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Portavoz: “Podemos ser felices y talentosos, libres de droga y químicos de mierda” CULTURA

Portavoz: “Podemos ser felices y talentosos, libres de droga y químicos de mierda”

Johanna Watson
Por : Johanna Watson Periodista musical
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Este fin de semana se expusieron los detalles del accidente que el artista hip hop sufrió hace ocho meses, donde su vida cambió para siempre al caer de un cuarto piso desde su departamento en Santiago bajo los efectos del «tusi», droga que ha entrado con fuerza en diferentes sectores de Chile. Después de meses de silencio, el músico da a conocer desde adentro su experiencia y reflexiones tras el evento que casi lo llevó a la muerte.


Jorge Ferrer Millanao, conocido como Portavoz, esbozó las primeras pinceladas de su carrera en el año 2005, cuando recopiló en un disco sus primeros demos. Luego de tres años de estudios de Pedagogía en Historia en la Academia de Humanismo Cristiano, Portavoz apostó por promover sus conocimientos en otro espacio que no fueran las aulas de clases, sino que sobre los escenarios y desde las líricas de sus canciones.

Fue así como surgió la banda de rap Salvaje Decibel. De este proyecto nació el álbum «Poblacional», editado en el 2007 y en adelante, Andi, como también es conocido, no paró de crear. Sus letras circularon por las corrientes del underground local, su relato crudo llegó hasta diversos rincones de la ciudad, y en paralelo continuó editando discos: en el 2011 lanzó «Escribo Rap con R de Revolución», que le permitió cruzar fronteras y en el 2013 «Radical con Salvaje Decibel». En el 2019, lanzó en solitario el álbum «Millanao».

En adelante, Portavoz ha logrado posicionarse como uno de los cultores de su estilo con mayor credibilidad y prestigio, anunciando una prometedora carrera con alcance internacional.

El accidente

El 6 de agosto del 2021, la vida de Portavoz tuvo un giro inesperado: cayó de un cuarto piso desde su departamento en Santiago, sufriendo un TEC (Trauma Encéfalo Craneal) grave y diversas fracturas en una de sus muñecas.

La vida del artista se detuvo en un segundo, su compañera lo socorrió durante los primeros minutos y fue derivado hasta la Posta Central, donde fue intervenido y llevado a un coma inducido por dos semanas.

Todo se detuvo. La vida, la música, el rap. El silencio y el miedo se apoderaron de su entorno cercano y la incertidumbre fue desde ese entonces la protagonista en la evolución de Portavoz.

Ocho meses han pasado desde el episodio que marcó la vida del artista, que poco a poco ha retornado a los escenarios, con una nueva historia sobre sus hombros. Por decisión de su círculo más íntimo, nunca se reveló a los medios el origen de su accidente. Sin embargo, este fin de semana, el diario La Tercera publicó un reportaje titulado “La cultura Tusi” donde se expuso el avance de la droga en Chile y de la acogida que ha tenido dentro del universo de la música urbana.

El texto abre con el caso de Portavoz y utiliza el parte policial para poner en contexto sobre los efectos y peligros de la droga. Consultamos a Andi Portavoz si quería contar su experiencia, la respuesta fue positiva.

“El diario La Tercera publicó información reservada sobre mi accidente. No me llamaron para chequear lo que ahí se dice, ni siquiera para avisar que publicarían esos antecedentes. Fue un acto violento y falto de ética por parte de ese diario, ahora entiendo mejor por qué ya nadie le cree a ese tipo de prensa. Decidí dar esta entrevista para contar bien lo qué pasó, pero sobre todo para dar testimonio de lo peligrosa y atrapante que pueden llegar a ser ciertas drogas».

«Novedad en la pobla»

– ¿Qué sabías del «tusi» antes de usarlo y qué te hizo querer consumirlo?

– Sabía que era una novedad en la pobla, que estaba ocupando el espacio de drogas como la cocaína, pero que era más placentero y te relajaba. Y así la probé, carreteando con amigos en fiestas del barrio o en eventos musicales. Yo siempre fui más bueno para el copete, el alcohol es mi vicio madre, del que precisamente ahora también me estoy limpiando, estoy en ese ciclo. Fue así nomás, un día me dio curiosidad, probé el «tusi» y me quedó gustando. Es peligroso porque es altamente adictivo, alucinas brígido si consumes mucho. Hay que tener harto control mental y voluntad para dejarlo. ¡Pero se puede! Yo ya no estoy en esa después del accidente. “Ya era” el «tusi».

– ¿Qué recuerdos tienes de la noche del accidente?

– Recuerdo que comencé a vacilar con unos amigos en Bellavista desde las siete de la tarde. Ahí compartimos bacán, todo bien, nos tomamos unas chelas, yo ya había consumido un poco de «tusi». Luego llegué a mi casa, ahí estaba mi compañera, pero ella decidió no salir conmigo, prefirió quedarse. Yo volví a salir y fue ahí donde consumí bastante «tusi». Llegué a mi casa a eso de las cinco de la mañana, con una botella de champaña y algo de «tusi». Escuchamos música, conversamos un ratito, hasta que de un momento a otro me empiezo a sentir mal y mi mente empieza a tener pensamientos y visiones terribles.

– ¿Puedes compartir lo que sentiste o viste?

– Comencé a alucinar fuerte, como nunca me había pasado, por ejemplo, me empezaron a sudar mucho las manos, no le veía bien la cara a mi compañera, veía su rostro plano, sin facciones. Sentía que desde otra dimensión estaban controlando mi mente, esa sensación de psicosis fue constante. Intenté llamar a otros amigos para que me ayudaran de alguna forma, pero a la vez me sentía vigilado si hablaba mucho por vía telefónica, así que paré de hacerlo. Cosas así me pasaron, alucinaciones brígidas.

En un momento me sentí tan vigilado y controlado por algún poder externo, que necesitaba salir del departamento, me sentía muy ahogado. Mi compañera no me dejó salir, con el fin de protegerme, porque podría haber sido aún más peligroso si salía a la calle en ese estado, drogado y vulnerable. Decidimos tratar de calmarnos y abrazarnos un rato, pero mi ahogo era terrible, necesitaba salir del departamento y de ese estado mental. En la desesperación decidí lanzarme por la ventana, para poder liberarme del encierro y del agobio mental que me estaba dañando.

– Los días posteriores a tu accidente se habló de intento de suicidio.

– En ningún momento pensé en suicidarme, solo quería liberarme de la horrible sensación de ahogo que estaba viviendo, y sin medir las consecuencias ni la altura en la que estaba, salté al vacío nomás. Como resultado tuve un TEC grave que casi me costó la vida. Una noche horrible que no quiero volver a pasar y no se la deseo a nadie. Por eso ahora no más «tusi» ni sustancias en mi cuerpo, y hago un llamado a niños y jóvenes a que no dependan de ninguna droga para ser felices y crear canciones. Podemos ser felices y talentosos al natural. Libres de droga y químicos de mierda.

La recuperación

– ¿Cuándo y cómo te enteraste de lo que te había pasado?

– Al despertar de dos semanas en coma en el hospital, post operación de craneoplastía, mi familia y compañera se encargaron de recordarme los sucesos que yo había olvidado. Un dato importante acá: la familia siempre está en los peores momentos. Un aprendizaje de vida que nunca voy a olvidar. La familia está primero, y ahí también se ven los verdaderos amigos y amigas.

– ¿Qué impacto tuvo el accidente en tu vida y carrera?

– Tengo secuelas físicas, perdí gran parte de mi audición del oído derecho, y la visión total de mi ojo derecho. Al principio estuve muy deprimido por esto, y con mucha ansiedad también, por el hecho de vivir con una nueva condición física y la incertidumbre de mi futuro. Pero ahora estoy mucho mejor, más acostumbrado al nuevo Andi físicamente, y con mejor ánimo. Estoy retomando el rap y ya he vuelto a hacer algunos eventos. El público en general ha sido muy bacán y lindo conmigo en la calle y en los conciertos, he recibido muchas muestras de solidaridad y cariño. En regiones sobre todo, hay mucho cariño a mi trabajo artístico. Se los agradezco mucho, los quiero.

– A ocho meses del episodio, ¿cómo observas el consumo de «tusi» en Chile y qué le dirías a los jóvenes que quieren probarlo?

– A los niños y la juventud les puedo decir que no es necesario el «tusi» para sentirse bacán, para rapear o tener creatividad, yo gran parte de mis canciones las hice lúcido, fue ya más grande que comencé a vacilar. Hay muchas cosas que podemos hacer para desatar las hormonas de la felicidad, hacer deporte, tomar sol, alimentarnos bien, compartir y estar con las personas que queremos, realizar alguna disciplina artística. No hay que depender de ninguna sustancia para ser felices y pasarlo bien. Ese es el camino al que estoy retornando.

A los más grandes les diría que cuiden harto su cuerpo también y si les gusta mucho la jarana, que apliquen autocontrol. No lo digo creyéndome una autoridad moral o arquetipo de persona, ¡nica! es un consejo de hermano a hermano: ponerse límites a uno mismo, es bueno para cuidar la salud física y mental. Mientras más libres de droga, mejor. Además, el ir alejándome de los vicios en este último tiempo, ha ido potenciando mi autonomía y amor propio, que los estaba perdiendo. Tenemos que estar de pana, para nosotros, nuestras familias y seres queridos.

– Hay artistas urbanos que han hecho canciones donde hablan del consumo de «tusi», ¿qué opinas al respecto?

– Creo que es la realidad cotidiana de ellos, solo están rapeando lo que viven, y aunque suene crudo es la realidad de muchos barrios populares. En lo personal, nunca me motivó mucho rapear acerca de drogas, principalmente porque no las consumía, eso fue algo que comencé a hacer los últimos siete años hasta mi accidente, y también porque no me gustaba la idea de embrutecer al pueblo incentivándolo a consumir drogas. No así con la marihuana, que es una planta que hasta tiene propiedades medicinales. Desde niño siempre vi al alcohol y la droga como una forma de control social, una forma en que la élite y el poder nos tenía anestesiados y adormecidos en la pobla. Creo que hay que cuidarse siempre de llegar a ese extremo. Para eso sirve el autocontrol y la autonomía.

– ¿Cómo ha sido tu proceso de recuperación?

– Ya he avanzado más, estoy mejor de ánimo, no tan depresivo como los primeros meses post accidente, donde tenía mi cráneo a medias y estaba recién asumiendo las secuelas. En la actualidad estoy retomando algunos eventos por regiones, festivales y actividades sociales en algunos territorios. Me ha servido harto la ayuda de compañeros especialistas en salud mental. Estoy con un psicólogo de pana en este momento, he tenido valiosas terapias con el hermano ahí. Es súper necesario ir a terapia, he aprendido, uno que es de población, de familia de clase trabajadora, no acostumbra mucho ir al psicólogo, casi nada en verdad. Encuentro bacán que se rompan los prejuicios y se normalice la preocupación por la salud mental en todo Chile. Vamos pa`rriba.

– ¿Cuáles son tus planes en lo musical a corto, mediano y largo plazo?

– En lo musical he estado colaborando con colegas, hermanos como Rolando Fino y los cabros de Flamboyan (Funky Flu + Balboa). También con Flor de Rap para sus nuevos proyectos, con Mala Rodríguez compartimos escenario hace poco. Con mi hermano Macha también hemos estado ideando maquetas. Eso es lo que he estado haciendo en lo inmediato, además de retomar los shows en vivo, que también me gustan mucho, y de a poco estoy recuperando el «ki» (1).

– ¿Estás trabajando en música nueva?

– Estoy recién pensando en eso, si es que lo hago solo o con algún compa. Me gusta harto trabajar con colegas y hermanos de la música la verdad, se crean cosas bonitas, y salgo un poco de mi área de confort, es entretenido. A medida que vaya avanzando voy a estar informando igualmente. Todavía me queda rap, música en el piuke (2).

1 Ki: Concepto para denominar la energía utilizado en la serie Dragon Ball.

2 Piuke: Corazón en lengua mapuche.

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