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“Te convertirás en un extraño” de Nicolás Campos Farfán: somos un cúmulo de gente solitaria CULTURA|OPINIÓN

“Te convertirás en un extraño” de Nicolás Campos Farfán: somos un cúmulo de gente solitaria

La obra cumple en tanto libro de cuentos: contar historias con descripciones bien bosquejadas, sin ese hálito moral de vidas ejemplares y aleccionadoras, sino de la cansina condición humana, lisa y llanamente.


“¿Qué es peor, ser nada o ser nadie? Recordé esa pregunta de Simón, fue inevitable. Me pareció mal formulada. Debía ser: ¿qué es peor, ser nada o ser alguien? Así sería más gravitante y hasta podría servir para separar al mundo en dos clases de personas”, fragmento del libro.

Una banda que toca en Ventanas, a la orilla del mar, y un fans que asiste tan desadaptado como el protagonista. Una pareja de vendedores que viven el día a día, que duermen a la intemperie y para quienes el futuro y el amor son cosa lejana. Un hijo que muere por una picadura de insecto y el desplome de la relación de sus padres. Un viaje a Buenos Aires de dos primos, atravesado por anotaciones, confusiones y reflexiones. Un encuentro con una gitana y la incomodidad que le provoca a la narradora, una coleccionista de libros. Un garzón y su padre en una historia que se entrecruza, develando miedos y desamparos, extraños el uno al otro. Un joven que práctica karate Kyokushinkai, sin otra aspiración que evitar ser humillado y que decide salirse, a pesar de la confianza de su sensei.

Estos son los siete cuentos que componen el libro Te convertirás en un extraño de Nicolás Campos (Santiago, 1983), publicado por Los Perros Románticos en 2018.

Hay algo en estas narraciones que inquieta, cierta apatía, cierta desconexión entre personajes y su tiempo, como dijera Mónica Drouilly, en un contexto para nada esperanzador, que devela también la extracción socioeconómica donde la mayoría de estas historias se insertan: una zona de sacrificio, una comuna periférica, Valparaíso, pobreza, falta de oportunidades, hipocresía y discriminación. Olvido. Mucho olvido.

Nada fuera de lo común en este Chile tercermundista.

“Mientras tocaba, miré el mar y los miré pensando en lo hermoso que sería si una ola gigante viniera y, filosa, los cortara en pedazos. O que una ola de ácido sulfúrico los quemara, o un aluvión de vómito los tapara” (pág. 13).

“Vivir a la intemperie es extraño. Nadie sabe bien a quién pertenece este terreno, pero suponemos que luego nos van a echar para construir otro supermercado, o algún mall” (pág. 31).

“Van a asaltarme, pensé, creen que es fácil asaltarme porque soy vieja. Di otro paso hacia atrás, despacio. Justo en el bolsillo de mi cartera tenía un billete de veinte mil pesos y unas monedas. Había estado dudando si comprar o no cierto libro. La gitana me preguntó qué pasaba, si acaso me desagradan los gitanos” (pág. 75).

“(…) Se leía claramente lo que mi mirada le decía a la Cristi: te voy a traicionar. Iba a abandonarla. Ser papá hubiera despertado en mí lo peor. Esa tarde me convencí de que si vivía con la Cristi y con Juvenal me iba a convertir en una repetición de mi padre” (pág. 93).

El libro bien podría resumir la fragilidad de los vínculos emocionales como expresión de la fragilidad de la propia existencia. Una materialidad atravesada por humores, desilusiones, carencias, donde la conciencia de sí no siempre es clara y no permite, por tanto, alguna posibilidad de resistencia o transformación. Nos enfrentamos a personajes que deambulan, deslucidos, que tratan de hacer lo mejor posible.

Que lo intentan y se equivocan muchas veces.

“(…) Lo raro fue que no me desahogara antes. Todos esos días estuve apenas reaccionando, sin meditar ni sufrir. Ahora la lucidez me arrasó y creo que por eso lloré” (pág. 54).

“Fue ahí que se acordó de la roca con la inscripción de tengan feliz viaje y buena suerte. Como al leerla por primera vez, volvió a reír de manera suave, como bajo el efecto de un sedante. Esta vez no ignoraba el motivo de su risa. Una sensación idéntica a lo que tendría que ser la gratitud comenzó a llenarlo, a irradiarlo” (pág. 71).

“(…) ¿Qué pregunta le hago? En esos segundos hurgué en mi cabeza, a ver si quedaba una inquietud o un proyecto pendiente. Busqué y no encontré nada. Digamos que había eso: nada. Había conformidad. Ni idea de qué decirle entonces” (pág. 77).

En definitiva, salvo algunos problemas (el delineamiento de la crítica social en El sonido de un cassette cuando se acaba, la construcción del narrador en Su vida nueva o temas de verosimilitud en Las cintas), Te convertirás en un extraño cumple en tanto libro de cuentos: contar historias con descripciones bien bosquejadas, sin ese hálito moral de vidas ejemplares y aleccionadoras, sino de la cansina condición humana, lisa y llanamente.

Ficha técnica

Nicolás Campos Farfán.

Te convertirás en un extraño.

Editorial Los Perros Románticos,

2018.

118 páginas.

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