La escritora, columnista y dramaturga argentina, Tamara Tenenbaum estuvo en Chile presentando su más reciente publicación: “La última actriz”. Además, se refirió a los recortes presupuestarios del gobierno de Javier Milei en Argentina que afectan a las industrias culturales.
La escritora, columnista y dramaturga argentina, Tamara Tenenbaum estuvo en Chile presentando su más reciente publicación: La última actriz.
La novela cuenta la historia de dos mujeres que vivieron en épocas diferentes. Por un lado, Sabrina es una investigadora que se propone desentrañar lo que fue el teatro yiddish en Buenos Aires. La joven se sumerge en archivos recuperados tras el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Arentina (AMIA) que ocurrió en el 18 de julio de 1994. Entre los documentos encuentra el diario de Jana, la otra protagonista del libro, una actriz frustrada de los años sesenta que trabaja como telefonista en el sector de cementerios de la mutual judía.
La autora de las consagradas novelas El fin del amor. Querer y coger (2019) y de Nadie vive tan cerca de nadie (2021) y de las obras teatrales Una casa llena de agua (2021) y Las Moiras (2023) conversó con El Mostrador acerca de su proceso de escritura, la creación de personajes femeninos y el atentado contra la AMIA.
“Me pareció que lo del atentado era una buena excusa, en el sentido de que, lo que hace que el archivo que tiene que reconstruir Sabrina sea tan difícil es doble. Por un lado, eso que tiene que reconstruir es la historia del teatro siempre es difícil y por otro lado que gran parte de ese archivo se perdió la explosión. Me parece que eso le daba a la novela la posibilidad de tener un misterio, la posibilidad de que ella llega este diario no sabe bien, quién es quién, tiene que andar reconstruyendo como si fuera un arqueóloga un pasado que en el fondo es recontra reciente”, sostiene la autora.
Además, Tenenbaum se refirió a los recortes presupuestarias que ha hecho el gobierno de Javier Milei a la cultura en Argentina.
“Yo diría que probablemente el cine es la que está en la situación más complicada por la sencilla razón de que es el arte más caro de todos”, dice.
“Y después tenés digamos la situación de la literatura o del teatro o lo que sea que no son artes tan caras, pero lo que sí pasa es que cuando la gente tiene menos dinero en el bolsillo, más allá de los subsidio que se quitan, porque la literatura nunca tuvo subsidios en Argentina, el teatro tiene muchos menos de lo que la gente cree, la verdad muy poco, pero lo más grave tal vez es que la gente no tiene plata en el bolsillo para pagar entradas o comprar libros. Por supuesto que las industrias culturales están en una situación crítica. Se sostienen porque los artistas la sostienen a costa de sus propios bolsillos, pero realmente es crítica”, concluye.
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