Cuenta la historia de Julieta Valdés, una mujer que carga con el peso de dolores antiguos vinculados a su familia, tragedias sobre tragedias que la asedian y que, además, la han obligado a ella misma a participar de dolores, por decirlo así, más grandes: dolores históricos.
El terror, en tanto género ficcional no solo tiene una muy amplia gama de desarrollo, si no que, además, hoy por hoy, parece gozar de una muy buena salud, pues, novelas, películas y series de televisión, no dejan de aparecer, cosa que quienes somos fanáticos del terror no podemos dejar de celebrar, (aún con la diversidad en la calidad del material).
“Rural” (Planeta, 2024), la nueva novela de Jesús Diamantino, da cuenta de esta buena salud y por muchas razones.
Primero, creo que con esta nueva novela, podemos atestiguar el perfilamiento de lo que podríamos llamar un “autor de género”, ello porque “Rural” no solo es la segunda novela de Dimantino, sino que acompaña a otras publicaciones anteriores vinculadas al género terror del autor: un volumen de cuentos, un libro de estudio y múltiples artículos especializados, es decir, nos encontramos frente a un escritor que posee una línea escritural en desarrollo, centrada mayormente en un lenguaje particular.
Por lo mismo, es justo decir que, respecto de su anterior novela llamada “Los que susurran bajo la tierra” (Zig-Zag), esta nueva entrega supone un avance. “Los que susurran bajo la tierra” es un notable texto, sobre el cual escribí una reseña en este mismo espacio, pero “Rural”, desde mi punto de vista, muestra un avance en términos literarios en varios sentidos.
“Rural” nos cuenta, en términos generales, la historia de Julieta Valdés, una mujer que carga con el peso de dolores antiguos vinculados a su familia, tragedias sobre tragedias que la asedian y que, además, la han obligado a ella misma a participar de dolores, por decirlo así, más grandes: dolores históricos. Julieta, en algún momento, se vio obligada a trabajar con la CNI y, desde ahí, el dolor, la culpa y el horror, se constituyen como parte de su mundo personal. La novela se mueve en el mundo del folk horror, del paganismo y las tradiciones nacionales y europeas, además de retomar la idea del horror político que Diamantino ya ha trabajado en sus anteriores textos.
Ciertamente, la intriga o, en términos menos técnicos, la historia, está mejor trazada que en sus obras anteriores, las distintas líneas argumentales no solo se configuran muy bien, sino que además, se entrelazan elegantemente. Los personajes emergen de forma natural dentro de los hechos narrados y están muy sólidamente tratados, lo que le da una fuerza de verosimilitud al mundo propuesto por Diamantino en la novela; esto suele ser difícil de lograr, pero el autor aquí lo logra de forma excepcional, quizá por lo mismo, cuando lo sobrenatural emerge en el relato, no resulta fuera de lugar y el impacto que causa es, por así decirlo, más hondo.
Vale la pena, además, mencionar que el estilo de Diamantino, su pluma -que es quizá algo muy complejo de reseñar por la particularidad de cada autor- es de muy alto nivel, ello porque combina un cierto lirismo en ciertas imágenes y en sus frases narrativo-descriptivas dentro del texto, las cuales resultan bellas, pero al mismo tiempo, con una concisión y limpieza de las frases que da una fluidez de lectura atrapante.
No se puede, si no, celebrar que este tipo de novelas se publiquen, que las editoriales asuman el riesgo de poner en las librerías ficción (más si se trata de obras de un “subgénero), de hecho, también es pertinente valorar que el objeto libro, desde la portada, el papel y la tipografía, son muy bien cuidados.
En mi opinión, “Rural” es una novela imperdible, tanto para quienes son asiduos al terror como para quienes no, se trata de un libro interesante, fluido y con diversos componentes (folclóricos, políticos, reflexivos) que lo convierten en mucho más que pura entretención.
No queda otra cosa que esperar una nueva entrega de Diamantino.