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Patricio Guzmán y el estreno de su película sobre el estallido antes del plebiscito: «Va a ayudar a que la gente resuelva sus opiniones” CULTURA

Patricio Guzmán y el estreno de su película sobre el estallido antes del plebiscito: «Va a ayudar a que la gente resuelva sus opiniones”

Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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A tres semanas del plebiscito del 4 de septiembre se estrenará en Chile, el 11 de agosto, el documental «Mi país imaginario», donde el laureado cineasta nacional recupera la memoria del estallido social y el proceso constituyente que le siguió. Al igual que otros trabajos del director, este filme se caracteriza por la construcción de un relato a partir de las propias reflexiones del artista. En el documental, Guzmán habla de la filmación de «La batalla de Chile» y de los procesos de cambios sociales que han ocurrido en el país. En tal sentido, esta nueva película vendría siendo una continuación histórica de una línea temporal surgida hace 50 años. «Hay una especie como de línea recta que viene desde aquellos años, ya casi son 50 años y es insólito. Ahí está esa especie de giro histórico del cual Chile no se quiere desprender hasta solucionarlo, hasta repararlo, hasta darle la vuelta, hasta extender a todo el mundo lo que realmente significó olvidar la naturaleza de un pueblo entero. Ahora se vuelve a recuperar poco a poco», dice.


El 18 de octubre de 2019 se estaba exhibiendo en las salas de cine de París La cordillera de los sueños, el más reciente documental, en ese momento, de Patricio Guzmán, mientras en Chile comenzaban a desarrollarse las protestas más intensas y masivas de nuestra política reciente y que marcan la historia social hasta el día de hoy. Si bien el documentalista tuvo la oportunidad de filmar desde el comienzo otros momentos históricos y decisivos para el país, como lo hizo con La batalla de Chile, para el estallido social estaba a más de diez mil kilómetros de las personas que se reunían en distintos puntos del país para demostrar su descontento con las desigualdades, el costo de la vida, la elite política y las injusticias que se arrastraban desde el retorno a la democracia. Sin embargo, un año después, Guzmán aterrizó en Chile y se encargó de recuperar la memoria del estallido social que venía ocurriendo en su ausencia.

«Sin previo aviso, de una manera completamente instantánea, explosiva, aparece la toma del Metro en Santiago, que parecía un evento corriente, pero luego, al cabo del segundo día, se vio que la explosión era enorme y nos quedamos mirando las noticias con la boca abierta, porque fue un hecho espectacular. Y ahí mismo, en ese instante, dijimos ‘bueno, pero hay que estar en Santiago y filmar lo que está pasando; lo que está pasando es tan importante que no se puede dejar en segundo término'», relata el cineasta en una entrevista con El Mostrador.

«No pude filmar la primera llama», narra en Mi país imaginario, el documental que se estrenará este 11 de agosto en Chile. No obstante, desde la distancia Patricio Guzmán ya había desplegado un equipo en terreno para grabar lo que es ahora parte de la historia.

«La cuestión ya no era un alzamiento estudiantil, sino que era un alzamiento nacional y con mayor razón dije ‘bueno, esto hay que filmarlo’. Hablé por teléfono con nuestro equipo en Santiago y empezamos a planificar e improvisar cómo filmar lo que estaba pasando», cuenta.

Al igual que otras películas de Guzmán, Mi país imaginario se caracteriza por la construcción de un relato a partir de las propias memorias y reflexiones del cineasta. En este documental habla de la filmación de La batalla de Chile y de los procesos de cambios sociales que han ocurrido en el país. En ese sentido, Guzmán retoma la idea de la memoria histórica del país.

«Hay una especie como de línea recta que viene desde aquellos años, ya casi son 50 años y es insólito. Ahí está esa especie de giro histórico del cual Chile no se quiere desprender hasta solucionarlo, hasta repararlo, hasta darle la vuelta, hasta extender a todo el mundo lo que realmente significó olvidar la naturaleza de un pueblo entero. Ahora se vuelve a recuperar poco a poco», comenta en relación con las consecuencias que ha dejado en la sociedad la dictadura militar.

«La memoria es siempre la memoria, tú puedes trabajar sobre el momento en que Allende tomó el poder o que desfiló en pos de ese vicepresidente nuevo que apareció. O puedes filmar el momento en que Allende cayó en el momento en que gente muere. Y puedes filmar las mujeres chilenas cuando empezaron realmente a protestar sistemáticamente durante 40 años. Y todos esos pasados son uno solo, es la memoria de nuestro país, una memoria maltratada, porque nadie la ha tratado, la ha juzgado. Por lo tanto, es una memoria enormemente rica e interesante que está delante de nosotros y que es un pasado presente magnífico, digamos. Sobre este presente que es la memoria podemos construir muchas películas y nos haría muy bien», afirma.

El cineasta también habla de su relación con el documental y las narrativas por las que se pueden identificar sus obras.

«Yo creo que las obras de arte en general tienen que partir de ese punto de vista personal. Tú partes de tu propia infancia, de tus vivencias, de tus padres, de tus abuelos, de tu familia, de lo que había en el colegio, qué colegio era, dónde estaba, qué pasaba, qué ocurrió. A partir de ese volumen de experiencias es que nace un relato, una narración, un río, que es muy importante en el cine documental que yo defiendo, porque es el cine documental personal, es el documento como testimonio íntimo de la persona que empieza a contarlo. Y me gusta mucho ese tipo de de películas documentales, y en Chile tenemos varios autores estupendos, más que en otros países de América Latina, lo cual es magnífico para nosotros. Y eso significa que el diario del país es un diario nuestro también», comenta.

El estallido a través de voces de mujeres

En Mi país imaginario todos los personajes y fuentes que se ven en el documental son mujeres. En tal sentido, el director relata que no fue una decisión que se tomó desde el principio sino que a partir de las investigaciones que fueron haciendo, hasta que se dieron cuenta de que eran todas mujeres.

«De repente empezamos a ver que las personas más interesantes que teníamos delante de nosotros eran mujeres. Mujeres muy diferentes, jóvenes, muy jóvenes y señoras ya de edad y tenían todas una especie como de furor, una especie como de fuerza, una personalidad abierta, una indignación común. Y eso nos pareció sorprendente y comenzamos a filmar sin preocuparnos y, al cabo de un tiempo, nos dimos cuenta de que la mayoría eran mujeres y la mayoría de las que eran buenas. Entonces comenzamos a dejar a los hombres un poco a un lado y finalmente los eliminamos porque las mujeres eran más espontáneas, más directas, tenían mejor fundamentación, tenían un propósito inmediato, pero con historia. Era un grupo importante de mujeres que tenían conciencia y no era uno o dos o tres. No era un grupito, no era una minoría, eran cientos y esto a mí me dejó sorprendido, porque eso no ocurre en todas partes», relata.

En el documental aparecen figuras conocidas como la escritora y dramaturga Nona Fernández, la periodista Mónica González y también mujeres comunes y corrientes, como una madre que estaba en la primera línea en las protestas, una dirigenta social y una politóloga.

El estreno a semanas del plebiscito del 4 de septiembre

El estreno mundial del documental se hizo en el Festival de Cannes en mayo de este año y, al terminar la función, el público se expresó con entusiasmo respecto de la película y aplaudió el trabajo de Patricio Guzmán, quien estaba presente en la sala. Finalmente, Mi país imaginario llega a las salas de cine chilenas este 11 de agosto, a solamente semanas del plebiscito del 4 de septiembre, donde se definirá si se aprueba o rechaza la propuesta de nueva Constitución. Guzmán expresa que la fecha de estreno comercial la eligió la distribuidora y le parece que fue una buena decisión.

«La fecha la eligió la distribuidora chilena y ella opina que esa fecha es buena porque es justo antes del plebiscito y va a ayudar a que la gente resuelva sus opiniones y estoy muy contento que así sea», expresa.

Si bien el documental retrata el estallido social de 2019, en consecuencia también habla del proceso constituyente, el plebiscito del 25 del octubre y la conformación de la Convención Constitucional. Sin embargo, ese proceso todavía no finaliza. En ese sentido, ¿por qué Patricio Guzmán no grabó el proceso constitucional por completo?

«Hay que parar un poco y hay que reflexionar. Porque en este tipo de procesos, si tú sigues demasiado sumergido adentro del océano de lo que se mueve, acabas ahogándote. Es complicado, tienes que mantener la distancia y mantener la distancia es muy difícil en el cine documental, y además es muy duro porque tú estás enamorado de una situación y tienes que alejarte de lo que quieres para tener claridad. Y por eso es que vamos a hacer un pequeño compás de silencio, porque hay que acumular material, se sigue filmando, seguiremos filmando. Tenemos cuatro cámaras filmando Santiago. Pero filmar es una parte, ¿no? Lo otro es la reflexión, qué es lo que vas a hacer con ese material o qué es lo que Chile necesita tener en estos momentos y en los momentos que vendrán. Y ahí estamos», finaliza.

 

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