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Choque de supernovas: científicos acusan al principal centro astronómico chileno CATA de apropiarse de propiedad intelectual CULTURA|CIENCIA

Choque de supernovas: científicos acusan al principal centro astronómico chileno CATA de apropiarse de propiedad intelectual

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Desde hace varios días circula una carta pública, en que varios astrónomos de las universidades de Chile, de Santiago, de Valparaíso y Diego Portales, entre otros, realizan una serie de acusaciones contra el Centro, como apropiarse de investigaciones ajenas. «La apropiación indebida de propiedad y personal científico de parte del CATA se escapa de toda norma ética», asegura Simón Casassus, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile. La entidad, dirigida por María Teresa Ruiz, respondió en otra misiva, que entre otros respaldó el veterano José Maza y Guido Garay, los tres Premio Nacional de Ciencias Exactas. Las acusaciones responden a «un evidente desconocimiento a la hora de rendir los resultados no solo de nuestro Centro, sino también de cómo se rinde cualquier Centro con financiamiento basal», sostuvo Dante Minniti, astrónomo de la Universidad de Andrés Bello y uno de los ocho investigadores principales del centro.


Una polémica por propiedad intelectual ha estallado en torno al Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), la mayor entidad nacional dedicada a la investigación y desarrollo de tecnologías vinculadas a la astronomía en Chile.

Desde hace varios días circula una carta pública, en que varios astrónomos de las universidades de Chile, de Santiago, de Valparaíso y Diego Portales, entre otros, realizan una serie de acusaciones contra el Centro, específicamente «la apropiación indebida de productividad científica».

«La apropiación indebida de propiedad y personal científico de parte del CATA se escapa de toda norma ética», asegura Simón Casassus, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, quien fue parte del centro hasta 2013 y ahora lo denuncia.

La entidad, dirigida por María Teresa Ruiz, respondió en otra misiva, que entre otros respaldó el veterano José Maza y Guido Garay, los tres Premio Nacional de Ciencias Exactas.

Allí señala que todas las actividades y rendiciones, tanto académicas como financieras del CATA, fueron auditadas exhaustivamente y aprobadas por las autoridades correspondientes de CONICYT y los evaluadores internacionales del proyecto, aprobándose estas sin observaciones.

«Por lo tanto, podemos afirmar categóricamente que todo el actuar de CATA se adecuó a las reglas de los programas que lo financiaron y siguiendo el comportamiento ético científico correspondiente, contrario a las acusaciones realizadas que se ha demostrado claramente no tienen asidero alguno», dice la misiva del CATA.

«Desestimamos de forma categórica las impugnaciones y, tal como hemos señalado en nuestra comunicación oficial a los que han cuestionado el proceder, consideramos que son fundadas en el desconocimiento de la normativa vigente», asegura Dante Minniti, astrónomo de la Universidad de Andrés Bello y uno de los ocho investigadores principales del centro, ante una consulta de este medio.

«Mi impresión es que este es un problema artificial de pocos, cuyos postulados se han visto claramente refutados en nuestra carta respuesta», agregó.

El CATA

El conflicto, sin embargo, es de vieja data. Ya en 2019 circuló otra carta que cuestionaba la gestión del centro, emplazado físicamente en el Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, específicamente en el Cerro Calán.

Este Centro de Excelencia está compuesto por la Universidad de Chile como institución albergante y las Universidades Católica de Chile y de Concepción, como instituciones asociadas, según su sitio web. Reúne a más de 35 investigadores asociados, más de 50 investigadores postdoctorales y decenas de estudiantes de postgrado entre los niveles de magíster y doctorado, repartidos entre las tres instituciones que lo componen. Desarrolla seis líneas de investigación científica, dos de tecnología y una enfocada en divulgación y educación.

Es dirigido por Ruiz y su subdirector es el Doctor en Astrofísica de la Universidad de Harvard, Guido Garay. Ambos científicos son profesores titulares del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile. El centro comenzó a operar en abril de 2008 y es sustentado por el Programa de Financiamiento Basal para Centros Científicos y Tecnológicos de Excelencia, una iniciativa de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), hoy dependiente del Ministerio de Ciencias, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre el conflicto.

Acusación

En concreto, Cassasus  señala haber descubierto que el CATA había vulnerado el derecho de propiedad científica de docenas de científicos, incluyéndonos, simplemente al revisar su portal web, donde figuraban como productividad CATA centenares de artículos científicos que no correspondían al proyecto, según dice.

«Decidimos corroborar esta información mediante una solicitud a Transparencia ANID. Observamos que los evaluadores del proyecto se basaron en aproximadamente el doble del número de artículos de los que llevaban agradecimientos al proyecto, dentro de los cuales figuraban dos artículos de ‘alto impacto’, publicados en (la revista) Nature, afirma.

Según Cassasus, el resumen de uno de estos artículos en Nature fue copiado en un informe técnico del CATA.

«Además observamos que estos informes se apropiaban de proyectos científicos, descritos como siendo liderados por el centro -literalmente-, cuando en realidad no tenían conexión alguna con el centro. Docenas de investigadores jóvenes y estudiantes figuraban como miembros del centro CATA, sin conexión contractual con el centro y sin participar de colaboraciones científicas con sus miembros», dice.

Añade que la apropiación indebida de propiedad y personal científico de parte del CATA se escapa de toda norma ética, y va en flagrante violación de la declaración de Singapur sobre integridad científica, que necesariamente debe suscribir toda dirección de proyectos científicos asociativos en Chile.

«Siendo el CATA el proyecto astronómico más grande de la historia de Chile, es un deber denunciar estos abusos y buscar que se apliquen las sanciones que correspondan. Además, fuimos vulnerados en nuestra propiedad científica, y con esta acusación buscamos también la protección de la Ley», dice.

En concreto, Cassasus señala que un 45% de las publicaciones científicas que reportó el CATA no correspondían al proyecto, incluyendo a dos artículos de Nature, y los evaluadores no fueron debidamente informado de ello; que el CATA se apropió de proyectos científicos en la redacción de sus informes, adueñándose de sus liderazgos, sin que estos proyectos tengan conexión con el centro; y que el CATA anexó personal científico sin respaldo contractual ni conexión científica, incluyendo a docenas de investigadores jóvenes y estudiantes, sin su consentimiento y sin informarles. Esta anexión incluye también el uso de imagen en el portal web del CATA.

«Estas graves acusaciones contra el CATA tenían precedentes en el ámbito científico. En el año 2011 pedí acceso a los informes científicos. Mi pedido fue ignorado -ahora entendemos por qué-, lo cual motivó mi renuncia del centro. Además hubieron varias denuncias de los abusos del CATA en lo financiero, tal como se destaca en la carta abierta del 2019», remata.

Defensa

Minniti, en cambio, habla de «un evidente desconocimiento a la hora de rendir los resultados no solo de nuestro Centro, sino también de cómo se rinde cualquier Centro con financiamiento basal».

«Los fondos basales entregados por ANID lo que buscan es crear un ecosistema de investigación de vanguardia, un paraguas, donde se generen condiciones para que surjan otras iniciativas científicas, tales como los Anillos, Institutos Milenio, Núcleos Milenios y Fondecyt. Al respecto, estamos felices de haber cimentado el camino a varias de esas iniciativas en el pasado», dice.

Según el astrónomo, lo anterior se demuestra en que el Basal CATA durante más de una década no solo financió honorarios de científicos y de personal profesional, también apoyó en obras de infraestructura (en la universidades albergantes), pagó de equipamientos e insumos, sólo por nombrar algunas.

«Algo muy importante que quiero destacar es que desde que se envió la misiva con los cuestionamientos a nuestro Centro de Excelencia, varios científicos/as, que habían inicialmente firmado en apoyo de dicha carta, retiraron su adhesión de la misma tras ver la nítida respuesta del CATA», dijo.

Según Minniti, el Centro de Astrofísica CATA año a año (y durante más de una década) se ha sometido y cumplido con los procesos de rendición establecidos por la normativa y autoridad vigente del área: la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) y posteriormente la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), que la reemplazó.

«ANID es, sin duda alguna, una entidad fundamental en el financiamiento y promoción de la ciencia y la tecnología en Chile. Es ANID quien sienta las bases de nuestra rendición de cuentas y a esas bases nos ceñimos», asegura.

Los denunciantes esperan ahora que las autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, de la Universidad de Chile, de la Pontificia Universidad Católica y de la Universidad de Concepción investiguen a fondo el tema.

«Siempre hemos cumplido con los criterios establecidos y cada vez que recibimos consultas buscamos responderlas por los canales establecidos», concluye Minniti. «Esperamos que nuestra carta respuesta sea todo lo clara que queremos para que no existan más este tipo de situaciones».

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