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Volver a jugar Opinión

Volver a jugar

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Si bien hay buenas intenciones y mucha gente depende de la actividad del fútbol, se trata de intentar buscar procedimientos que den una luz de esperanza para tener un retorno lo más seguro posible a las canchas. Más allá de dividir los planteles en grupos, donde no hay intercambio, donde los jugadores llegan vestidos y se duchan en sus casas, el tema central radica, claramente, en lo económico. No son pocas las interrogantes que rodean la intención de reactivar el fútbol nacional.


El Consejo de Presidentes estableció el 31 de julio como la fecha para el posible retorno a la actividad futbolística, algo que depende de la autorización del Ministerio de Salud. Si bien es una intención la de querer retornar, todo dependerá de cómo vaya evolucionando la pandemia y cómo, además, se comporte el mundo del fútbol en cuanto a las consideraciones que deberá tener para prevenir los contagios.

El fútbol chileno, literalmente, lleva casi seis meses sin tener movimiento. Partiendo por el estallido social del 18 de octubre, cuando las autoridades del la ANFP no pudieron ni lograron convencer a los jugadores para retomar el torneo. Jamás se exploró la opción de jugar sin público y se decidió lo más fácil y rápido: terminar todo. Total, las platas del CDF estaban y, con eso, bastaba y sobraba para volver a jugar el 2020.

Sin embargo, nadie contaba con la pandemia del coronavirus y sus devastadores efectos, un escenario complejo del cual es fútbol no es ajeno. Si bien las ligas sudamericanas y torneos internacionales estaban comenzando, las billeteras y recursos de las instituciones ya flaqueaban, por lo que la crisis sanitaria no ha hecho más que ahondar los problemas económicos y muchos equipos, en esta parte del mundo, están a punto de quebrar o desaparecer.

[cita tipo=»destaque»]El fútbol genera trabajo a muchas familias. Considerando desde todo lo que implica una institución, que promedio cuenta con cerca de 200 funcionarios, hasta medios de comunicación, mercado de alimentación, merchandising, etc. El fútbol mueve y genera millones de dólares, pero también ofrece trabajo a miles de personas y eso es una arista que no se puede dejar a un lado a la hora de los análisis, de lo contrario el fútbol profesional chileno está en un coma difícil de poder recuperarse.[/cita]

Si bien hay buenas intenciones y mucha gente depende de la actividad del fútbol, se trata de intentar buscar procedimientos que den una luz de esperanza para tener un retorno lo más seguro posible a las canchas. Más allá de dividir los planteles en grupos, donde no hay intercambio, donde los jugadores llegan vestidos y se duchan en sus casas, el tema central radica, claramente, en lo económico y paso a entregar algunos datos.

Se piensa en que los viajes más cercanos a Santiago –léase La Serena, Coquimbo, Concepción y Rancagua– se realizarían en buses en el mismo día. No pasa por ahí el problema, va por el tema que una delegación de 25-30 personas que componen un equipo, deberían viajar a lo menos en dos buses para así mantener el protocolo de la distancia. Lo de la hotelería también es tema sumamente importante, porque deberá existir la opción de tener estos espacios con piezas individuales, lo que aumenta todo presupuesto posible.

Por ello, más allá del tema en el interior del estadio, donde pareciera ser más fácil cumplir todas las normas –desde la llegada de los planteles, el trabajo de los medios de comunicación y todo lo que implica poner en marcha un partido de fútbol–, es la logística de los planteles con sus viajes, concentraciones y hospedaje, lo que será el gran tema que debe tratar de resolver el fútbol chileno, más aún sabiendo que nuestro país no es generosamente amplio en todas estas ofertas para delegaciones grandes. A eso debemos sumar exámenes preventivos una o dos veces a la semana.

¿Habrá dinero y recursos para todo esto en Chile? Una duda gigante, sabiendo además el momento económico que viven los equipos, de los cuales 18 se acogieron a la Ley de Protección al Empleo, que tiene a cerca de 500 jugadores profesionales esperando por poder volver a cobrar los sueldos pactados en sus contratos. Por eso, no son pocas las interrogantes que rodean la intención de reactivar el fútbol nacional.

El fútbol genera trabajo a muchas familias. Considerando desde todo lo que implica una institución, que promedio cuenta con cerca de 200 funcionarios, hasta medios de comunicación, mercado de alimentación, merchandising, etc. El fútbol mueve y genera millones de dólares, pero también ofrece trabajo a miles de personas y eso es una arista que no se puede dejar a un lado a la hora de los análisis, de lo contrario el fútbol profesional chileno está en un coma difícil de poder recuperarse.

Todos se han olvidado de quienes están involucrados en la Segunda División Profesional. No reciben dineros de la televisión y todas las instituciones sobreviven gracias a la generosidad de los dueños que se meten la mano a los bolsillos. Pero, claro, nadie puede disponer de los recursos de otro y, hoy por hoy, la Segunda División Profesional está a punto de perderse y, con ello, la fuente laboral de más de 300 jugadores.

Si bien llegaron algunos dineros de Conmebol, el fútbol chileno está muy delicado y agonizante. ¿Se podrá volver a jugar? Es lo que muchos anhelan y desean, si es que la pandemia lo permite.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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