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Congreso Futuro: «Chile tiene la oportunidad de hacer una Constitución para el siglo XXI» CULTURA

Congreso Futuro: «Chile tiene la oportunidad de hacer una Constitución para el siglo XXI»

Lo dijo la cientista estadounidense Rachel Bronson. «¿Cuál será la respuesta de Chile a la eficiencia del balance económico con justicia económica? ¿Cómo asegurará Chile un respeto saludable e inversión en el avance científico, pero también que dichos avances estén vinculados ética y óptimamente? ¿Cómo ese inquilino (sic) fundamentalmente importante será reconocido en su Constitución cuando sea votada en el 2022?», se preguntó.


La cientista política estadounidense señaló este lunes que el proceso constituyente en Chile abre la posibilidad de incorporar las problemáticas del siglo XXI, como la inteligencia artificial, la ingeniería genética y el cambio climático.

Bronson realizó sus declaraciones en el marco de la charla «El salto al vacío», una de las actividades del Congreso Futuro 2021, el principal evento de científicos e intelectuales en Chile, que se realiza de forma telemática hasta el jueves. La especialista es directora ejecutiva y editora del Bulletin of the Atomic Scientists.

«Han experimentado un muy poderoso y exitoso referendo, y están comprometidos en pensar nuevamente cómo estructurar su país políticamente, en respuesta a la ruptura económica y las frustraciones políticas», señaló.

Democracia del siglo XXI

«Lo que hace a los experimentos tan importantes y aún así bastante arriesgados es que es uno de los pocos ejemplos donde una democracia existente ha llamado activamente a cuestionar su propia Constitución y exigió un replanteo de cómo debe verse la democracia en el siglo XXI. Y están haciendo eso mediante un enfoque desde abajo hacia arriba, poniendo primero a las personas para tanto crear, pero también beneficiarse de estos arreglos nuevamente diseñados», dijo.

«Como muchos otros, Chile ha experimentado un aumento de la riqueza. Parece que la economía globalizada empoderada por las nuevas tecnologías está trayendo beneficios enormes, pero no igualitariamente a todos, y con considerable daño y riesgo a muchos. Este es el submundo o el lado oscuro de la globalización: la duda, el escepticismo y el cuestionamiento de las instituciones duraderas que en el pasado proporcionaron estabilidad, pero hoy parecen estar poco equipadas para responder a los problemas más urgentes de la sociedad».

«Como con otras democracias  alrededor del mundo, Chile ha visto un constante y fuerte declive en el apoyo público para casi toda institución en la sociedad, incluyendo a los sospechosos usuales, como el Congreso Nacional y los partidos políticos. Pero los chilenos también expresaron su desagrado con la policía y la iglesia Católica», agregó.

La cientista destacó que se trata de una tendencia global, que empezó en los años 90, y que se replica en otros lugares en el mundo, incluso en Estados Unidos.

«Chile tiene la oportunidad de establecer un ejemplo para los Estados en el mundo, desarrollando una Constitución del siglo XXI que hable de muchos de los cambios encaminados globalmente. ¿Cuál será la respuesta de Chile a la eficiencia del balance económico con justicia económica? ¿Cómo asegurará Chile un respeto saludable e inversión en el avance científico, pero también que dichos avances estén vinculados ética y óptimamente?».

«Así es como Chile realmente vive en el mundo de hoy con la velocidad del avance tecnológico que empodera la globalización y el desecho que produce nuestro ambiente cada día, pero introduce una mayor equidad y justicia. ¿Cómo la nueva Constitución chilena reconocerá la necesidad de una participación global mientras al mismo tiempo habla de las necesidades de su ciudadanía nacional? ¿Cómo Chile participará con sus vecinos y el panorama global en evolución? ¿Cómo puede ayudar a aclarar que los problemas globales requieres soluciones globales? ¿Cómo ese inquilino (sic) fundamentalmente importante será reconocido en su Constitución cuando sea votada en el 2022?», se preguntó.

En el contexto de los peligros que representan la proliferación nuclear y el cambio climático, «cualquier cosa que se haga dentro del contexto de la nueva Constitución  para aplacar  cualquiera de las dos será un gran servicio a la humanidad», remató, junto con llamar a incorporar temáticas como la inteligencia artificial y la ingeniería genética.

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