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Elección de gobernadores regionales: la oportunidad de los criollos de regiones Opinión

Elección de gobernadores regionales: la oportunidad de los criollos de regiones

Egon Montecinos
Por : Egon Montecinos Director Centro de Estudios Regionales, Universidad Austral de Chile
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Los partidos políticos, pero no sus directivas nacionales sino que las regionales -además de promover sus candidatos (as)- tienen la oportunidad de enseñar y promover a sus bases y a la ciudadanía el rol que cumplirá esta nueva autoridad. Las universidades regionales deberán hacer lo suyo, a través de escuelas de formación ciudadana, educación cívica o jornadas de difusión masivas. Los medios de comunicación regionales, los cuales valiéndose de su vocación regionalista, pueden promover el rol que cumplirá la nueva autoridad regional, independientemente de que aún en regiones nadie se haya declarado formalmente “candidato(a)”. La sociedad civil, debe hacer lo suyo, sobre todo exigiendo que los candidatos a dirigir la región se muestren dispuestos a incorporar activamente a la ciudadanía en sus programas de gobierno.


La historia regional del país ha estado cargada de hechos de subordinación de los niveles subnacionales a los niveles centrales de Gobierno y como consecuencia, los líderes de regiones o comunas -salvo excepciones- nunca han cumplido un rol de contrapeso político a las élites predominantes que administran el poder a través de los partidos, el Gobierno y sus ministerios.

A su vez, la cultura política territorial es altamente clientelar y centralista, acostumbrada a que le digan qué hacer y cómo hacer la política regional o municipal. Un ejemplo de esta vieja costumbre, se consagró en la Ley de Partidos Políticos, la cual plantea, por ejemplo, que al candidato a concejal de la comuna más apartada y rural del país, lo debe inscribir el secretario y presidente nacional de su respectivo partido, independientemente del apoyo o de la opinión de los dirigentes a nivel comunal o regional.

Desde que se aprobaron las reformas políticas a la descentralización, esta tensión ha estado presente, especulando mucho sobre las competencias y el poder que tendrán las nuevas autoridades regionales para ejercer su cargo. Pues bien, ha llegado el momento de abandonar esas especulaciones y comenzar a construir el otro poder, el que no se concede desde arriba hacia abajo.

[cita tipo=»destaque»]¿Qué ha pasado hasta ahora? Mientras la elite centralista y santiaguina aún “arrastra el poncho”, a nivel regional siguen las especulaciones de candidatos (as) esperando ¿qué?, ¿qué pospongan la elección? ¿la orden nacional del partido? ¡Por favor criollos de regiones!, salgan con fuerza los candidatos a decir de una buena vez ¡quiero ser gobernador o gobernadora¡ ¡esta es la región que sueño para los próximos 4 años¡. No sigan escondidos hasta que baje la tensión del proceso constituyente, súmense a este momento histórico, informando el rol que podrán cumplir. Este es el mejor momento para hacerlo y el mejor argumento para que los conservadores portalianos desistan de la idea de evitar la construcción de poder político territorial.[/cita]

Ha llegado el momento de construir el poder que se construye de abajo hacia arriba, el poder territorial, aquel que se comienza a gestar desde la promoción de las candidaturas, lo cual implica enfrentar a todos los fantasmas, desde los cerrojos institucionales hasta los herederos políticos de Portales. Ellos buscarán una y otra excusa, para quitarnos a los «criollos de regiones» el derecho político de elegir e influir en nuestro propio futuro y desarrollo. Los herederos de Portales nos dirán “que no es el momento”, “que las competencias son pocas”, “que esperemos un poco más”, o simplemente que “le demos una vuelta”.

El contexto actual, altamente influenciado por el proceso constituyente, es una gran oportunidad para difundir el rol que cumplirán estas nuevas autoridades y promover una amplia participación en las elecciones que se llevarán a efecto en el mes de octubre. ¿Quiénes deben cumplir este rol? Por un lado, los propios candidatos a Gobernador Regional, quienes deberán pedir el voto, pero a su vez explicar el rol que podrán cumplir, el rol de la autoridad con la que deberán cohabitar -el delegado presidencial regional- como su relación con los seremis, servicios, etc. Deberán transformar el proceso político en un verdadero proceso de formación cívica.

Por otro lado, los partidos políticos, pero no sus directivas nacionales sino que las regionales -además de promover sus candidatos (as)- tienen la oportunidad de enseñar y promover a sus bases y a la ciudadanía el rol que cumplirá esta nueva autoridad. Las universidades regionales deberán hacer lo suyo, a través de escuelas de formación ciudadana, educación cívica o jornadas de difusión masivas. Los medios de comunicación regionales, los cuales valiéndose de su vocación regionalista, pueden promover el rol que cumplirá la nueva autoridad regional, independientemente de que aún en regiones nadie se haya declarado formalmente “candidato(a)”. La sociedad civil, debe hacer lo suyo, sobre todo exigiendo que los candidatos a dirigir la región se muestren dispuestos a incorporar activamente a la ciudadanía en sus programas de gobierno.

¿Qué ha pasado hasta ahora? Mientras la elite centralista y santiaguina aún “arrastra el poncho”, a nivel regional siguen las especulaciones de candidatos (as) esperando ¿qué?, ¿qué pospongan la elección? ¿la orden nacional del partido? ¡Por favor criollos de regiones!, salgan con fuerza los candidatos a decir de una buena vez ¡quiero ser gobernador o gobernadora¡ ¡esta es la región que sueño para los próximos 4 años¡. No sigan escondidos hasta que baje la tensión del proceso constituyente, súmense a este momento histórico, informando el rol que podrán cumplir. Este es el mejor momento para hacerlo y el mejor argumento para que los conservadores portalianos desistan de la idea de evitar la construcción de poder político territorial.

Siempre existirán aquellos que querrán posponer o no concretar las elecciones regionales. Es la misma élite que construyó las instituciones centralistas en la constitución de 1833 y se opuso a sus reformas en 1851, 1859, 1925 o los que promovieron la desconcentración administrativa y el centralismo político en 1980. Ellos representan la elite política portaliana, que ve en los territorios lugares donde no se produce ni reproduce el poder político, sino que se sirve a un poder central, que es el que ordena, instruye o dirige al territorio y las instituciones subnacionales.

Hoy y no mañana, es la oportunidad para comenzar a construir un contrapeso territorial donde se deberá producir política participativa y hacer confluir intereses regionales con los nacionales. Así como hicieron los alcaldes al proponer en noviembre un camino para salir de la grave crisis política en la que nos encontrábamos, hoy es la oportunidad para que el poder político regional se comience a construir desde abajo y no desde arriba.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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