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Oscar Landerretche: entre la utopía de ser Pedro Sánchez y el riesgo de caer bajo el «síndrome Pacheco» PAÍS

Oscar Landerretche: entre la utopía de ser Pedro Sánchez y el riesgo de caer bajo el «síndrome Pacheco»

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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El pronóstico para el economista es -a lo menos- complicado, ya que en el socialismo consideraron que “hoy la piscina no tiene agua para nadie”, que cualquier interesado en las presidenciales tendrá que dejar los pies en la calle ya que no tiene asegurado el bolsón de votos de nadie y menos, aspirar que una candidatura del socialismo se defina a puerta cerrada, entre cuatro paredes. Así, el desafío de Landerretche, advirtieron, es demostrar si realmente es capaz o no de generar una conexión con la ciudadanía, ser masivo, sobrepasar la línea del discurso económico y el mundo de la elite, para conectar con los problemas reales como la cesantía, la salud, la delincuencia o las pensiones.


Desde la inesperada irrupción del socialista, Pedro Sánchez, en el escenario político español y que lo catapultó a la presidencia de dicho país, en Chile no son pocos los que en la centro izquierda ven en su figura el molde político que realmente necesita la alicaída oposición para reactivarse y volver a disputar, con algún tipo de chance, el poder. Su juventud, sus convicciones sin complejos en un país donde la extrema derecha llegó para quedarse, sumado a los nuevos bríos que entregó como rostro sin gruesas amarras a viejas figuras de la política, han hecho del líder español un estereotipo y a la vez, una utopía política en las huestes opositoras, especialmente las socialistas.

Y es que en medio de la crisis de conducción y liderazgos que vive la oposición -que no logra aún articularse tras 16 meses de haber salido de La Moneda- de un día para otro apareció el nombre de Oscar Landerretche Moreno, economista, ex director ejecutivo de Codelco durante el gobierno de la ex Presienta Michelle Bachelet, socialista, tercerista y dispuesto a asumir una carrera presidencial en nombre de su colectividad.

Si bien a varios se les abrió el apetito, considerando que su perfil calzaría “en muchos aspectos” con el líder español, hay un pero que aterrizó las expectativas, la experiencia reciente de otra figura socialista disponible, que hace rato ha jugado sus cartas sin lograr mayores resultados: el ex ministro de Energía, Máximo Pacheco.

En el socialismo se le reconoce a Pacheco por la profundidad en su dimensión académica, sus conocimientos del espacio público estatal, su capacidad intelectual y sus convicciones claras y críticas respecto del actual modelo económico. Pero también afirmaron que a pesar de haberlo intentado todo, no ha logrado prender y “pasó a ser uno más de las figuras que vienen desde lo intelectual, desde la élite, que busca ser candidato a partir de un libro”. Si bien el ex ministro hizo trabajo de bases, recorrió el país, se involucró con el Instituto Igualdad -centro de pensamiento de la colectividad- y promocionó como plataforma su aplaudido libro «Revolución energética en Chile», no le alcanzó para aparecer en las encuestas, requisito básico para ser considerado carta presidencial.

En el caso de Landerretche, su disposición, transversalidad política más allá de su partido y el acaparamiento de varias páginas de la prensa escrita “sin antes haber marcado en serio”, hizo que que en la oposición no solo sonara como una historia ya contada, sino que la ”fórmula” les genera suspicacias respecto de su eventual sustento. A diferentes personeros del PS les hizo ruido la rápida irrupción de su nombre, considerando que hasta ahora no hay nadie trabajando en la interna con él ni tampoco “tiene una maquinaria haciendo los movimientos que se necesitan”, lo que hace dudar que cuente con un núcleo de respaldo.

Por eso, en la bancada socialista existe un grupo de diputados que ven la arremetida de Landerretche más como un proceso algo forzado, una suerte de “operación bien marqueteada», ya que no les cuadra su boom mediático con la realidad de una figura que más allá de la elite y las redes sociales, no registra apoyos.

[cita tipo=»destaque»]El próximo año se llevarán a cabo las elecciones municipales y las de gobernadores regionales. Para el momento de realizar esas campañas, cualquier figura del partido que aspire a ser abanderado presidencial ya tiene que tener un cierto piso de respaldo, estar en una situación de referente para que los candidatos quieran sacarse una foto con él. Ese es el margen de tiempo con que cuenta Landerretche para no sucumbir en la invisibilidad, como le pasó a Pacheco.[/cita]

En el PS le reconocen al economista que «su rostro es novedad», como también valoran sus atributos intelectuales, pero coinciden que la mayor dificultad que enfrenta para no caer bajo el “síndrome Pacheco” es comenzar a marcar pronto en las encuestas, porque a pesar de su trayectoria -vinculada siempre a cargos tecnocráticos- su nivel de conocimiento a nivel ciudadano “no alcanza para pelear con nadie”.

En la última encuesta Cadem de la segunda semana de julio, en el listado de conocimiento de personajes políticos, los tres últimos nombres corresponden a Pacheco, la diputada PS, Maya Fernández, y Landerretche, en ese orden. Y luego en la preferencia presidencial espontánea, ninguno es mencionado.

La encuesta realizó un ejercicio de candidatos por partido y en el caso del PS hizo uno con Bachelet y otro sin la ex Presidenta. En el primero, el ex ministro de Energía superó por un punto a Landerretche, pero en el escenario sin la ex Mandataria, el economista le ganó a Pacheco, pero no logró vencer al senador, José Miguel Insulza.

En el PS tienen claro las dificultades de poder levantar un nombre con tan insignificante base de conocimiento, considerando que en la derecha la contienda se desató y tiene al alcalde UDI, Joaquín Lavín, liderando los sondeos. Por eso, el pronóstico para Landerretche es -a lo menos- complicado, ya que en el socialismo consideraron que “hoy la piscina no tiene agua para nadie”, que cualquier interesado en las presidenciales tendrá que dejar los pies en la calle ya que no tiene asegurado el bolsón de votos de nadie y menos, aspirar que una candidatura del socialismo se defina a puerta cerrada, entre cuatro paredes.

El desafío de Landerretche, advirtieron, es demostrar si realmente es capaz o no de generar una conexión con la clase media y las clases populares, ser masivo, sobrepasar la línea del discurso económico y el mundo de la elite, para conectar con los problemas reales de la gente, como la cesantía, la salud, la delincuencia o las pensiones.

Para el analista Ernesto Águila, el ex director ejecutivo de la cuprífera nacional tiene una clara debilidad: “Es poco conocido y no es fácil dar un salto desde la academia a la política. La subjetividad social hoy anda más en torno a los alcaldes, a los que supuestamente hacen cosas concretas. No contribuye a potenciar liderazgos como el suyo la despolitización, una política sin ideas y con desconfianza ciudadana con la política como la que hoy existe. Aparece como un liderazgo que nace más de las élites que de la calle. Con eso debiera romper en serio si quisiera transformarse en una opción presidencial viable».

Aguas divididas

La directiva del PS ya lo dijo, bienvenidas todas las aventuras presidencialistas bajo la bandera roja del partido. El problema es que si bien las puertas están abiertas, no cayó bien en algunos sectores del partido cuando el economista pidió públicamente que el timonel Álvaro Elizalde y la diputada Fernández dieran un paso al costado para poder superar la crisis que atravesaba el socialismo tras su conflictiva elección interna. Es más, eso le valió que varios comenzaran a mirar con desconfianza el nombre de Landerretche.

Dicen que, por ahora, su aspiración presidencial no ha sido tema de conversación formal en la bancada de senadores ni en la de diputados, aunque reconocen que “su nombre divide aguas” en el socialismo. Es que Landerretche no es alguien que internamente en el PS conozcan de cerca, no tiene mucha vida partidaria previa ni vinculación mínima con las bases socialistas. Es más, algunos reconocen que su figura genera, incluso, celos y rechazo.

Basta recordar el mensaje que el diputado PS, Fidel Espinoza, le envió al economista por redes sociales tras su opinión sobre la pugna Elizalde-Fernández: “alguna vez este sr. habrá contribuido con un militante en desgracia? ¿Habrá participado de un núcleo? Lo que sí tengo claro es que jamás siquiera ha ido de candidato a un cargo de elección popular y ha utilizado al @PSChile para tener los más altos y millonarios cargos. Pudor!!”.

En el PS explicaron que el recelo que genera el economista pasa por que ciertos parlamentarios funcionan con una suerte de código, el de respetar solo a quienes «tienen votos, llegada, a los que la gente les pide una foto” y siempre muestran reparos cuando irrumpen figuras sin asidero ciudadano.

No todos piensan así, hay sectores del PS que valoran sus atributos y observan lo que pueda pasar con el economista. Al respecto, Aguila destacó que Landerretche «es una opción legítima, una persona de sólida formación académica y profesional. Dentro del coro homogéneo de los economistas plantea algunas heterodoxias. Por ejemplo, es alguien abierto a considerar nuevas formas de desarrollo económico, que incluya un rol más proactivo del Estado en los procesos de creación de valor, innovación, industrialización y matriz productiva. Tiene todavía que clarificar más sus posturas y desplegar propuestas en diversas áreas, solo entonces, se podrá saber si efectivamente sus ideas apuntan a construir un horizonte postneoliberal para Chile”.

El próximo año se llevarán a cabo las elecciones municipales y las de gobernadores regionales. Para el momento de realizar esas campañas, cualquier figura del partido que aspire a ser abanderado presidencial ya tiene que tener un cierto piso de respaldo, estar en una situación de referente para que los candidatos quieran sacarse una foto con él. Ese es el margen de tiempo con que cuenta Landerretche para no sucumbir en la invisibilidad, como le pasó a Pacheco.

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