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¿Cuál es el verdadero tamaño de la clase media en Chile? Opinión

¿Cuál es el verdadero tamaño de la clase media en Chile?

Óscar MacClure
Por : Óscar MacClure Sociólogo, doctor en Historia e investigador del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER) de la Universidad de Los Lagos
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La forma de medir el tamaño de la clase media no es consensual entre los expertos. Algunos la miden sobre la base de los ingresos de las personas y los hogares, como en el estudio de Libertad y Desarrollo, pero no hay una sola vara para clasificar según ingresos y, por lo tanto, el tamaño cambia según qué límites de ingresos se consideren. Tampoco hay acuerdo sobre la validez de medir a la clase media según el nivel educacional, la ocupación o el barrio de residencia. Menos aún hay un consenso experto sobre una medición multidimensional que considere simultáneamente todos esos aspectos. Como hay diversas formas de definir la clase media, cuando se habla de ella no todos hablamos del mismo segmento de la población.


Un reciente estudio de Libertad y Desarrollo plantea que la clase media abarca un 65% de la población, lo que a nuestro juicio es una proyección del centralismo que impera en nuestra sociedad, como si la zona oriente de Santiago fuera el país. 

Efectivamente hay un sector integrado principalmente por profesionales universitarios, que podría considerarse claramente de clase media. Pero ese grupo no supera el 25% de la población del país. En ciudades de menor tamaño que Santiago, como las del sur del país, ese porcentaje es todavía menor.

El estudio nombra como clase media a sectores muy distintos en la sociedad chilena. Es cuestionable afirmar que es de clase media un hogar de cuatro personas con ingreso mensual total de $626.021, como afirma el estudio de Libertad y Desarrollo. La mayor parte de la población que el estudio clasifica como clase media, en realidad, vive en una situación de vulnerabilidad y en condiciones muy distantes en comparación con quienes han tenido mejores oportunidades. 

Objetivamente, no tienen el mismo nivel de ingresos, ni el mismo nivel educacional, ni la misma estabilidad en el empleo, ni viven en los mismos barrios, ni tienen tampoco el mismo estilo de vida en comparación con los que han tenido mayores oportunidades. En esos términos, hay gente que salió de la pobreza en las últimas décadas, pero no es propiamente de la clase media.

Evidentemente, si en una encuesta se pregunta explícitamente a las personas si acaso son de clase media o bien de clase alta o baja, un 70% dirá que pertenece a la clase media. Esto se debe a que se ha establecido una imagen de que puede ser denigrante declararse de clase baja o pobre y que la familia de uno tiene una situación desaventajada; por otra parte, muy pocos aceptan la alternativa de que pertenecen a la clase más privilegiada. 

Pero los estudios que hemos realizado evitando esa pregunta directa sobre la pertenencia a la clase media, muestran que muy pocos sienten que la clase media es verdaderamente su identidad en nuestra sociedad. Entonces, cuando se nombra como clase media a un sector amplio de la población, no se representa a un grupo que tenga una identidad compartida. Muchos han logrado salir adelante e incluso mejorar su situación económica gracias a su esfuerzo y tenacidad frente a las dificultades, pero no sienten una pertenencia a la clase media de quienes han tenido mejores oportunidades. 

Al hablar de una clase media tan amplia, se diluyen las políticas públicas: no se proponen medidas nuevas y concretas que favorezcan, por ejemplo, a las familias que tienen ingresos bajos, a las familias numerosas o a quienes enfrentan dificultades ante situaciones como enfermedades.

La forma de medir el tamaño de la clase media no es consensual entre los expertos. Algunos la miden sobre la base de los ingresos de las personas y los hogares, como en el estudio de Libertad y Desarrollo, pero no hay una sola vara para clasificar según ingresos y, por lo tanto, el tamaño cambia según qué límites de ingresos se consideren. 

Tampoco hay acuerdo sobre la validez de medir a la clase media según el nivel educacional, la ocupación o el barrio de residencia. Menos aún hay un consenso experto sobre una medición multidimensional que considere simultáneamente todos esos aspectos. Como hay diversas formas de definir la clase media, cuando se habla de ella no todos hablamos del mismo segmento de la población.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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