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Obra “Sin sangre”, ¿cómo sobrevivir a un pasado trágico y violento? CULTURA

Obra “Sin sangre”, ¿cómo sobrevivir a un pasado trágico y violento?

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Natalia Gonzalorena Vallejos
Por : Natalia Gonzalorena Vallejos Magíster en Psicología Comunitaria U. Chile, profesora, U.Academia de Humanismo Cristiano y actriz, Escuela Teatro Imagen.
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“Sin Sangre”, ópera prima de la compañía TeatroCinema, regresa a partir del jueves 4 en el Teatro de la Aldea del Encuentro. Inspirada en la novela italiana homónima del escritor italiano Alessandro Baricco, la obra ha sido elogiada por su “retrato metafórico de la historia de Chile”.


El estreno de la obra “Sin Sangre” en el 2007 marcó el nacimiento de la compañía TeatroCinema, iniciándose así un camino artístico hacia una nueva estética teatral; un nuevo lenguaje, en el que se fusiona magistralmente el teatro con elementos cinematográficos.

Este nuevo lenguaje teatral diluye la frontera entre los intérpretes y los distintos planos, fondos, composiciones digitales y escenografía, envolviendo al espectador en la poesía visual de la historia.

De acuerdo a lo señalado por Juan Carlos Zagal y Laura Pizarro (elenco estable de la compañía), con “Sin Sangre” se inaugura una nueva forma de hacer teatro, que radica en crear una fusión entre lo virtual y lo físico.

“Nadie enseña a hacer teatro, el teatro lo tiene que inventar el grupo, la compañía. Buscamos cautivar al espectador, creando un mundo paralelo, (…) buscamos que lo que está ocurriendo sea lo más orgánico posible, dominando la técnica, al servicio de la historia”, comentan desde la compañía.

Los procesos creativos de los montajes de la compañía se describen por Laura Pizarro como “una hoja en blanco que comienza a adquirir forma, en función del bagaje del grupo de artistas, vinculando la historia contingente con una noción más universal”.

La historia

“Sin Sangre” es una novela de tinte policial ambientada en un contexto de post-guerra, que narra la historia de una mujer sobreviviente a un ataque armado en la granja de su familia. La atmósfera de la obra de teatro propone por parte de la compañía, la influencia estética del cine negro de los años 50-60, resaltándose así la oscuridad de la vida de los personajes.

Todo comienza una apacible tarde en una granja familiar, cuando la aparente tranquilidad es abruptamente interrumpida por tres hombres armados. A sabiendas de aquello, el padre de familia (un ex torturador) esconde a su pequeña hija debajo de las tablas del suelo. Cuando los pistoleros entran a la casa acribillan al hombre junto a su hijo.

Cincuenta años más tarde, la única sobreviviente se transforma en verdugo de sus verdugos, y sólo falta uno para terminar con su “misión”. En el encuentro emerge una inesperada -aunque ambigua y quizás transitoria- reconciliación. Al menos esa noche, fue SIN SANGRE.

Interrogantes

La obra plantea interrogantes sobre el verdadero fin de las guerras. ¿Qué ocurre en las personas cuando no son protegidas por la justicia estatal/gubernamental? ¿Cómo vive o sobrevive una persona marcada por un pasado violento y trágico, que es ignorado, invisibilizado y minimizado por el resto de la sociedad? Ahora bien, en ocasiones, la justicia efectivamente llega, -aunque tarde-, y no alcanza a reparar ningún plano, pudiendo concebirse como una especie de burla impertinente – e incluso, revictimización-.

En Chile, 50 años después de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), persiste en gran medida la impunidad lo cual sin duda ha generado más allá de su obvia fractura social, una cicatriz queloide que de vez en cuando vuelve a reabrirse y mantener a las sobrevivientes víctimas -y prole- de algún modo oscuro -como atadas en aquel halo oscuro siniestro del cine negro- atada indefectiblemente a un pasado tortuoso, inefable, el cual como puzzle inconcluso sigue presente en busca de aquella última pieza de cierre.

¿Cómo superar entonces los traumas y heridas de la guerra? ¿Realmente acaban cuando los ganadores dicen que terminó? Silenciadas las personas derrotadas, al margen del nuevo porvenir social, olvidadas, solas, con el pasado anclado a la espalda se transforman en aquel elefante blanco que el “nuevo mundo” neoliberal lleno de sonrisas perfectas, pero falsas eluden ver.

En la obra, el encuentro final de estos dos personajes con sus respectivas soledades, ambos provinientes de bandos opuestos: ella, la hija de un torturador asesinado, y él, un ex militante, es confusa… Ella sabe que su padre era un mal tipo, sin embargo, era su papá. Él sabe que ella lo entiende, pero entiende su dolor. Desvinculados de la actualidad, se encuentran ella para acabar con su misión de venganza y él, a sabiendas que iba a ser ajusticiado. Ambos se han convertido en asesinos.

Reflexión

Mediante el montaje, en una conversación con la compañía de teatro, Zagal señala que la obra expresa la relevancia de “no olvidar, pero sí continuar la vida”.

Laura Pizarro agrega que es importante “tratar de mejorar el trauma, porque si no, éste sigue existiendo en la descendencia. Por eso el trabajo con la memoria tiene que ver con eso, con despejar, poner el punto a las íes. Las sociedades se han ido complejizando cada vez más, hoy tenemos dos guerras. Es como si la especie humana no aprendiera del pasado. (…) Si se enfrentan esos problemas por lo menos hay un momento de paz- sin sangre- de enfrentar y hacerse responsable. (…) Cómo repercuten tus propias acciones. Cada cosa que hacemos como grupo humano afecta al otro, porque el individualismo también es mentira, porque todo afecta y de alguna manera influye al otro”.

“Después de un conflicto armado, esa generación queda con un trauma casi irreversible, hay que trabajar mucho. El dolor de alguien que fue torturado, las muertes, las fracturas que vivió nuestra sociedad en los años 70s y con posterioridad en la dictadura militar, no es decir todo se acabó y ahora vivimos felices con el libre mercado. No podemos vivir pegados en el pasado, pero sí tenemos que reflexionar, y los asesinos deben ser juzgados como merecen. (…) hay que enfrentar el dolor y seguir viviendo lo mejor que se pueda. Con el estallido social, quedó claro que todo cambia para que nada cambie realmente (…) Es súper complejo, cuando a la sociedad no le importa nada lo que te pasó. Entonces, la falta de justicia desemboca en esta tragedia”, añade Zagal.

En cuanto a las críticas internacionales, la francesa elogió el estreno de “Sin Sangre” en París destacando el tratamiento artístico y técnica inédita de la compañía, además de la exploración de manera universal de las heridas causadas por una dictadura.

Según Le Monde, la “fantástica invención” realizada por la Compañía Teatrocinema reafirma su posición como “la compañía más importante de Chile”.

Esta obra fue coproducida por entidades francesas y el Teatro a Mil, siendo el primer montaje auspiciado por la FITAM, lo cual les permitió realizar giras por Asia, Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.

EQUIPO MONTAJE-CREACIÓN 2007

Autor de la novela: Alessandro Baricco
Adaptación: Dauno Tótoro, Laura Pizarro, Zagal y Diego Fontecilla
Traducción: Claudio Di Girolamo
Dirección: Zagal
Elenco: Laura Pizarro, Zagal, Diego Fontecilla,
Ernesto Anacona y Etienne Bobenrieth
Dirección de arte: Rodrigo Bazáes
Diseño integral: Rodrigo Bazáes, Cristian Reyes y Cristian Mayorga
Diseño vestuario: Loreto Monsalve
Director técnico: Luis Alcaide
Música original: Zagal
Director filmaciones: Dauno Tótoro
Director fotografía: Arnaldo Rodríguez
Cámara y edición Off line: Marcelo Vega
Diseño sistema multimedia: Cristian Reyes y Mirko Petrovich
Técnico multimedia: Lucio González
Diseño banda de sonido: Marco Díaz
Diseño luces: Rodrigo Bazáes y Luis Alcaide
Storyboard: Abel Elizondo
Fotografía fija: Rodrigo Gómez Rovira
Realización vestuario: Juana Cid
Técnico iluminación: Luis Alcaide
Sonidista: José Luis Fuentes y Matías del Pozo
Utilería: Cristian Mayorga
Producción general: José Pedro Pizarro

EQUIPO ACTUAL

Dirección: Zagal
Elenco: Laura Pizarro, Christian Aguilera, Daniel Gallo, Julián Marras y Zagal
Diseño y operación de iluminación: Luis Alcaide
Operador de video: Lucio González
Sonidista: Alonso Orrego “alonsonido”

Teatro: Aldea del Encuentro
Dirección: Av. Alcalde Fernando Castillo Velasco 9750, 7860252 La Reina
Valor entradas: $7.000 y $10.000
Consultas al teléfono: +569 6474 2465

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