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Flores mágicas en La Serena CULTURA|OPINIÓN

Flores mágicas en La Serena

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Rodrigo Lagos Vergara
Por : Rodrigo Lagos Vergara Arquitecto y académico de la Universidad del Bío-Bío.
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Con el camino de las esculturas la comunidad quiso también celebrar a la gran poetisa inaugurando una nueva forma de incorporar el arte contemporáneo al paisaje y al espacio público respetando el estilo típico del centro histórico de la ciudad.


Las llamadas “Flores mágicas” son doce esculturas ubicadas en la ciudad de La Serena, obra de la artista francesa Federica Matta. Las piezas, elaboradas con resina sintética y revestidas de vistosos colores, simbolizan flores totémicas de dimensiones gigantescas y fueron instaladas con motivo de la celebración de los 60 años de la obtención de Gabriela Mistral del Premio Nobel de Literatura. Si bien su instalación en la ciudad se ejecuta en mayo de 2005, la inauguración del llamado Camino de las Flores Mágicas es en el año 2006.

El trazado de la actual ciudad fue concebido y desarrollado como parte del llamado Plan Serena, que comprendía todo el borde de la bahía de Coquimbo y fue ejecutado entre los años 1946 y 1952 durante el período presidencial de Gabriel González Videla bajo la dirección de los arquitectos urbanista Guillermo Ulriksen, y paisajista Oscar Prager. Un especial reconocimiento ha recibido la ciudad: el Casco Histórico o Casco Fundacional de la ciudad fue declarado Zona Típica Urbana por el Consejo de Monumentos Nacionales en el año 1989.

En esta zona están incluidas las casonas aristocráticas de los siglos XIX y comienzos del XX, y numerosos edificios de estilo neocolonial y ecléctico construidos como parte del Plan de 1952. Respecto al paisaje, los arquitectos concibieron un sistema de espacios abiertos, con la creación de parques, plazas, áreas verdes y jardines, a modo de anfiteatro formando cuatro terrazas sucesivas que van descendiendo hacia el mar, y un plan experimental de forestación para contener los avances del desierto con especies adecuadas para las difíciles condiciones de salinidad del suelo y a la escasez de agua de riego. Para ello se utilizó flora subtropical de hojas de trama de filigrana, aprovechando las neblinas matinales para el riego, logrando óptimos resultados con acacia visco y jacarandá.

En efecto, la ciudad de La Serena se localiza en la región de Coquimbo, y en los límites del desierto en uno de los llamados Valles Transversales, y posee un clima con precipitaciones escasas donde su mayor característica es la abundante nubosidad, la humedad y las temperaturas moderadas, con inviernos suaves y veranos cálidos. En la también llamada vaguada costera la presión atmosférica es relativamente más baja que en los alrededores, fenómeno que se manifiesta con la generación de nubes cerca del suelo denominadas estratos, con nieblas y lloviznas matinales frecuentes.

La urbe cuenta con un vibrante tapiz urbano entretejido con especies de flores exóticas y nativas que contribuyen y a la promoción de un medio ambiente más blando y un paisaje de un colorido visual que realza el corazón de la ciudad. Entre las primeras destacan por su imponente tamaño los Hibiscus, herbácea de arbustos y árboles de pequeño porte, y la llamada Corona del Inca, con vistosas flores de forma acampanada con cinco pétalos de gran tamaño (más de 15 cm. de diámetro), y colores variados dependiendo de la especie, que suelen surgir en racimos, y entre las nativas el Peumo y el Quillay.

También son comunes en los jardines las Cactáceas, más conocidas como cactus, familia de plantas originarias de América que suelen tener espinas, y las llamadas suculentas – como la Siempreviva o la Doquilla – similares a los cactus, pero con gruesas hojas para acumular la humedad. Las plantas de flores permanentes de los espacios públicos se mantienen en gran parte del año gracias a la humedad del clima, así como también con el riego por parte del municipio, manual con mangueras en áreas verdes y macetas con flores, y con aljibes de agua extraída de los drenes durante la noche sobre las jardineras y árboles de las calles.

Aunque la ciudad no pareciera ser el lugar más idóneo para la biodiversidad, una serie de especies animales se ha acercado a ella formando un grupo claramente dominado por las aves y pajaritos, que se han adaptado a la presencia del ser humano, que adornan el diario vivir con sus cantos y vuelos consolidando importantes poblaciones en el paisaje urbano. Así, por ejemplo, se puede ver a simple vista a estos últimos deambulando entre las zonas blandas y jardines urbanos, como la Tenca y al Chincol – y observando con más detención a Zorzales, Cachuditos o Chercanes -, o escuchar el canto de cortejo de las llamadas Torcaza que han colonizado la ciudad con un éxito insospechado, entre otras aves.

Como parte de este paisaje diverso, el camino de las Flores Mágicas se desplaza por las terrazas en un juego triádrico de sonido, forma y color, haciendo acupuntura sobre los tejidos urbanos blandos y activando sensiblemente sus espacios públicos vinculando con su presencia la arquitectura tradicional con la vida cotidiana de los habitantes en la ciudad.

Su recorrido se inicia en la Plaza Tenri, en la tercera terraza, junto al Colegio Gabriela Mistral donde la poetisa enseñó y se reúnen hoy jóvenes estudiantes; bajando a la segunda terraza por el paseo peatonal de la calle Cordobés llegando a la Catedral, lugar de actividad comercial y de esparcimiento; en las plazas de Santo Domingo y de Armas, lugares de encuentro y de centralidad cívico religiosa; y rematando junto a la avenida Pedro Pablo Muñoz en la cima del parque Pedro de Valdivia, lugar de esparcimiento familiar en la segunda terraza.

La estructura de las piezas escultóricas consiste en un perfil metálico vertical, empotrado en el suelo y atravesado – como si fuera una brocheta – por dos o tres formas cónico-esféricas alargadas separadas por pequeñas esferas, todas ellas de brillantes colores azul, rojo, amarillo, verde y naranjo, coronadas por alegres motivos áureos y estelares que hacen las veces de señales conductoras en el recorrido, recortadas contra el fondo acromático de los edificios del centro de la ciudad.

Con el camino de las esculturas la comunidad quiso también celebrar a la gran poetisa inaugurando una nueva forma de incorporar el arte contemporáneo al paisaje y al espacio público respetando el estilo típico del centro histórico de la ciudad. Si bien este paisaje urbano forma parte de una Infraestructura turística privilegiada, el estado en que hoy se encuentra la ciudad es de bastante abandono y deterioro haciéndose urgente la necesidad de disponer un plan de recuperación, asumiendo la vocación turística de su entorno y el resguardo de sus valores patrimoniales y culturales. En particular la reparación y hermoseamiento de sus espacios públicos y de estas notables esculturas, prontos a celebrar en el próximo año 2025 los 80 años del Premio Nobel de Gabriela Mistral y los 20 años del homenaje expresado a través de la obra de Federica Matta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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