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Póker previsional: su 4% y 4% más Opinión

Póker previsional: su 4% y 4% más

Luis Machuca
Por : Luis Machuca Ingeniero Comercial (U. de Concepción), Magister en Planificación y Gestión Educacional (UDP), docente universitario y consultor.
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Mucho más importante es, por ejemplo, discutir la opción de separar los aspectos presentes y futuros de la reforma. Derechamente, separar el proyecto: uno orientado a mejorar las pensiones de los ya pensionados o por pensionarse y cuya vigencia debe ser inmediata –en realidad ayer–; otro, orientado a mejorar las pensiones de los actuales cotizantes y futuros pensionados. Sin dejar a un lado, por cierto, otros aspectos no menos relevantes, como corregir definitivamente las distorsiones presentes en la previsión de las Fuerzas Armadas, claramente impresentables en el contexto de las míseras pensiones que recibe el gran universo de pensionados civiles por sistema de AFP.


Quizás si uno de los aspectos en los cuales es más fácil y claro identificar la desorientación y carencia de rigurosidad y estructuración de la discusión de la Reforma Previsional, es el hecho de que el gran tema con que se zanjó la decisión de votar en un sentido u otro la idea de legislar, fue el famoso 4% adicional en la cotización. Más específicamente, qué ente lo administrará. ¿Cómo es que este aspecto absolutamente secundario llegó a convertirse en el punto central? Se generaron distintas interpretaciones respecto al sentido real de lo supuestamente acordado: ¿definitivamente las AFP no tendrán acceso a ese 4%?, ¿habrá una suerte de AFP estatal?, ¿podrán los cotizantes tener la opción de decidir sobre el tema?

Supongamos que, en definitiva, las AFP no podrán administrar ese 4%. ¿Qué ocurrirá cuando, en algunos años más, se tenga que “sincerar” el tema previsional y reconocer que en realidad un 10% más un 4% no alcanzan y que, por ejemplo, se tendrá que incorporar un, digamos, 5% más?

¿Tendrá que haber entonces un tercer administrador de fondos previsionales? No suena razonable. Y menos razonable es haber centrado la discusión en este aspecto, porque se supone que el objetivo de la reforma es mejorar las pensiones y el tema de quién administra o no cualquier porcentaje adicional de cotización, no tiene gran incidencia en ese gran objetivo.

[cita tipo=»destaque»]El Gobierno claramente ha ejercido una suerte de chantaje a la oposición, supeditando cualquier mejora inmediata a las pensiones a una simultánea modificación que se refiere a los futuros pensionados. Por cierto, a los actuales pensionados les tiene sin cuidado quien administrará el famoso 4% y la oposición cayó en el juego, al centrarse también en la discusión respecto a quién lo administrará.[/cita]

Mucho más importante es, por ejemplo, discutir la opción de separar los aspectos presentes y futuros de la reforma. Derechamente, separar el proyecto: uno orientado a mejorar las pensiones de los ya pensionados o por pensionarse y cuya vigencia debe ser inmediata –en realidad ayer–; otro, orientado a mejorar las pensiones de los actuales cotizantes y futuros pensionados. Sin dejar a un lado, por cierto, otros aspectos no menos relevantes, como corregir definitivamente las distorsiones presentes en la previsión de las Fuerzas Armadas, claramente impresentables en el contexto de las míseras pensiones que recibe el gran universo de pensionados civiles por sistema de AFP.

El Gobierno claramente ha ejercido una suerte de chantaje a la oposición, supeditando cualquier mejora inmediata a las pensiones a una simultánea modificación que se refiere a los futuros pensionados. Por cierto, a los actuales pensionados les tiene sin cuidado quien administrará el famoso 4% y la oposición cayó en el juego, al centrarse también en la discusión respecto a quién lo administrará.

Y siguiendo con el tema del 4%, es de esperar que la oposición no renuncie ahora a la discusión respecto al sí relevante punto relativo al destino de ese porcentaje, defendiendo la opción de que una fracción tenga un destino de solidaridad previsional. Debe tenerse presente, al respecto, que el 4% no sale del sueldo del trabajador activo, sino que se proyecta como un aporte patronal. Por consiguiente, no hay lugar a alegar que los trabajadores podrían ser objeto de una suerte de “expropiación” si una parte del 4% tiene un destino redistributivo. No se puede ser objeto de la expropiación de algo que no es propio.

También es esperable que sean discutidos y corregidos otros aspectos altamente cuestionables del actual sistema de AFP, como el cálculo de las pensiones basándose en tablas de expectativas de vida claramente distorsionadas, independientemente de qué ente las esté calculando actualmente.

El caso es que, producto de ello, las AFP se permiten retener por más tiempo del razonable los recursos de los pensionados. Y si tiene dudas al respecto, le recuerdo las importantes sumas de dinero que las AFP tienen actualmente por concepto de “herencias” de pensionados fallecidos. En castellano: esos pensionados vivieron y murieron percibiendo pensiones míseras, entre otros factores, porque sus expectativas de vida fueron erróneamente estimadas.

Si producto de la mejora en las condiciones generales de vida, la sobrevida de un porcentaje de pensionados resulta superar la expectativa estimada por los entes que regulan el tema, la solución va por el lado de un seguro al efecto, fácil de implementar. No por la vía de castigar al universo de pensionados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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