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El deber socialista Opinión

El deber socialista

Luz María Gutiérrez
Por : Luz María Gutiérrez Candidata al CC Nacional del PS
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Ahora, tras casi 30 años de recuperada la democracia, la unidad del Partido Socialista sigue siendo tan indispensable como antaño, pero siempre en la medida que es una expresión de identidad, cohesión y coherencia. Estoy convencida de que, en las próximas elecciones, conseguiremos recuperar esa vocación unitaria, para sostener ampliamente las ideas que nos hagan mejorar la vida de nuestro pueblo, única vía posible para prestigiar nuestra democracia.


En su columna, mi compañero Camilo Escalona Medina alude al error histórico en que habría incurrido el Partido Socialista en 1979, un relato en primera persona por parte de quien hizo suya la causa de la recuperación de la libertad y la democracia para el pueblo de Chile. Sin embargo, sitúa tal “error histórico” en el año 1979 y no antes. Extraño, prefiero no obviarlo y explico por qué.

Desde luego es otra mi perspectiva, pero no es nada ajena. Nacida en plena Unidad Popular, mi infancia –siempre en Chile– transcurrió entre las penumbras de un país amenazado y las fuerzas que emergen de un pueblo armado de ideas y dignidad.

Ante la frustración de los sueños de (mis) padres y abuelos, se fue acrecentando la fuerza de la resistencia. En esos años 80, la división del socialismo era solo un dato de la causa y no eran 2 las vertientes, fueron más de 20. Pero la división lacerante del PS chileno no se produjo en 1979, sino que en el propio mandato del Presidente Salvador Allende, cuando se instalaron visiones contrapuestas sobre el tiempo y las condiciones requeridas para alcanzar los propósitos del Gobierno de la Unidad Popular.

[cita tipo=»destaque»]En mi opinión, las múltiples divisiones del PS en dictadura no impidieron el desarrollo de la fuerza social, ni dificultaron la concertación necesaria para dar cauce democrático a Chile. Sin embargo, en las postrimerías de la dictadura y de cara al escrutinio democrático, la unidad del Partido Socialista fue un factor de identidad, cohesión y coherencia indudable, por lo que fue buscada, perseguida y alcanzada por Clodomiro Almeyda, Jorge Arrate, Ricardo Núñez y Luis Maira, entre otros.[/cita]

Ciertamente, nada de esto explica el golpe militar, el que –con independencia del adecuado fiato gubernamental– era una vil deconstrucción del triunfo popular, urdido por quienes regularmente han sostenido el poder real en todas partes del mundo y, por supuesto, también en el fin del mundo.

Una interpretación más acorde a los desafíos que actualmente enfrenta la democracia –en el país y en el PS– debiera hacernos mirar el proceso de recuperación democrática, desde dos perspectivas complementarias y convergentes: 1) la de una fuerza política, social y cultural que, mientras más dominaba el miedo, más crecía; y 2) la definición del diseño institucional que fue necesario establecer para poner término a la dictadura.

En mi opinión, las múltiples divisiones del PS en dictadura no impidieron el desarrollo de la fuerza social, ni dificultaron la concertación necesaria para dar cauce democrático a Chile. Sin embargo, en las postrimerías de la dictadura y de cara al escrutinio democrático, la unidad del Partido Socialista fue un factor de identidad, cohesión y coherencia indudable, por lo que fue buscada, perseguida y alcanzada por Clodomiro Almeyda, Jorge Arrate, Ricardo Núñez y Luis Maira, entre otros.

Ahora, tras casi 30 años de recuperada la democracia, la unidad del Partido Socialista sigue siendo tan indispensable como antaño, pero siempre en la medida que es una expresión de identidad, cohesión y coherencia.

Estoy convencida de que, en las próximas elecciones socialistas, conseguiremos recuperar esa vocación unitaria, para sostener ampliamente las ideas que nos hagan mejorar la vida de nuestro pueblo, única vía posible para prestigiar nuestra democracia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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