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Director de película sobre niña que vive en una toma: “una vida llena de lucha, conflictos y sueños” CULTURA Crédito: Cedida

Director de película sobre niña que vive en una toma: “una vida llena de lucha, conflictos y sueños”

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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“Kaye”, el segundo largometraje del director Juan Cáceres, se rodó en Cartagena y cuenta una historia situada en las tomas de terreno. Su estreno mundial será el próximo 24 de julio en el Giffoni Experience, uno de los festivales de cine juvenil más importantes del mundo.


Inicialmente, el cineasta Juan Cáceres (Santiago, 1990) quería hacer una película sobre la música urbana: “sus símbolos, las cosas que cantan, que representan, la influencia que tiene en las adolescencias, en las niñeces, ese fue el punto de partida”.

Sin embargo, a medida que se desarrollaba el proyecto, perdió el interés en hablar sobre un cantante propiamente tal como protagonista, y se le ocurrió lo interesante que era también la familia de un músico de ese tipo: por ejemplo, que viene de las clases bajas, que viene de no tener nada, que de pronto empieza a tener algo, los conflictos que eso puede traer, las ambiciones, según cuenta a El Mostrador.

“Ahí surgió entonces la idea de centrarme en una hermana, en la hermana del cantante, y ver cómo para ella entonces repercute todo esto, todo lo relacionado a la música, a la fama. Y ya luego, habiendo elegido ese personaje, bueno, surgen temas súper interesantes, como por ejemplo, cómo se vive el paso de la niñez a la adolescencia o a la adultez en entornos más marginalizados”.

Crédito: Producción de “Kaye”

Sobre todo le interesaba mostrar cómo, en los sectores marginalizados de Chile, no hay una transición hacia la adultez “que te haga pasar por una adolescencia en la que se reflexiona, en la que se aprenda, sino que debido a las circunstancias que por lo general son bastante difíciles, pues se pasa de la niñez a la adultez de una, de golpe, así como sin previo aviso, y hay que crecer”.

“Eso es un poco lo que intenté reflejar en esta película: cómo entonces una niña, debido a circunstancias que le toca vivir y debido a las dificultades que tiene su vida por vivir donde vive, pasa entonces directamente a comprender el mundo de una manera más cruda, más realista, tal como quizás lo haría un adulto”.

La locación

“Kaye” es el segundo largometraje de Cáceres después de “Perro bomba”, que contaba la realidad de un haitiano migrante en Chile. La cinta se rodó en Cartagena, específicamente en la toma Las Loicas.

Otras locaciones son emblemáticas del litoral central, como la Playa Chica de Cartagena, la Terraza de Cartagena, el Colegio Peumayén, el Estero de San Sebastián, y diversas calles de Cartagena, San Sebastián, Costa Azul, Llolleo, Algarrobo y Tunquén.

¿Pero cómo se llega a filmar en una toma?

“Bueno, esta película la filmamos con locaciones principales en Cartagena y Cartagena es una comuna que queda 10 minutos de mi casa, yo vivo en el litoral central y bueno, siempre desde que llegué, yo ya llevo ocho años acá y desde que llegué quise filmar acá”, explica.

Crédito: Producción de “Kaye”

Al principio recorrieron  muchos barrios buscando una locación apropiada, “un barrio que nos permitiera representar esta vida organizada de las vecindades, las vecindades que se unen, que se organizan, que intentan trabajar como por su barrio”.

Sin embargo, se encontró con que muchos estaban un poco atomizados, alejados entre sí, sin una organización, “un poco reventados, como se diría”.

En la toma

“Y en eso, en base a ciertos trabajos que hice, en el que me pude relacionar con distintas personas, fue que yo conocí a la Gaby, que es una de las dirigentes de la Villa Las Loicas, que es la toma donde grabamos”.

“Ella nos invitó como equipo a grabarla y al principio a mí eso me complicó un poco, porque es una realidad muy sensible y siento que hay que ser muy cuidadoso, para no perpetuar prejuicios o estereotipos que existen sobre las tomas”.

Pero después de hartas reflexiones y una reescritura de guión, “ya sentimos que era un espacio muy lindo para grabar, en el sentido de lo viva que está la organización comunitaria, la organización social, la unión que existe entre la gente y bueno, aunque no lo parezca, aunque la gente no lo entienda así, lo seguro que es grabar ahí”.

Crédito: Producción de “Kaye”

Porque para hacer una película se requiere “mucha seguridad, se requiere un ambiente controlado, un ambiente en el que no solo las personas que están detrás de cámaras, sino que también las que están delante de cámaras, puedan sentir tranquilidad para poder expresar y para poder hacer su arte, o para poder actuar e interpretar, y eso lo conseguimos ahí en Las Loicas”.

Dentro del equipo de realización de la película, parte importante son vecinos de la provincia, como el propio Juan Cáceres (director y guionista), Katty Luke (asistente de dirección, investigadora y gestora del primer casting masivo en la provincia), Esteban Sandoval (productor ejecutivo), Constanza Langenbach (directora de elenco) y Andre Millán (directora de sonido), entre otros.

Los protagonistas

El siguiente desafío fue elegir a las y los protagonistas. La película cuenta con actrices de trayectoria como Marcela Salinas, Paola Lattus, Paula Dinamarca y Roberto Cayuqueo, junto a la actuación debut de vecinas de la provincia —Vanyelina Muñoz, Pascal Rojas, Valentina Muñoz, Elsa Jeria, Estrella Molina y Jenni Espinoza— y del cantante urbano Benji Gramitos, quien también aporta música original al film.

La protagonista es una joven que efectivamente vive en una toma: Antonella Bravo, de 14 años. Ella filmó la cinta cuando ella tenía apenas 12.

“Grabar ‘Kaye’ en mis barrios fue maravilloso, porque no solo estaba interpretando un personaje, sino mostrando parte de mi realidad. Me emociona ver que esta historia nace en mis barrios y que será mostrada al mundo”, afirma la adolescente.

Crédito: Producción de “Kaye”

 

Antonella vive en la toma “Camino a la Esperanza”, en los cerros de San Antonio, y debutará en la pantalla grande interpretando a Yeka, una niña de 12 años cuya infancia se quiebra cuando una bala perdida mata a su mejor amiga. En su búsqueda por entender lo sucedido, Yeka empieza a desconfiar de su entorno y descubre verdades que transforman su visión de la familia y del mundo que la rodea.

“Nunca dejen de soñar, porque los sueños sí se pueden cumplir. Nuestras historias también valen y pueden llegar muy lejos”, agrega Antonella, enviando un mensaje a otros niños y niñas del litoral.

La selección

Para la selección de las cuatro niñas protagonistas, fue clave Katty Luke, la asistente de dirección y gestora del casting masivo.

“Nosotros hicimos un casting masivo en plena pandemia, el año 2020, 2021, y fue ahí, por ejemplo, que conocimos a la protagonista, Antonella. Es interesante pensar que yo a Antonella, el primer casting que le hice, ella tenía ocho años y cuando grabamos la película, ella tenía doce. Entonces yo la conocí desde muy chiquita, desde que le hicimos el primer casting, yo supe que ella iba a ser la protagonista, porque siempre tuvo una inteligencia y una capacidad de expresión muy amplia, demostró mucho talento”, cuenta Cáceres.

Para el resto del elenco se asociaron con Constanza Langenbach, también habitante de este litoral.

Crédito: Producción de “Kaye”

“Ella es actriz y ella nos ayudó con la dirección de casting y fue mediante ella también, en trabajo obviamente dialogado, que ya contactamos con el resto del elenco”, comenta, así como a Elsa Jeria y Estrella Molina, “que son dos actrices debutantes de acá del litoral que con 69 años se atrevieron a actuar en nuestra película y a debutar en el cine”.

“Entonces fue así como armamos el elenco, es decir, una mitad que la encontramos acá en el litoral mediante castings, mediante convocatorias masivas, pero también búsquedas y a medida que íbamos conociendo gente, íbamos siempre como fijándonos en el talento, en quién tenía ganas, en quién podía. Y la otra mitad ya en un trabajo más tradicional de dirección de casting, donde armamos un mapeo y intentamos encontrar actores y actrices que tuviesen sobre todo un arraigo popular, es decir, que no tuviesen que actuar de lo que es vivir una vida de clase trabajadora, sino que lo tuviesen también en sus experiencias”, dice.

Cine chileno, teoría y práctica

Sin duda es difícil filmar los entornos populares sin parecer impostado, ni parecer moralizante.

“Es interesante, porque el cine durante años vino a plantear tesis, y en particular el cine que se hacía desde ciertos espacios de poder cultural, de poder académico, que venía a hablarle al Chile, venía a hablarle al mundo, a transmitir un mensaje”, analiza el cineasta.

Sin embargo, para él no es así.

“No queremos dar un mensaje claro, sino que queremos representar una realidad, y eso es lo que nos tiene orgullosos de esta película, que podemos sumar rostros nuevos, paisajes nuevos, calles nuevas, sonoridades nuevas, colores nuevos a la diversidad del cine chileno, pero la verdad es que no es mi intención como hacer un análisis de cómo es la vida popular, cómo es la vida en las tomas”, afirma.

Crédito: Producción de “Kaye”

“Lo único que queremos es que ustedes puedan verlo, que los espectadores puedan verlo y puedan habitar sobre todo, porque es un espacio que hoy en día está tan cargado de prejuicios, de estigmatización, en particular la megatoma de San Antonio como se le conoce popularmente, acá en la provincia donde yo vivo”.

Cáceres admite que es un tema complejo, que hay como mucho debate y en ocasiones hay mucha animadversión de la gente contra las tomas.

“Yo creo que lo que esta película aporta es a transmitir que la vida dentro de una toma no es simplemente blanco o negro, no es simplemente bueno o malo, es una vida llena de lucha, llena de conflictos, llena de sueños también”.

Él espera que la gente pueda sentirse quizás algo similar a lo que pasó con “Perro Bomba”, su primera película, “que mucha gente me decía qué interesante que pude sentirme cerca de lo que es vivir en la comunidad haitiana en Chile”.

“Yo creo que en este caso puede ser algo similar, espero que se puedan sentir aunque sea por un ratito lo que es vivir, lo que es estar en una toma de terreno”.

Crédito: Luna Sánchez @lunvsnchz

Benji Gramitos

Otro detalle singular es la inclusión del cantante urbano Benji Gramitos.

“Fue una recomendación que me hicieron después de que nos costó encontrar a alguien que ya no solo tuviese el interés, sino que también tuviese el tiempo”, afirma Cáceres.

“Porque imagínate, cuando tú eres cantante, tú enfocas toda tu energía en desarrollar tu música, en sacar tus temas, en armar una estrategia para que te vaya bien en eso. Entonces, parar un tiempo para dedicarte a la actuación, que es un trabajo igual súper intenso, en el que tienes que aprenderte un guión, tienes que ensayar, etc., es complejo, es complejo”.

Les costó hasta que, mediante Denise Eichin, más conocida como Cebra, una directora creativa conocida por su trabajo con el cantante Pablo Chill-E, se lo recomendó a Cáceres.

“Cuando yo lo castee, nuevamente hicimos unos ejercicios actorales y me di cuenta inmediatamente que él tenía la pasta, como se dice, que él tenía el talento, que él tenía la entrega, la humildad, la generosidad para entrar en una escena y poder jugar a esto, poder actuar finalmente, y bueno, él lo hizo increíble”, recuerda.

“Yo creo que se van a sorprender cuando lo vean porque él lo hizo increíble. También es su debut, él también aporta con tres canciones originales en la película que forman parte de la banda sonora, y bueno, él hace el papel entonces de este cantante urbano que es hermano de la protagonista, y bueno, ese es su rol principal”.

Itinerario

La cinta tendrá su estreno mundial el próximo 24 de julio en el Giffoni Experience, prestigioso festival de cine italiano dedicado a audiencias infantiles y juveniles, para luego iniciar su recorrido internacional.

Llega al circuito internacional tras un sólido recorrido por instancias de desarrollo cinematográfico, incluyendo la Résidence del Festival de Cannes, Cine en Développement de Toulouse, Málaga Work in Progress, BrLab (Brasil) y el Encuentro de Coproducción del Festival de Guadalajara, entre otros.

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