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Poemario «Pasos continuos» de Francisca Aninat: descripciones precisas de cuadros fantasmales CULTURA|OPINIÓN

Poemario «Pasos continuos» de Francisca Aninat: descripciones precisas de cuadros fantasmales

Nicolás Bernales
Por : Nicolás Bernales Escritor y columnista literario. Ha publicado el libro de cuentos "La Velocidad del agua" (Ojo Literario 2017), por el cual se adjudicó el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en el área de creación. En 2023 publicó la novela "La geografia dell` esillio", Edizioni Ensemble. Roma.
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Desiertos, parques, pasillos y hogares. Muros gastados, piscinas, jardines y rostros. No hay nada que no atrape la mirada de la autora, la lista podría ser infinita, de objetos, personas y espacios trazados. Estos lugares, estos mundos reconstituidos con ambivalencia y puntos oscuros, generan algo hipnótico; dejamos de buscar el primer plano. Intentamos distinguir a tiempo lo que está a punto de desaparecer.


Contamos con siete manifestaciones o representaciones artísticas en nuestra cultura. Es posible que existan otras, pero identificamos a la pintura, la música, la arquitectura, la danza, la literatura y el cine, como las principales formas de exploración estética de la vida humana. No me cabe duda de que cualquier creador serio se alimenta de una combinación de estas en la génesis de su obra. Faulkner declaraba que “la música es la forma más sencilla de expresarse, pues fue la primera en aparecer en la evolución histórica de la experiencia humana. Pero, puesto que mi talento es el lenguaje, no me queda más remedio que expresar torpemente con palabras emociones que la música expresaría mejor y de forma más sencilla”. Pero no podemos dejar de sentir la musicalidad en la escritura del norteamericano.

Francisca Aninat es artista plástica, lo cual es un dato que no podemos obviar frente a un libro difícil de clasificar. Pero las definiciones a veces son un estorbo y una lata. A veces hay que dejarse guiar por las sensaciones. Como cuando nos plantamos inmóviles frente a un cuadro.

Las experiencias, los recuerdo, la forma en que recuperamos los sueños, son procesos subjetivos, únicos y al mismo tiempo similares entre nosotros. Lo que nos lleva a veces al reconocimiento en el pensamiento del otro.

Ese es el material con que trabaja Francisca Aninat en cada página, en cada uno de estos relatos o poemas. Construye descripciones precisas de cuadros fantasmales. No se detiene en busca de explicaciones, lejos de eso, se precipita con claridad hacia estados confusos. Lo que podría sonar a una contradicción, pero en cierta medida no lo es, es la realidad de nuestra psiquis cuando indaga en sueños, sensaciones y memoria.

Algunos de estos textos están enmarcados por un color dominante, que aparece al final, silenciado entre paréntesis: (azul) (purpura) (marrón) (verde) (dorado). Esta declaración cromática nos invita a revisitar lo recién leído generando un cambio en nuestra percepción, reordenando el colorido de las imágenes creadas en nuestra mente por la lectura.

«Nunca más volví a visitar estos lugares, tengo
la certeza de que fueron cambiando a medida
que los recordaba, la dubitación del aquí o
allá se esfumó y sin quererlo bruscamente me
despertaba.
(rojo)»

Desiertos, parques, pasillos y hogares. Muros gastados, piscinas, jardines y rostros. No hay nada que no atrape la mirada de la autora, la lista podría ser infinita, de objetos, personas y espacios trazados. Estos lugares, estos mundos reconstituidos con ambivalencia y puntos oscuros, generan algo hipnótico; dejamos de buscar el primer plano. Intentamos distinguir a tiempo lo que está a punto de desaparecer. Y también dejamos de buscar clasificaciones en la forma en que Francisca Aninat traspasa su arte a la palabra escrita. Nos dejamos llevar por la lectura de estos «Pasos continuos», como si estuviésemos inmóviles frente a un cuadro.

«Golpeada la carne, abiertos los trozos, sacaba la grasa,
desmembraba una tira —los ruidos ahogados en
gloria y destrozo. Es un rojo azulado que en
mí se sostiene, si cerrara las puertas y dejara la
pieza sin mi persona, entonces aparece el Brueghel
del que hemos hablado.
(bermellón)»

Ficha técnica

«Pasos continuo», Francisca Aninat, Ediciones Tacitas, 76 páginas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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