CULTURA
El gestor cultural Roberto Guerra fue nombrado en mayo por el Ministerio de las Culturas. Al ser consultada al respecto, la director del museo, Cecilia García Huidobro, manifestó que «el equipo del museo ha pasado las mayores adversidades sin dejar nunca de trabajar unidos, llegando a todo el territorio y creando comunidad».
Un conflicto enfrenta actualmente a los trabajadores del Museo Violeta Parra con el presidente del directorio de la Fundación homónima, Roberto Guerra.
Los trabajadores pidieron la salida del funcionario, que fue nombrado por el Ministerio de las Culturas en mayo pasado, en reemplazo de Carmen Luisa Letelier, que estuvo en el periodo 2018-2022.
Actualmente el ministerio está recabando todos los antecedentes del caso y esta semana la ministra Julieta Brodsky recibirá a las y los trabajadores del Museo Violeta Parra.
«Ahora bien, la visión del ministerio sobre las instituciones culturales creadas y financiadas por el Estado es que estas deben ser consideradas como una expresión de la política pública. Por lo tanto, deben responder a estándares de probidad, transparencia y participación de cara al país», indicó una fuente de la secretaría de Estado.
El 23 de julio pasado, los trabajadores enviaron una misiva al directorio de la Fundación, donde además anunciaron que presentaron una denuncia laboral en la Inspección del Trabajo.
Los funcionarios denuncian haber recibido «constantes denostaciones» a su quehacer, y critican que se enteraron por la prensa del cierre del museo y su traslado a la universidad privada Pontificia Universidad Católica.
Este último hecho, afirman, no fue «tratado jamás dentro de la institucionalidad de la Fundación, que es el directorio y su equipo ejecutivo. Se sigue divulgando esa noticia, en circunstancias de que la totalidad de las obras continúan siendo del dominio del Museo Violeta Parra».
«En este momento, vemos que nuestra fuente de trabajo y sustento familiar está en riesgo, como también para una serie de personas vinculadas al mundo cultural que nos prestan servicios externos y que forman parte de nuestra comunidad. Este espacio cultural, que en sus casi ocho años ha demostrado ser un agente reconocido y relevante en el contexto nacional e internacional, sigue en una situación de incertidumbre, sin saber de su real continuidad», alertaron.
Al ser consultada al respecto, la director del museo, Cecilia García Huidobro, manifestó que «el equipo del museo ha pasado las mayores adversidades sin dejar nunca de trabajar unidos, llegando a todo el territorio y creando comunidad».
«Hemos llevado la vida y obra de Violeta Parra a todos los rincones. Tenemos el vínculo con nuestro público , que nos sigue en los cientos de miles, porque valora y aprecia nuestro trabajo. Nunca hemos perdido el optimismo ni el compromiso pues comprendemos a cabalidad el rol que cumplen los museos y su carácter permanente, más aún, cuando este museo está dedicado a una artista mujer. Mi rol de directora me obliga a velar por un ambiente de sana convivencia, sin tensiones ni ansiedades. Sin embargo, las decisiones las hemos tomado en pleno consenso y se ciñen a los conductos regulares, establecidos en la normativa vigente», expresó.
El museo, ubicado en las inmediaciones de la Plaza Baquedano –también conocida como Italia o de la Dignidad– sufrió graves daños en el marco del estallido social, al igual que otros monumentos, iglesias, locales y hoteles de la zona, lo que provocó el traslado de las obras de Parra al museo MAC de la Universidad de Chile.
Sufrió un primer incendio el 7 de febrero de 2020 y un segundo siniestro el 28 de febrero. A metros del lugar además falleció en noviembre de 2019 el joven Abel Acuña, en medio de las protestas, y fueron heridas numerosas personas, como el estudiante de sicología Gustavo Gatica, quien perdió su visión tras ser baleado por Carabineros. Actualmente los días viernes eventualmente hay manifestaciones en el lugar, aunque con menor intensidad que en sus inicios.
Guerra, con estudios de trabajo social y gestión cultural, se ha destacado por tener una vasta carrera como gestor cultural, siendo el fundador de la Escuela de Gestores y Animadores Culturales (EGAC) y de la Red Latinoamericana de Gestión Cultural.
Además fue director de la Corporación Cultural de la Municipalidad de Recoleta, de donde salió en 2016 tras denunciar el desvío de fondos de su gestión por parte del alcalde Daniel Jadue.
Según los trabajadores, los maltratos venían ocurriendo con anterioridad a la gestión de Guerra, lo cual fue expuesto por los mismos en una reunión con la Subsecretaria del Patrimonio, Paulina Soto, el día 19 de mayo.
«Es por eso que nos sorprende que, a pesar de lo expuesto, se haya nombrado de presidente del Directorio a una persona que ha continuado con la política de denostación hacia el trabajo que con tanta entrega hacemos. En el poco tiempo, hemos podido constatar un trato autoritario que excede las funciones de un director», indicaron en su misiva.
«Teníamos grandes expectativas, pensamos que podíamos vivir mejores y tranquilos tiempos, libres de acosos y hostigamientos. Sin embargo, a dos meses de esta designación, el equipo está viviendo complejos momentos de estrés y ansiedad, donde volvemos a sentirnos menospreciados y nuestro trabajo obstruido para desarrollar con normalidad actividades y cumplir objetivos», denunciaron.
Tras ser contactado por este medio, Guerra se limitó a señalar que sería el directorio quien se referirá a la situación.
