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A ser claros: hay que rechazar a J.A. Kast en Chile Vamos Opinión

A ser claros: hay que rechazar a J.A. Kast en Chile Vamos

Eduardo Salas Cerda
Por : Eduardo Salas Cerda Abogado. Secretario general del PRI.
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Son muchos los temas pendientes en salud, en educación, en vivienda, en previsión, en seguridad, en libertades públicas, en derechos sociales, en regionalización, en infraestructura, y ningún extremo los solucionará por arte de magia, necesitamos un proyecto de largo aliento, eminentemente demócrata, que nos dé la suficiente paz social y estabilidad política para poder llevarlo a cabo. En eso consiste Chile Vamos y debemos estar atentos al peligro latente e irresponsable de dejarlo caer por populismos, demagogias y virulencia, al pensar en incorporar a José Antonio Kast.


En mi calidad de ex presidente nacional y miembro del Consejo General del partido (PRI), considero urgente y necesario el pronunciamiento explícito de nuestra colectividad en relación con los hechos acontecidos en la derecha en estos días y que pueden afectar gravemente a nuestra coalición Chile Vamos.

Es altamente inconveniente la posible incorporación a Chile Vamos de José Antonio Kast y su movimiento ultraderechista Acción Republicana, básicamente porque el origen del proyecto político de Chile Vamos surge como una alternativa de Centro+Centroderecha de fortalecimiento de la democracia, de la defensa y promoción de los derechos humanos y de una estrategia hacia el desarrollo integral, al cual adscribimos con la única condición de que “la democracia, los derechos humanos y la vida son irrenunciables siempre” en las palabras de nuestra ex presidenta nacional, Alejandra Bravo, en el acto inaugural del referente que llevó a nuestro máximo líder a la Presidencia de la República, Sebastián Piñera Echenique.

La urgencia de esta declaración de rechazo a la incorporación de la extrema derecha se justifica en una contingencia donde diversos actores, como la diputada Camila Flores y el mismísimo José Antonio Kast, pretenden reivindicar, por un lado, un pinochetismo que tanto daño le hizo al país y a la democracia, que justificó la matanza y persecución de compatriotas y, por otro lado, realza un populismo de ultraderecha que, estamos ciertos, dañará la paz social, la justicia y el respeto entre todos los chilenos.

La necesidad de esta declaración a la incorporación de José Antonio Kast al conglomerado, es por el peligro latente de que el proyecto mismo, sensato, moderado y demócrata de Chile Vamos y el éxito de la transición al desarrollo integral que le hemos propuesto al país, queden truncos y, de este modo, nuestro partido termine haciéndose cómplice de una polarización y contienda entre ultras de izquierda y derecha que acabarán por destruir lo alcanzado y construido por Chile desde 1990 hasta hoy. Desde el PRI hemos sido enfáticos en repudiar el ultrismo izquierdista en Cuba, Venezuela, Nicaragua, por el daño irreparable que le hacen a sus pueblos, a sus democracias y a los derechos humanos.

Vivimos tiempos en que es menester ser claros, directos y fuertes frente a las oleadas de intolerancia política, existen una derecha democrática y un centro democrático. Hemos caminado, desde el centro, con esa derecha democrática para darle una conducción y proyecto político y social viable a Chile. Es nuestro deber partidario potenciar el diálogo, los grandes acuerdos país para alcanzar el tan anhelado desarrollo con justicia social y, así, contribuir a concentrarnos en resolver, con las personas, con las familias y con las comunidades, los problemas que afligen a quienes habitamos en esta diversa y hermosa tierra, sobre todo a nuestra clase media popular y a los más pobres, a nuestros pueblos indígenas y a quienes vienen a buscar oportunidades y dan lo mejor de ellos por Chile.

Son muchos los temas pendientes en salud, en educación, en vivienda, en previsión, en seguridad, en libertades públicas, en derechos sociales, en regionalización, en infraestructura, y ningún extremo los solucionará por arte de magia, necesitamos un proyecto de largo aliento, eminentemente demócrata, que nos dé la suficiente paz social y estabilidad política para poder llevarlo a cabo. En eso consiste Chile Vamos y debemos estar atentos al peligro latente e irresponsable de dejarlo caer por populismos, demagogias y virulencia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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