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Director teatral Ernesto Orellana y obra sobre Pasolini: “vivimos una cultura heterosexualizada que debe cuestionar sus históricos privilegios” CULTURA

Director teatral Ernesto Orellana y obra sobre Pasolini: “vivimos una cultura heterosexualizada que debe cuestionar sus históricos privilegios”

El artista trae junto a Teatro Sur y artistas escénicos italianos, una revisión y análisis de la obra del intelectual italiano, nacido en 1922 y asesinado en 1975. Todo mediante “Actos impuros”, una performance transdisciplinar que busca, mediante diferentes dispositivos, reivindicar el legado del artista italiano, particularmente la emancipación del deseo y la libertad sexual, que se estrena el próximo 9 de junio en Matucana 100.


El 2 de noviembre de 1975, en circunstancias aún no totalmente esclarecidas, era asesinado Pier Paolo Pasolini en las cercanías de Ostia, Italia. ¿Por qué un artista puede llegar a ser tan peligroso para una sociedad al punto que alguien le arrebata la vida? ¿Por qué nunca se supo realmente quién mató a Pier Paolo Pasolini? ¿Por qué su muerte sigue siendo un misterio?

Tras su asesinato, a pesar que se apagaba el corazón de este creador, la corriente de su pensamiento y legado del artista e intelectual italiano, sólo ha continuado en circulación, expansión y en diálogo con diferentes contextos, y el actual no ha sido la excepción. Ni menos Chile.

Es por eso que a propósito del centenario de su nacimiento, una banda de artistas chilenos e italianos, admiradores de su legado, se reunieron para dar vida a “Actos Impuros”, una performance transdisciplinar que llega este 9 de junio a Matucana 100. En ella, mediante el cuerpo, la poesía, las visuales, la danza, el teatro y la música, la compañía Teatro Sur pondrá en escena algunos de los preceptos fundamentales del artista homosexual y comunista.

De qué va esta obra y por qué tenemos que saber de Pier Paolo Pasolini hoy, habla su director, Ernesto Orellana, que suma esta pieza a su trayectoria: “Demasiada libertad sexual les convertirá en terroristas” “Orgiología”, “Inútiles”, “Cuerpos para Odiar”, “Los Justos”, “Ensayo General”, “Inquieto”, e “Invasión- Adaptación libre a Los invasores de Egon Wolff”. Esta última, que mereció polémica por la cancelación de la venia de la familia de Wolff de continuar con la temporada el año pasado.

Trayectoria de Pasolini

-¿Cómo describirías para quien no lo conozca, a PPP?

– Como un escritor homosexual marxista, poeta, cineasta, ensayista, dramaturgo, intelectual y activista político que expresaba sus deseos desde distintos frentes de acción. Y supo leer con aguda lucidez la complejidad del contexto de la época que le tocó vivir: una Italia católica de posguerra en ruinas con la infamia de cargar con el fascismo encima y acechada por el ascenso del capitalismo global. Pasolini, ponía el dedo en la llaga en aquellas contradicciones que la comunidad oculta y calla. Agudo crítico de la tradición burguesa y férreo defensor de la cultura popular. Profundo admirador de Cristo, Marx, Freud y Gramsci.

Escribía todo lo que necesitaba, y en su cine, definido por él como “un arte total” se concentran todas las preguntas que acumuló en su obra. Toda ella está atravesada por la tensión entre lo viejo y lo nuevo, entre el proletariado y la burguesía, entre la periferia y el centro, y de cómo el lenguaje del consumo terminó por borrar las distancias entre clases motivando una cultura de masas, vulgar y conformista. Pero Pasolini era homosexual en la Italia del Vaticano, y lo era siendo intelectual comunista. Y aquello le valió principalmente el rechazo. Pero sabía que el margen era una condición provocada, y él, puso en contradicción sus fantasmas.

De ahí que el escándalo fuera una posición política, una forma de provocación, de desestabilización, una manera de desnaturalizar aquellas morales punitivas, heteronormadas y patriarcales que constituyen los imaginarios conservadores defendidos por el entramado de poderes entre Iglesia, Capitalismo, Patria y Estado, que hasta hoy perduran.

Fue perseguido, soportó 33 juicios en su contra, cientos de sentencias, y todas por haber manifestado críticamente su política, sexualidad y deseo, en un país que al día de hoy no ha sido capaz de sentenciar a los responsables de su asesinato político en 1975, por haber sido quién era: un hombre sensible que buscaba la libertad. Y que sabía que la poesía era una forma de rebelarse frente al poder. Sus preguntas siguen generando misterios al día de hoy, y son aquellas las que generan nuevas preguntas, para continuar imaginando el devenir del mundo.

Colaboración Italia-Chile

– ¿Cómo surge esta articulación con los artistas italianos que estás trabajando y qué sello le imprime esta colaboración?

– El proyecto surge con el diseñador teatral chileno Jorge Zambrano de Teatro SUR, con la productora italiana Francesca Ceccotti, el actor italiano Gian Marco Di Lecce y la performer de Valparaíso Pita Torres. Nace por nuestra profunda admiración por Pasolini, y porque deseábamos rendirle un homenaje escénico, en este año, su centenario, desde nuestras prácticas artísticas y culturales.

Al proyecto se suma el compositor musical Marcello Martínez, quien ha compuesto todas las bandas sonoras de Teatro SUR, la directora de cine Camila José Donoso, para hacerse cargo del material cinematográfico y los actores Matías Catalán y Tito Bustamante para completar el elenco. De ahí vienen las postulaciones a los Fondos de Cultura, y, finalmente con el apoyo del Instituto de Cultura Italiano en Chile, Casa Taller Teatro SUR, Centro Cultural Teatro Container, Museo de Arte Moderno de Chiloé, Parque Cultural de Valparaíso y el Centro Cultural Matucana 100, logramos sacar este proyecto adelante.

Actos Impuros trata de dialogar con la obra de Pasolini, observada desde Chile, desde su dimensión poética, estética y política. Que sea una conjunción entre artistas chilenos e italianos, le otorga un sello de diálogo entre contextos y un cruce de imaginarios culturales que se encuentran con el legado pasoliniano. Hay muchos aspectos que hemos encontrado en estos cruces, uno de ellos es reconocernos como países que en sus historias se registran relevantes luchas sociales contra el fascismo, y, por otra parte, aún se mantienen en sus tramados ideológicos y culturales aspectos tremendamente conservadores, que impiden por ejemplo, que la sexualidad se emancipe de lo que reconocemos como régimen político heterosexual.

La obra

– ¿Con qué se encontrará el público que vaya a ver la obra?

– Con una realización escénica en la que circula la poesía pasoliniana traducida en los cuerpos mediante la danza, el teatro, el cine, la música, y el arte visual. En ella se expresa una revisión a Pier Paolo Pasolini, compartiendo citas e interpretaciones libres a sus poesías y películas, que funciona como una especie de archivo escénico documental polifónico en la que aparecerá su voz.

El público asistirá a un ritual litúrgico en el que el deseo homosexual masculino, el homoerotismo y lo sagrado toman protagonismo, y disiente de una moral punitiva heterocentrada que urge poner en tensión en el mundo de hoy. Es una obra que se expone desde la imagen, el cuerpo y la música con reversiones de piezas de Bach y Mozart. Un espectáculo posdramático que comparte a Pasolini, sacralizando sus escrituras proféticas, ocupando sus herejías, referencias, purezas e impurezas.

Nos hemos inspirado principalmente en las poesías de su época de juventud, en sus contradicciones sexuales, en la estética de sus míticas películas, en sus entrevistas, y en su obsesión por provocar el escándalo a través del cuerpo, el sexo y la política. Conmemoramos a un profeta, y a uno de los poetas más bellos y complejos del siglo.

Performance transdisciplinar

– ¿Por qué se define como una performance transdisciplinar?

– Es performance porque ponemos nuestros cuerpos en tensión y mucha exposición. Pasolini le daba un relevante lugar al cuerpo y al deseo sexual, en todas sus obras, y nosotrxs también lo hacemos en esta propuesta, agitando y exponiendo carnalmente nuestros cuerpos, sexos, biografías y deseos. Proponemos corporalidades, ejecutamos acciones, actos performativos, en las que el cuerpo impulsa poesía y problematiza la escena a través del movimiento y la imagen.

Es transdisciplinar, porque tanto el cuerpo, la palabra, la imagen visual, el cine y la sonoridad, se entretejen traduciendo lo que nos expresa el imaginario pasoliniano.

Distantes de las retóricas del teatro convencional, nuestra obra se enmarca en una experimentación escénica de carácter contemporáneo en la que los Actos Impuros, también están cuestionando las formas puristas y excluyentes del teatro burgués. Pasolini, era un férreo crítico de la burguesía. No soportaba el conformismo ideológico de ésas formas de habitar la sociedad, y el arte. Y nosotrxs compartimos su crítica.

Actualidad de Pasolini

– ¿Cuán vigente está el pensamiento de Piere Paolo Pasolini y cómo dialoga con el contexto actual?

– Pasolini profetizó que la civilización del consumo era la verdadera revolución de la burguesía, vislumbró esta época y la vulgaridad de las cultura capitalista de masas, incluyendo la estupidez que promociona la televisión actual. Fue asesinado en 1975, por no ceder a sus deseos de libertad sexual y expresión artística política. Su pensamiento era peligroso para una Italia tremendamente conservadora, como lo es el Chile que se resiste a las transformaciones sociales y que convoca a rechazar el libreto constitucional surgido de la más importante Revolución que este país ha tenido en los últimos 30 años.

La vulgaridad humana, condicionada por la civilización del consumo, y un neoliberalismo que hace que la vida sea una condición de compra y venta, y en que el temor mueve nuestros sentimientos, es el mal de nuestro tiempo, un mal al que tenemos que enfrentar. Tal cual dijo Pasolini en su última entrevista horas antes de ser asesinado por un crimen político confabulado, “todos estamos en peligro”, y hay que saber defenderse.

El pensamiento del escritor italiano circula en nuestra performance desde la necesidad de vincularnos con el misterio de la vida, de recuperar el vínculo con lo poético, con lo sagrado (que no es dominio de lo católico), de emocionarnos con la simpleza de un contacto físico entre cuerpos, o de escuchar una melodía que conmueve hasta en los huesos, de volver al cuerpo, de hacerlo emocional y políticamente presente tras una pandemia que ha normalizado nuestras distancias físicas y espirituales, de sorprendernos de la belleza del erotismo, y consagrar la emancipación política homosexual en disenso a la heterosexualidad obligatoria y normativa que impone sus morales patriarcales y punitivas.

Porque ante un mundo que gira a los neo fascismos que creíamos haber abandonado, ante una subjetividad que se subyuga al imperio del consumo y al patriarcado en decadencia, la poesía y el cuerpo, sigue siendo un refugio, y nuestra resistencia.

Legado intelectual

– ¿Qué tendríamos que aprender de su legado intelectual hoy en Chile?

– El compromiso con la vida, principalmente, y a vivirla al máximo. En defender la libertad y la desposesión de los poderes fácticos. Y no ser sumisos a la orientación moderada y sin deseo de la burguesía. En no ceder ni en una palabra ni en un acto a la convicción que el mundo puede habitarse de otro modo, con memoria, poético, sagrado, justo, y libre. En preguntarnos por quiénes somos y dónde estamos. En hablar a favor y en contra de uno mismo, autocríticamente, observando nuestras contradicciones. En asumir que la sexualidad y el sexo es primordial en la naturaleza y debe ser reivindicada. Porque el sexo es político, y es poder.

Reconozcamos que vivimos una cultura heterosexualizada que debe cuestionar sus históricos privilegios y abandonarlos. Chile no cambiará si ése poder no logra desestabilizarse. Pasolini era una intelectual de izquierdas, y pese a que el PCI lo expulsó por “indignidad moral”, jamás dejó de ser un marxista crítico que problematizó las hegemonías y las formas de la dialéctica, reconociendo en el comunismo un proyecto utópico, pero posible, en tanto se complejizara críticamente, y culturalmente.

Y cómo practicó con lucidez trenzar intelectualidad y expresión artística, en cuestionar nuestras formas de hacer y producir arte, de atreverse a experimentar en los devenires estéticos, y de realzar el trasfondo político del quehacer artístico. Y cultural.

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