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El cambio climático se hace sentir: los principales eventos extremos de 2023 CULTURA|CIENCIA

El cambio climático se hace sentir: los principales eventos extremos de 2023

En Chile el invierno se caracterizó por lluvias que causaron graves inundaciones y en verano se esperan temperaturas sobre lo normal, un panorama que ya se vivió en el resto del mundo. El año 2023 va camino de ser el más cálido jamás registrado, según la ONU. Un informe destaca el impacto económico.


El año 2023 se caracterizó por eventos extremos, como olas de calor o inundaciones, en el marco de un cambio climático que ya hizo del mismo el más cálido jamás registrado, según informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) el pasado 30 de noviembre.

Son fenómenos que además se repiten en Chile, como demostraron las lluvias de mediados de año, que causaron graves daños en el sur del país, o las intensas temperaturas que ya se viven en la zona central.

Los desastres además tuvieron una fuerte impacto económico. Los 20 desastres climáticos más costosos de 2023 generaron un impacto económico de US$4.000 por persona en los países en los que se presentaron, incluyendo incendios forestales, sequías, inundaciones o tormentas, concluyó el reporte “Counting the Cost 2023: A year of climate breakdown”, según informó Bloomberg.

En la lista Chile ocupa el puesto 11, por las inundaciones de junio, y el 14 por los incendios forestales.

Informe de OMM

Según la OMM, las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, mientras las temperaturas de la superficie del mar y la subida del nivel del mar baten récords y el hielo marino de la Antártida registra extensiones mínimas históricas. El reporte se preparó como base para las las negociaciones de la COP28 llevada a cabo este año en Dubai.

“Las concentraciones de gases de efecto invernadero baten todos los récords. Las temperaturas mundiales registran máximos históricos. La subida del nivel del mar no tiene precedentes. La extensión del hielo marino de la Antártida nunca antes fue tan baja. Esta sucesión de frases es una cacofonía ensordecedora de discos rayados”, afirmó el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.

“No son meras estadísticas. Corremos el riesgo de perder la oportunidad de salvar nuestros glaciares y frenar el aumento del nivel del mar. No podemos volver al clima del siglo XX, pero debemos actuar ahora para limitar los riesgos de un clima cada vez más inhóspito en este siglo y en los venideros”, declaró.

“Los fenómenos meteorológicos extremos destruyen vidas y medios de subsistencia a diario. Por tanto, es preciso velar por que todo el mundo esté protegido mediante servicios de alerta temprana”, explicó.

Olas de calor

En la versión provisional del informe de la OMM sobre el estado del clima mundial se confirma que 2023 va camino de ser el año más cálido jamás registrado.

Los datos recabados hasta finales de octubre muestran que el año en curso se situó aproximadamente 1,40 grados Celsius (con un margen de incertidumbre de ±0,12 °C) por encima del valor de referencia representativo de la era preindustrial (1850-1900).

Al comparar el año 2023 con 2016 y 2020, los años más cálidos hasta la fecha, la diferencia es tan importante que, con toda probabilidad, los valores que se registrarán en los dos últimos meses del año no repercutirán en la clasificación.

Los últimos nueve años, de 2015 a 2023, han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. Además, es probable que el efecto de calentamiento del actual episodio de El Niño —que se instauró durante la primavera de 2023 del hemisferio norte y rápidamente cobró fuerza durante el verano— intensifique todavía más el calor en 2024, dado que las consecuencias de este fenómeno en las temperaturas mundiales suelen ser más importantes después de que el episodio haya alcanzado su punto álgido.

El calor extremo azotó muchas partes del mundo. Algunos de los episodios más significativos se produjeron en el sur de Europa y el norte de África, especialmente en la segunda quincena de julio, cuando el calor fue intenso y excepcionalmente persistente. En Italia se alcanzaron 48,2 °C, y se registraron máximos históricos en Túnez (Túnez) (49,0 °C), Agadir (Marruecos) (50,4 °C) y Argel (Argelia) (49,2 °C).

Las olas de calor además tuvieron su correlato con los incendios. Por ejemplo, la temporada de incendios forestales en el Canadá superó con creces todas las anteriores. La superficie total quemada a nivel nacional hasta el 15 de octubre fue de 18,5 millones de hectáreas, más de seis veces la media decenal (2013-2022). Los incendios también provocaron graves episodios de contaminación por humo, sobre todo en zonas densamente pobladas del este del Canadá y del noreste de los Estados Unidos.

El fuego más letal del año tuvo lugar en Hawái, donde se notificaron al menos 99 víctimas mortales debidas al que fue el incendio más mortífero de los últimos 100 años en los Estados Unidos.

Chile no se queda atrás. Según un estudio de la Universidad de Talca para este verano, el escenario de temperaturas extremas por sobre los récords registrados, entre Santiago y Los Ángeles, se va a producir potenciado por una conjunción de variables oceánicas y atmosféricas inéditas en el clima, que impactarían fundamentalmente en los meses de diciembre, enero y febrero próximos. De hecho, el Gobierno se adelantó y ya decretó Emergencia Preventiva en 13 regiones en caso de incendios forestales.

“En síntesis, el escenario de temperaturas extremas por sobre los récords registrados, entre Santiago y Los Ángeles, se va a producir potenciado por una conjunción de variables oceánicas y atmosféricas inéditas en el clima, que impactarían fundamentalmente en los meses de diciembre de 2023, enero y febrero de 2024. Lo anterior, porque estadísticamente un 46% de las temperaturas récords extremas máximas ocurren en enero; 26% de ellas en febrero; un 23% en diciembre; y solo un 5% en marzo. También es probable que temperaturas iguales o superiores a 34 °C se hagan sentir, al interior de olas de calor o asociadas a eventos cálidos, a partir de noviembre de 2023”, asevera Patricio González Colville, magíster en climatología e investigador del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca.

Lluvias

Un panorama similar se repite con las lluvias ocurridas en nuestro país durante este año.

En el Informe Climatológico Diario Nacional realizado por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), citado por Meteored y emitido el martes 31 de octubre 2023, se observa que al sur de Coquimbo y hasta el extremo austral de Chile varias estaciones presentan acumulados sobre lo normal a la fecha, como Rodelillo en la Región de Valparaíso, Curicó en el Maule y Coyhaique en Aysén.

En agosto, la BBC informó que las inundaciones en el centro y sur del país habían dejado dos muertos y más de mil personas damnificadas, después de varios días de intensas lluvias y vientos.

En ese momento, el Presidente Gabriel Boric visitó la región de Maule, una de las más afectadas, y decretó el “estado de catástrofe” desde la región de O’Higgins, cerca de Santiago, hasta la de Biobío. Desde junio, esta zona enfrentó las mayores lluvias en 30 años, exacerbadas por el fenómeno de El Niño.

Fue sólo una réplica de lo ocurrido en el resto del mundo. Según la OMM, los eventos meteorológicos y climáticos extremos tuvieron considerables repercusiones en todos los continentes habitados, con importantes inundaciones y crecidas, ciclones tropicales y episodios de calor extremo y sequía, con los consiguientes incendios forestales asociados.

Las inundaciones causadas por las precipitaciones extremas debidas al ciclón mediterráneo Daniel afectaron a Grecia, Bulgaria, Türkiye y Libia. En este último país, el balance de víctimas mortales fue especialmente elevado en septiembre.

Asimismo, entre los meses de febrero y marzo, Freddy, uno de los ciclones tropicales más longevos del mundo, afectó gravemente a Madagascar, Mozambique y Malawi. En mayo, el ciclón tropical Mocha fue uno de los más intensos jamás observados en el golfo de Bengala.

Deshielos

Otros fenómeno grave es el deshielo de los polos, que inciden en el aumento del nivel del mar, entre otros.

Según la OMM, la extensión del hielo marino de la Antártida alcanzó en febrero un mínimo histórico absoluto desde que en 1979 empezara la era de las observaciones satelitales. A partir de junio, la superficie cubierta de hielo se redujo hasta un mínimo histórico para esa época del año. El máximo anual se alcanzó en septiembre: 16,96 millones de km2, aproximadamente 1,5 millones de km2 menos que la media del período 1991-2020 y 1 millón de km2 por debajo del máximo más bajo jamás observado, que se remonta a 1986.

Asimismo, en el Ártico, la extensión del hielo marino se mantuvo muy por debajo de lo normal, y los valores anuales máximo y mínimo fueron, respectivamente, el quinto y el sexto más bajos jamás registrados.

En la parte occidental de América del Norte y en los Alpes europeos, la temporada de deshielo de los glaciares fue extrema. En Suiza, los glaciares han perdido alrededor del 10 % de su volumen residual en los dos últimos años.

Es el mismo fenómeno que han observado los especialistas chilenos en la Antártida, donde Chile lleva a cabo una importante labor científica, y que este año fue visitada por el Presidente Boric y una delegación de Naciones Unidas, liderada por su secretario general Antonio Guterres.

Por eso César Cárdenas, nuevo presidente del Comité Científico de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), dice que “la forma como manejábamos la Antártica hace 20 años ya no es efectiva”.

El deshielo de la Antártica además es un problema para la rotación de la Tierra y la disminución del hielo marino lleva al planeta más cerca de ello, sobre todo ahora que el agua del mar congelada registró su máximo más bajo entre 1979 y 2023, según alertó el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de Estados Unidos. Si se llegara a derretir todo el hielo de la Antártica, la Tierra comenzaría a girar más lento y el día se haría más largo.

Glaciares

A esto se suman los deshielos de los glaciares de Chile, una reserva clave de agua dulce para el país.

A finales de 2019, justo antes de la COP25, se realizó un inventario de glaciares en Chile, realizado por la Comisión de Minería y Energía del Senado. El objetivo era comprobar su evolución través de imágenes satelitales tomadas desde 2002 y en comparación con el anterior estudio de 2014. Y los datos obtenidos mostraron la desaparición de casi 200 glaciares en Chile.

Este 2023, el diario La Tercera informó que el glaciar Mocho se está derritiendo y es el deshielo a mayor altura observado hasta la fecha en Chile, según calcula un grupo de expertos del equipo de investigación de glaciares GlacioUACh, liderado por el físico Marius Schaefer en colaboración con José Luis Rodríguez y Paul Sandoval Quilodrán, ambos estudiantes de postgrado de la Universidad Austral de Chile.

El glaciar Mocho está a unos 2.000 msnm y es una cuenca sur-este de la capa de hielo que cubre el complejo volcánico Mocho-Choshuenco, en la Región de lo Ríos y es el glaciar mas importante de la región.

El cambio climático además está empeorando la calidad de las aguas de deshielo en la Región Metropolitana. 

Estudios encabezados por Santiago Montserrat, investigador del Advanced Mining Technology Center (AMTC) de la Universidad de Chile, detectaron que las aguas que alimentan al río Mapocho se están volviendo cada vez más ácidas, un fenómeno asociado a la megasequía que afecta a la zona central del país.

“Hicimos una proyección de cambio climático 2030-2050, en la que vemos que hay una disminución de caudal de los ríos del sistema Mapocho, pero en el Yerba Loca los caudales tenderán a aumentar producto de la mayor temperatura y derretimiento de glaciares, por lo que esperamos que la calidad de agua sea peor, porque vendrá más de la parte alta”, advirtió.

Otras consecuencias

La OMM además reseñó en su informe de otros problemas climáticos actuales.

Por ejemplo, las concentraciones de los tres gases de efecto invernadero más abundantes —dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— alcanzaron niveles sin precedentes en 2022, el último año para el que se dispone de valores mundiales consolidados. Los datos en tiempo real de determinados emplazamientos indican que las concentraciones de esos tres gases siguieron aumentando en 2023.

Asimismo, según los datos recabados desde 1993, año en que empezaron a obtenerse observaciones por satélite, el nivel medio del mar a escala mundial alcanzó en 2023 un máximo histórico, una prueba del calentamiento continuado de los océanos y de la fusión de glaciares y mantos de hielo.

En los últimos diez años (2013-2022), la tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial es más del doble que la observada en el primer decenio de la era satelital (1993-2002).

La versión definitiva del informe sobre el estado del clima mundial en 2023, así como los correspondientes informes regionales, se publicarán en el primer semestre de 2024.

Impacto económico

Finalmente, en cuanto al impacto económico, el informe de Christian Aid, una organización británica sin ánimo de lucro, indica que los incendios forestales de Hawái encabezan la lista de los desastres climáticos más costosos de 2023 con US$4.161 por persona.

El segundo mayor costo per cápita fue provocado por las tormentas de mayo en Guam, de casi US$1.500 por habitante, como consecuencia del ciclón Freddy. En Latinoamérica, el desastre climático más costoso se derivó de las fuertes lluvias que causaron extensas inundaciones en las regiones costeras occidentales de Perú a mediados de abril.

“Estimar los impactos económicos de los desastres climáticos es una manera de entender el coste de la crisis climática”, explicó el director ejecutivo de Christian Aid, Patrick Watt. La organización recuerda, asimismo, que las cuantías económicas varían según las condiciones del país en que tenga lugar el evento climático.

“Los desastres son peores para aquellos países que no pueden soportarlos debido a hogares menos resistentes, donde muchas personas trabajan en la agricultura vulnerables a las condiciones climáticas extremas y lugares que carecen de inversión gubernamental en prevención o reconstrucción”, destacan desde Christian Aid.

“La sequía ha provocado peores cosechas, incluida la de un cultivo clave como es la oliva, aparte de peores temporadas de trigo y cebada”, recuerdan los expertos. Los cálculos del impacto económico se basan en el paquete de ayudas puesto en marcha por el Gobierno” y estiman que se llegaron a los 2.400 millones de dólares, lo que a nivel individual asciende a algo más de 45 euros por persona. “No se atribuyen fallecidos al pico de sequía de abril a pesar de los cortes de suministro”, recuerda Christian Aid.

De cara al futuro, la organización destaca que “los gobiernos necesitan urgentemente tomar más medidas a nivel nacional e internacional para reducir las emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático”. Y añaden: “El fondo para pérdidas y daños debe contar con recursos para compensar a los países más pobres por los efectos de una crisis que no es suya”.

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