no niego que eso pueda existir en el hip hop latinoamericano, el que yo vivía no tenía nada de eso. Tenía que ver más bien con lo contrario a eso, una imposibilidad absoluta del sueño americano, raperos reconocidos en su círculo, trabajando part time de cocineros, choferes o conserjes. Y, por otro lado, la existencia de una hermandad, respeto y un amor profundo por la cultura hip hop».

Quilicura y clase media

Por una razón similar escogió su comuna, Quilicura. Una que tiene muchas particularidades, pero una de las cuales es que hasta hace poco estaba muy aislada de Santiago, de barrios industriales, donde la mayoría de los jóvenes apunta a trabajar en ellos, y sin embargo la cultura hip hop es muy potente.

«Por otro lado, visualmente me parece que posee locaciones muy diversas, como cerros, descampados, líneas de tren, tranques, callejones y pasarelas. Lugares que muestran el límite urbano de la ciudad», dice.

También le parecía atractivo retratar acciones que allí eran tan naturales como subir un cerro después de un carrete y ver el amanecer. «Había algo ahí que me atrapaba, en querer escapar, en ver más allá de las casas y fábricas, en mirar al horizonte mientras sale el sol», señala.

La película además retrata a personas de esa clase media que, en un contexto de crisis como la actual, se pone tan en duda.

«Para nosotros era importante hablar desde lo que conocemos, desde nuestro lugar, de esa clase trabajadora que le cuesta llegar a fin de mes, que vive endeudada y sin posibilidades de darse la oportunidad de dedicarse a sus sueños. Siempre el cine chileno se ha tratado de artistas ABC1 bajando a la población a realizar retratos marginales, turismo de la pobreza o porno miseria. Películas de cuicos y películas de flaites, donde no existe la clase media de la que hablo, la que anda en micro, la que vive atrapada pagando cuotas, donde dedicarse al arte es algo imposible. Esa realidad no había sido retratada, al menos de la manera en que lo hicimos», remata.

Influencias

A nivel cinematográfico, Pérez dice que la película tiene muchas influencias, que van desde el cine latinoamericano hasta el neorrealismo italiano.

«Algunas películas que me inspiraron desde la estética o el montaje fueron Strangers Than Paradise de Jim Jarmush, 25 Watts y Whisky de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella. Hay influencias del cine de Paul Thomas Anderson, en particular de Boogie Nigths, por mostrar un relato coral en torno a personajes perdidos que encuentran su familia en el cine porno, y que, en nuestro caso, es el hip hop donde los personajes se encuentran».

Además apunta a películas como Stroszek de Werner Herzog, Apreciaciones Mutuas de Andrew Bujalski, Días sin Huellas de Billy Wilder y Al Otro Lado de Fatih Akin.

A nivel de Chile, para Pérez su película se parece al mundo de Mala Junta, de Claudia Huaiquimilla.

«Mostramos la marginalidad, pero no hay una visión desoladora. Hay amor por los personajes. Una intención de dignificarlos, mostrar sus contradicciones y cómo estos también son responsables de sus caídas», dice.

El director Luis Alejandro Pérez.

Banda sonora

Eso sin olvidar una banda sonora compuesta mayoritariamente por grupos de la zona norte de Santiago.

Entre ellos se cuentan Ruff-T, NFX, Raw Corp, Morteros Crew, Rick Santino, BMontes y Nikodekons.

También otros del extranjero, como Urbanse de Argentina y Grand Groove de España.

Además hay música de otros estilos, como Doctor Pez, un cantautor nacional, y grupos indie como La Llamada de Héctor o Patio Solar.

Y si bien la mayor parte del soundtrack está en Spotify, Pérez anuncia que pronto lanzán un playlist con la mayoría de las canciones.

Estallido

Finalmente, la cinta habla de un descontento que fue el caldo de cultivo del estallido social del 18 de octubre.

«La película refleja una realidad. Familias endeudadas, pocas posibilidades de una educación superior, represión, etc. Son elementos que estaban ahí. Las injusticias y desigualdades que los raperos como Portavoz venían rapeando desde hacía mucho tiempo. En ese sentido, son jóvenes que estarían en las marchas, arriesgándose. Son la clase de jóvenes que han perdido sus ojos por luchar contra lo que creen injusto», cuenta el director.

Él mismo vivió el 18 de octubre en plena posproducción de la película.

«Como todos, pasé por muchos estados. Rabia, alegría, miedo, horror. Estaba desconcertado por la violencia. Nunca pensé que me tocaría ver en vivo lo que había visto solo en documentales. Todavía me cuesta asimilar que más de 450 personas hayan perdido sus ojos».

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