El director del Servicio decidió aplicar a las iglesias la resolución 103 que, si bien no obliga a tributar, sí lo hace respecto a transparentar los ingresos. Por eso, los representantes religiosos enviaron una carta al Presidente para que pueda intervenir.
En una carta recibida por el Presidente Sebastián Piñera, el 11 de enero, los obispos evangélicos piden una audiencia con el Mandatario para expresar «la desazón que existe en los Consejos y Unidades Pastorales en todo el país», como consignó La Segunda. La preocupación no es por la falta de fe religiosa entre los ciudadanos sino porque el Servicio de Impuestos Internos (SII), a través de su director Fernando Barraza, decidió aplicar a las iglesias evangélicas la resolución 103, que rige desde octubre de 2017.
La resolución se aplica a las organizaciones sin fines de lucro comprendidas en la Ley 20.500 y esto significa que las entidades que reciban más de 12 mil UF al año, es decir, unos $300 millones, deben declarar sus ingresos, aunque no tributarlos. En este rango no estaban las iglesias, que se rigen por la Ley de Culto. Eso hasta ahora, que se aplica la resolución del SII.
Las iglesias, según trascendió, temen que este sea el primer paso para que en el futuro deban tributar esta fuente de ingresos. Hasta ahora, existe una zona gris en relación con el dinero que los pastores y sus iglesias reciben de los fieles por concepto de «diezmo» (el 10 por ciento de sus ingresos) y ofrendas.
Por otro lado, la calidad de «pastor» es un título que depende de la cantidad de fieles que se pueda reclutar en torno a un templo. Por otro lado, quien aglutina varios templos puede ser denominado «obispo», que a su vez recibe diezmo, es decir, dinero de los templos que están en su jurisdicción.
Un caso muy ilustrativo de la poca transparencia en la recepción de estos fondos que no se tributan, es el del obispo Eduardo Durán Castro, que está siendo investigado por el Ministerio Público a raíz de su abultado patrimonio y la poca claridad en torno a sus ingresos.
Durán atribuyó estos cuestionamientos a «envidia» de otras personas ligadas a la Iglesia y a maniobras políticas para perjudicarlo. Cabe mencionar que este es cercano al oficialismo, su hijo Eduardo Durán Salinas es diputado y cobró notoriedad al encabezar un cuestionamiento público a la ex Presidenta Bachelet en el Te Deum 2017.
Lo cierto es que Durán recibe por concepto de diezmo unos 30 millones mensuales que no necesita justificar, ni siquiera ahora que rige la resolución 103, que al menos sí lo obliga a transparentarlo.