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Lucrecia Martel, cineasta argentina: “Narrar es clave para la gestación de una comunidad” CULTURA

Lucrecia Martel, cineasta argentina: “Narrar es clave para la gestación de una comunidad”

Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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La directora de cine, guionista y productora es una de las invitadas del Mercado de Industrias Culturales del Sur (MICSUR) 2024, evento organizado por el Ministerio de las Culturas. En esta entrevista habla sobre los recortes de Javier Milei a la cultura y su nuevo proyecto documental.


“El trabajo de la gente como yo es sospechar del poder y sus argucias”, dice la cineasta argentina Lucrecia Martel. Justamente sobre eso tratan sus películas: la decadencia de la burguesía, los accidentes, climas turbios, ambientes a punto de explotar, personajes sobrepasados, una mujer que accidentalmente mata un perro en la carretera, otra mujer borracha y ensangrentada al borde de una piscina, un colono español que divaga entre lo irreal y la esperanza. Los filmes se caracterizan por la capacidad de captar las sutilezas de la sociedad argentina, casi siempre del interior, a través de la ficción.
La directora de cine, guionista y productora es una de las invitadas del Mercado de Industrias Culturales del Sur (MICSUR) 2024, evento organizado por el Ministerio de las Culturas. Martel será entrevistada por la investigadora Carolina Urrutia este sábado 20 de abril, a las 17:00 horas.
“Agradezco poder participar en este encuentro para pensar más allá de las fronteras nacionales. A ver si alguna vez encontramos un camino para desandar la historia y no seguir mirando este continente como un banco de arena donde encalló el pensamiento europeo”, dice a El Mostrador.
Las películas de Lucrecia Martel se han vuelto clásicos del nuevo cine argentino. Además, han sido presentadas en los festivales de cine más prestigiosos (Cannes, Berlín, Venecia, Toronto, entre otros). Su primer largometraje, La ciénaga (2001), fue aclamado internacionalmente tras su estreno y la introdujo como una voz nueva y vital en el cine trasandino.
Al preguntarle por la importancia del cine latinoamericano, responde que hay que preguntarse “cómo hacer circular la cultura en el continente”.
“No tengo buenas ideas para eso. Hay gente que seguramente ha pensado más. Pero narrar daría la impresión que es clave para la gestación de una comunidad. Es el tejido que hace que no estemos a la deriva como una rama que se lleva el río, sino como un conjunto de ramas que conforman una especie de balsa donde algún animal podría salvarse de morir ahogado”, agrega.
En ese sentido, recalca que es crucial “no dar nada por sentado. No pensar que hay cosas inamovibles. Inventar el cine, si quieren hacer cine, y cuando estén inventando el cine, piensen que están inventando la historia. Mirar nuestra casa, nuestra familia, nuestros vecinos, nuestras costumbres, como si recién llegáramos a este planeta. Sin odio y sin amor. Un poco de curiosidad bastaría para ser menos crueles”, agrega.
Además, sostiene que “es imperativo que ensayemos la ciencia ficción, porque es un territorio más amable cuando se discute el futuro en una época violenta”.

Los recortes de Javier Milei a cultura

Tras el triunfo del presidente Javier Milei, en Argentina el sector de las culturas se ha visto profundamente afectado por la reducción de presupuesto, medidas que afectan directamente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

“Se terminaron los años en los que se financiaban festivales de cine con el hambre de miles de chicos”, expresaron desde el Ministerio de Capital Humano.

Los recortes se enfocarán en “reducir drásticamente los gastos del Instituto, suspendiendo las transferencias a las provincias, viajes al exterior, financiación de festivales, pago de horas extras, contratación de telefonía móvil, viáticos y otros gastos”.

La situación ya afectó a 170 trabajadores que fueron desvinculados de la institución. Ante esto, Martel señala que “hay mucho desconcierto entre las personas que formamos parte de esta industria. El Gobierno ataca la cultura como si se tratase de un enemigo homogéneo que se opone al bienestar común. Habla de guerra cultural, pero hasta ahora no hemos escuchado ninguna idea sobre qué es la cultura para este Gobierno”.

“Me preocupa el movimiento general de la historia de nuestro país, donde alguien se erige en la verdad única que debe prevalecer, olvidándose de que hace mucho tiempo que esta misma actitud viene desintegrando las instituciones, empobreciendo a la gente y disolviendo en un marasmo internacional nuestras posibilidades de ser una comunidad. Y no creo que todo sea lo mismo, pero sí creo que todo lo que probamos hasta ahora no ha dado resultado”, afirma.

Además, sostiene que “la pregunta que nos hacemos muchos es cómo un país puede ser tan débil institucionalmente que quede a la intemperie con cada personaje mesiánico que aparece. Miramos a los otros países del continente y sentimos que en el nuestro el acuerdo político sobre algunas cuestiones básicas, como educación, salud, vivienda, es imposible. Irresponsablemente hace mucho tiempo se aventó una grieta, que no existe en las esferas más altas del poder económico y político argentino, solo existe en los medios y en las discusiones más triviales del día a día. La imposibilidad de pensarnos como comunidad, nos está amargando. Es muy difícil salir adelante con amargura“.

Documental

A mediados de junio de 2023, Lucrecia Martel anunció que está trabajando en un nuevo proyecto que se estrenaría este año, se trata de su primer documental. “Todavía no tiene título”, aclara. Pero, la cineasta abordará el asesinato a manos del empresario Darío Amín de Javier Chocobar (68), uno de los dirigentes de la comunidad indígena Chuscha en El Chorro.
“Efectivamente está basado en la lucha de la comunidad indígena Chuschagasta y el trágico episodio del asesinato de Javier Chocobar en el 2009. En esta historia convergen las miserias de la historia de los últimos 500 años. Pero también la inteligencia de las comunidades para seguir adelante. Y por supuesto una red de afectos personales que se van tejiendo en el tiempo”, expresa.

“Estar haciendo esta película en medio de este revuelo ayuda a no desesperar. Estamos trabajando muchísimas horas para terminar la película este año. Ojalá sirva para algo”, agrega.

Al preguntarle por las diferencias que ha podido observar en el proceso de creación entre una película de ficción y el documental, dice que “sobre esto hemos pensado muchísimo, pero es difícil concluir ahora en unas pocas frases lo que todavía estamos pensando. Quizás puedo decir que la ficción me ha dado las herramientas para observar la invención de la historia argentina“.

En esta película, la cineasta abordará la historia colonial de su país, un tema que ya exploró en Zama (2017), un drama histórico basado en la novela homónima del escritor Antonio Di Benedetto. En una entrevista con The Film Stage, Martel dijo que empezó a trabajar en el documental en 2010, “así que, si Zama se relaciona de alguna manera, es como secuela”.

“El proceso colonial parece no terminar nunca. Es delicado lo que necesitamos hacer. No se hace un país humillando a su pueblo. A un pueblo se lo humilla de muchas maneras, una, que no advertimos, fue pensar que una persona puede vivir de la caridad del Estado sin enfurecerse a mediano plazo. El Estado es algo que ahora está en el centro de la discusión. ¿Qué es el Estado? Una vieja pregunta que crece como una planta exótica entre nosotros, regada por innumerables definiciones inútiles”, subraya.

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