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Con Gobierno debilitado y tardío persiste divorcio entre representados y representantes Opinión

Con Gobierno debilitado y tardío persiste divorcio entre representados y representantes

Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile en Cuba y ex subsecretario de Defensa
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Ordenar la propia casa es la tarea primordial y, para esto, se requieren respuestas más categóricas y eficientes al reclamo social. Solo ello puede descomprimir la movilización y de esa forma aislar al violentismo vandálico. También se deben tripular con profesionalismo y competencia las áreas de responsabilidad estatal, desde el manejo de la fuerza hasta el sistema de inteligencia, que permita prever y anticipar los desafíos que enfrenta Chile.


La quinta semana de la crisis muestra que el cambio constitucional será un camino largo y complejo, necesario pero insuficiente, especialmente para dar respuesta a las demandas sociales. La crisis continúa y a ratos la violencia desborda la seguridad pública. Que la crisis tiene más de una cara, lo reconoce hasta El Mercurio, que tituló el fin de semana distinguiendo entre “turbas y manifestantes”.

Con un Gobierno debilitado y reaccionando tardíamente, y una clase política concentrada en el Congreso (con una discutible sobreactuación de sus logros), el divorcio entre representantes y representados persiste, si es que no se ha acentuado en estas semanas. Para completar el cuadro, el comunicado de las Fuerzas Armadas rechazando al Informe de Amnistía Internacional, puso de manifiesto las ya comentadas debilidades de la conducción civil de la Defensa.

Los días que vienen amenazan con ser más de lo mismo, en una crisis que se desenvolverá en tres escenarios: La Moneda, el Congreso y la calle.

En La Moneda escasea la orientación estratégica al mismo ritmo que aumentan los trascendidos y las infidencias de prensa. En el Congreso esta semana tendremos los avances en la letra chica del acuerdo institucional, el debate de la agenda social junto a la citación al ministro de Defensa y los tres comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas a la comisión respectiva. También avanzarán burocráticamente las diversas acusaciones constitucionales. La mítica señora Juanita seguramente va a quedar mareada con tanta actividad, pero seguirá sufriendo las incertidumbres de la crisis. La calle continuará siendo escenario de manifestaciones y también de vandalismo.

Cada día se acerca más fin de año. Época de buenos anuncios, tradicionalmente días familiares y preámbulos de vacaciones. Pero este año viene contaminado de preguntas. ¿Cuándo se cerrará el año escolar? ¿Se podrá exportar normalmente la cosecha? ¿A cuánto estará el dólar a fin de año? ¿Se normalizara el transporte? La incapacidad de las autoridades por construir un camino claro y categórico de salida a la crisis, aumenta la incertidumbre. Muchos perciben un Gobierno muerto caminando. Gobierno zombi, tiene fuerzas para caminar, pero solo se guía por la sobrevivencia.

La economía ya no oculta las heridas que está dejando la prolongación de esta crisis. El país entero se conmueve, pero muchos en regiones se preguntan si Chile es algo más que la Plaza Italia. La crisis ha desnudado las falencias de la comunicación, especialmente la televisión, los límites que tiene la farándula cuando se trata de interpretar lo que sucede en el país real. Hoy no hay mucho espacio para el dilema de si lo que debe primar es «informar» o «entretener». Incluso los “rostros” sufren su propio deterioro.

El debate por los Derechos Humanos proseguirá. Al informe de Amnistía Internacional seguirán varios otros: el de Human Rights Watch, el de la Comisión Interamericana y el de la Alta Comisionada de la ONU. Los procedimientos policiales en el banquillo. La necesidad de una revisión del funcionamiento de Carabineros. Ojo, se trata de una institución en la que en menos de un año el poder político dio de baja a casi medio centenar de generales, algunos de ellos comprensiblemente, por el escándalo de la llamada Operación Huracán. No solo es el funcionamiento institucional el que debe examinarse con rigurosidad, también aquí pena el control civil que debieran ejercer las autoridades del Ministerio del Interior.

Un actor que a la fecha no se ha hecho sentir es la comunidad mapuche. Recordemos que un importante apoyo de contingente se opera los fines de año, cuando centenares de estudiantes becados en universidades de Temuco, Concepción y Santiago, regresan a sus comunidades. Precisemos: la disconformidad no ha subido de tono en el Wallmapu, pero las banderas mapuches flamean en la mayoría de las manifestaciones.

Si Sudamérica se ha transformado en un tremendo rifirrafe, en esta primavera austral Chile ha aportado lo suyo. Eso del “oasis chileno” quedó desnudado. Y como ocurre en tiempos de fuertes borrascas domésticas, todos los radares se concentran en lo interno, mientras en la región están pasando muchas cosas estos días que la crisis local invisibiliza: cambios de mando en Argentina y Uruguay, una Bolivia que pugna por construir una salida negociada a su propia crisis, un malestar latente y no tanto en los restantes países andinos. Y Luis Inacio «Lula» da Silva en libertad, lo que sin lugar a dudas dinamizará la oposición a Jair Bolsonaro.

El malestar social es el común denominador en muchos de los países sudamericanos. En lo que toca a Chile, el propio canciller Teodoro Ribera, en la reciente reunión del G20 en Tokio, reconoció que “el éxito del caso chileno no ha llegado a todos”.

Ordenar la propia casa es la tarea primordial y, para esto, se requieren respuestas más categóricas y eficientes al reclamo social. Solo ello puede descomprimir la movilización y de esa forma aislar al violentismo vandálico. También se deben tripular con profesionalismo y competencia las áreas de responsabilidad estatal, desde el manejo de la fuerza hasta el sistema de inteligencia, que permita prever y anticipar los desafíos que enfrenta Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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