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La receta danesa contra el coronavirus Opinión

La receta danesa contra el coronavirus

Lo que hace posible, a Dinamarca y a los demás países escandinavos, ser líderes en muchos ámbitos, es en parte un Estado fuerte que garantiza una vida digna para sus pueblos y un bajo nivel de desigualdad social. Por lo cual, aumentar la inversión en el bienestar de su población, ha sido un buen negocio. Entonces, si a los gobiernos de turno les gusta hacer referencia a los países escandinavos, como Dinamarca, la pregunta es: ¿por qué no copian la idea de disminuir la desigualdad social y así aumentar el bienestar de su pueblo?


Desde el 11 de marzo y hasta la fecha han muerto 593 personas con COVID-19 en Dinamarca, país escandinavo con una población que bordea los 6 millones de habitantes. El primer caso en Chile fue el 21 de marzo, 10 días después que en Dinamarca. Al 9 de junio, Chile tiene 2283 muertes por COVID-19 y cada día aumenta el número. En cambio Dinamarca ha logrado disminuir el contagio, la propagación y, por lo tanto, también el número de fallecidos.

Últimamente fallecen una o dos personas por día, y actualmente hay 73 pacientes hospitalizados y solamente 5 de ellos están conectados a un ventilador. Efectivamente el país ha logrado aplanar la curva de propagación del virus, pero ¿cómo ha sido esto posible? ¿Por qué Dinamarca ha tenido éxito para enfrentar el COVID-19?

Les puedo adelantar que el éxito danés no se debe exclusivamente a que seamos rubios, ni a que nuestros antepasados fueran vikingos o hijos de Ragnar Lothbrok (conocido por la famosa serie Vikingos, de Netflix), sino más bien a un Estado fuerte y a un gobierno responsable que ha manejado la pandemia con medidas de prevención sanitaria.

Por otro lado, Dinamarca es uno de los países con mayor igualdad del mundo en términos económicos, y existe un alto porcentaje de confianza de la población hacia el Estado y el sistema político. Esto ha resultado en una disciplina extraordinaria por parte de la población danesa, al seguir las indicaciones de las autoridades de forma rigurosa para proteger a los más débiles de la sociedad.

Un Estado grande y fuerte

El modelo danés se basa en un Estado de Bienestar universal, en el cual el Estado garantiza el derecho a la salud, educación y previsión social para todos los ciudadanos. A cambio, pagamos alrededor de 40% de impuesto a la renta, y existe un sistema tributario progresivo (mientras más ganas, más aportas al Estado). Al entregar casi la mitad de tu ingreso al Estado, también estás depositando mucha confianza en este.

Lo anterior se ve retribuido con beneficios que recibimos a lo largo de toda nuestra vida: no nos endeudamos para estudiar, no pagamos para ir al doctor, no tenemos TAG o peajes, los jardines infantiles son subsidiados en gran parte por el Estado, lo cual permite que los trabajadores puedan dejar a sus hijos e hijas en estas instituciones sin grandes costos asociados, la escuela básica y secundaria es gratuita, cada familia recibe un monto diferenciado por cada hijo –incluidos los más ricos–, todos los estudiantes universitarios reciben una beca mensual durante 6 años, la cual alcanza para costear arriendo y comida, todos los jubilados reciben una pensión mínima que equivale a $1.000.000, independiente de sus ingresos durante su vida laboral. En el fondo, recibimos mucho del Estado porque este es parte de nuestra vida desde la cuna hasta la tumba.

Por lo tanto, lo que salvó a los daneses en esta pandemia no fue el libre mercado, sino un sistema social robusto y un Estado fuerte que regula la economía y garantiza una vida digna a sus habitantes.

¿Somos menos libres en Dinamarca?

Algunos argumentarían que somos menos libres porque el Estado regula y vigila toda la sociedad y monitorea nuestras vidas. Sin duda, hay gente en Dinamarca que piensa así.

No obstante, habría que definir a qué se refiere cuando hablamos de ser libres. Si ser libre significa dejar toda responsabilidad en cada ciudadano sin garantizar una vida digna para todos, entonces no somos tan libres como los chilenos o norteamericanos, donde cada persona debe velar por su propio bien.

Sin embargo, si ser libre significa garantizar las condiciones necesarias (económicas y sociales) para que cada persona pueda desarrollarse como estime pertinente, entonces, pienso que somos muy libres en Dinamarca.

Obviamente, quedan muchos desafíos y temas no resueltos en la sociedad danesa, pero si comparamos con países muy desiguales y con un Estado débil, como los de América Latina y los Estados Unidos, las personas en Dinamarca tienen mucho más libertad y capacidad para elegir y hacer de su vida lo que quieren.

La clave es invertir en bienestar

No he hecho esta comparación para simplemente decir que Dinamarca es un mejor país que Chile (u otros países golpeados por el neoliberalismo), sino para entregar información y datos sobre una de las sociedades que los gobiernos chilenos siempre miran como un buen ejemplo en otros ámbitos, como negocios, energía renovable, tecnología, innovación, etc.

Lo que hace posible, a Dinamarca y a los demás países escandinavos, ser líderes en muchos ámbitos, es en parte un Estado fuerte que garantiza una vida digna para sus pueblos y un bajo nivel de desigualdad social. Por lo cual, aumentar la inversión en el bienestar de su población, ha sido un buen negocio.

Entonces, si a los gobiernos de turno les gusta hacer referencia a los países escandinavos, como Dinamarca, la pregunta es: ¿por qué no copian la idea de disminuir la desigualdad social y así aumentar el bienestar de su pueblo?

Chile tiene mucho malestar acumulado, hoy es tiempo de dar vuelta el escenario e invertir en el bienestar de los chilenos y las chilenas, no solamente para sobrevivir a esta pandemia, sino también para construir un país con un Estado que proteja y asegure la vida digna de sus habitantes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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