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Centro Cultural Alameda en cenizas: un atentado contra la cultura histórica chilena Opinión

Centro Cultural Alameda en cenizas: un atentado contra la cultura histórica chilena

León Pascal
Por : León Pascal periodista y escritor
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La Intendencia de Santiago y Carabineros de Chile, son a esta altura, a más de dos meses de movilizaciones, un verdadero y paupérrimo desastre intentando «contener» las manifestaciones ciudadanas en las calles, con abierta y cruda represión. Un nutrido y vergonzoso contingente de Fuerzas Especiales coparon la salida del Metro Baquedano en una torpe estrategia de supuesta demostración de «Tolerancia Cero». No se puede pretender imponer la paz social con más represión y violencia. Es una estrategia errada intentar apagar el fuego del malestar social con gases, chorros del guanaco y perdigones. Una falacia sin pies ni cabeza.


Con incredulidad y nostalgia, los chilenos y chilenas, fuimos testigos mudos como ardía por completo el Centro Cultural Alameda, ex cine Normandie, a pasos de la ex Plaza Italia, ahora rebautizada como Plaza de la Dignidad por el estallido social. La imagen dantesca de este emblemático lugar gestor de la cultura histórica chilena convertido en cenizas, aparentemente por una lacrimógena de la policía arrojada contra los manifestantes en las calles, materia, recién en investigación judicial: fue el peor regalo de Navidad y Año Nuevo para nuestra álgida democracia.

La Intendencia de Santiago y Carabineros de Chile, son a esta altura, a más de dos meses de movilizaciones, un verdadero y paupérrimo desastre intentando «contener» las manifestaciones ciudadanas en las calles, con abierta y cruda represión. Un nutrido y vergonzoso contingente de Fuerzas Especiales coparon la salida del Metro Baquedano en una torpe estrategia de supuesta demostración de «Tolerancia Cero». No se puede pretender imponer la paz social con más represión y violencia.

Es una estrategia errada intentar apagar el fuego del malestar social con gases, chorros del guanaco y perdigones. Una falacia sin pies ni cabeza.

La quema «accidental» del Centro Cultural Alameda, transformado en su hall como lugar emblemático de asistencia por la Cruz Roja y voluntarios del SAMU a heridos de las protestas, rebalsó el vaso de la tolerancia y provocó el efecto dominó: El repudio masivo hacia el gobierno del insensible Presidente Piñera y su incapacidad de empatía con el país, ahora, literalmente, en llamas.

La destrucción del emblemático «Centro Cultural Alameda» originará la movilización en masa de los representantes del mundo de la cultura y las artes: actrices y actores, pintores/as; escritores/as; cineastas, fotógrafos, etcétera, junto a la ciudadanía, originará la movilización, en cada rincón del país, clamando por el respeto irrestricto hacia la memoria creativa histórica. Este dantesco incendio de ex Normandie nos trae a la memoria la quema de libros realizado por los militares en las calles post Golpe de Estado en Chile.

Ni las llamas, ni las balas podrán nunca derrotar a la cultura, las artes, música, el amor y los abrazos colectivos.

Como artistas y gestores culturales hacemos un abierto llamado a reconstruir entre todos el Centro Cultural Alameda y no cesar en exigir una patria más libre y justa. Para recobrar la necesaria paz deben renunciar el Intendente y el máximo representante de la policía como un abierto gesto de diálogo previo a la necesaria Nueva Constitución en Chile. Ellos son los responsables morales de la violencia extrema actual en las calles. ¡Viva Chile Mierda!!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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