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ZZ Top Opinión

ZZ Top

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Ahora tiene un desafío enorme y gigantesco. Lograr revertir la llave de Champions ante el City de Guardiola, que en la ida se impuso 2-1. Una tarea difícil, pero muchos apuntan que «ZZ Top» tiene la experiencia y calidad para lograr lo que parece ser casi imposible. Ha logrado domar un vestuario que históricamente es complejo, lleno de figuras y con un ego enorme. En eso, a Zidane no le tiembla la mano. Si tiene que dejar fuera a una estrella como Bale, lo hace. Si ve que un jugador como James Rodríguez no presenta la actitud necesaria, le da una oportunidad y, si no responde, lo margina. Zidane tiene espaldas para hacer esto. Es solo cosa de imaginarse cuando entra al camarín: campeón del Mundo como jugador, monarca de Europa como futbolista y técnico. Credibilidad absoluta. Nadie podría cuestionarlo.


La banda norteamericana ZZ Top –de texanos de barbas largas y guitarras ácidas– nace en 1970. El 23 de junio de 1972 nacía Zinedine Zidane en el puerto francés de Marsella. Más allá de la música y el fútbol, el alcance de utilizar las letras exactas para comenzar apunta a tratar de definir lo que significa actualmente el entrenador francés, en el club más famoso y grande del mundo, como es Real Madrid.

En 1971 ZZ Top lanzó su primer álbum ZZ Top’s First Album, el cual tuvo excelentes críticas por las influencias del blues y rock sureño. Zinedine Zidane debutaba en “Le blues” –la selección francesa– en 1994. Ese mismo año los rockeros americanos lograban disco de platino con su úndecimo álbum.

Zidane hoy es ZZ Top. Está entre los tres mejores entrenadores del mundo y si bien podemos discutir si el juego del galo con la Casa Blanca es del paladar habitual, los números desde que asumió el liderazgo de los merengues son sencillamente extraordinarios. ZZ TOP ha vendido más de 25 millones de copias solo en Estados Unidos y también con una carrera asombrosa en más de 40 años de actividad.

[cita tipo=»destaque»]Tuvieron que pasar 284 días para que el dueño de la gloria volviese a la cancha del Bernabeu. Venía de regreso el salvador de los blancos, el hombre que podía volver a entregar seriedad, respeto y actitud al club más importante del mundo. Y su retorno fue a lo grande, porque logró la estrella 34 en la liga y sumar su título número 11 con los merengues, entregándole un promedio único en la historia. Cada 19 partidos dirigidos, Zizou levanta una copa.[/cita]

Zizou comenzó en el Real Madrid Castilla, la filial que tiene el poderoso español y desde donde muchos técnicos llegan a ser titulares en el Bernabeu, cuando suenan las campanas de cambio. Previamente como jugador de los blancos e integrando ese famoso plantel de los galácticos, donde además llegaron Figo, Ronaldo y Beckham, el jugador de origen argelino ganó seis títulos con Real Madrid, obviamente la Champions obtenida en Escocia con ese famoso gol de volea ante el Leverkusen, lo elevaron a la categoría de ídolo selecto en la rica historia ganadora del club del barrio Chamartín.

Pero muchas veces en el fútbol, y pasa cada cierto tiempo, los grandes jugadores no siempre llegan a ser gigantes técnicos, claro, salvo excepciones. Por ello, que su primer acercamiento a la banca más pretendida del mundo fue como ayudante del italiano Carlo Ancelotti. Eso fue el 23 de junio del 2013, mientras que los rockeros de barbas largas salían a una nueva gira por Australia, Canadá, Estados Unidos y varios países de Europa.

El francés llega a ser el técnico del Real Madrid tras la salida de Rafa Benítez y, en su primera temporada como titular, logra ganar la undécima Champions para las vitrinas de los merengues. Derrota a Atlético de Madrid, con lo cual se sumó al selecto grupo de quienes han triunfado en el máximo certamen europeo como jugador y entrenador. Su segunda temporada como estratega logra la liga y nuevamente la Champions. Además de la Supercopa europea y el Mundial de Clubes y en 2017 llegó a su tercera “orejona”, logrando además el reconocimiento como el «Mejor Técnico del Mundo».

Pero el Real Madrid desgasta mucho, más allá de las victorias y triunfos pasa la cuenta, las presiones son diarias, porque así es este equipo y Zidane decidió dar un paso al costado. Generó un caos, un cataclismo enorme, nadie entendía por qué el francés en su momento de mayor gloria se iba. Volvemos a la premisa anterior: un desgaste tremendo.

Tuvieron que pasar 284 días para que el dueño de la gloria volviese a la cancha del Bernabeu. Venía de regreso el salvador de los blancos, el hombre que podía volver a entregar seriedad, respeto y actitud al club más importante del mundo. Y su retorno fue a lo grande, porque logró la estrella 34 en la liga y sumar su título número 11 con los merengues, entregándole un promedio único en la historia. Cada 19 partidos dirigidos, Zizou levanta una copa.

Ahora tiene un desafío enorme, gigantesco. Lograr revertir la llave de Champions ante el City de Guardiola, que en la ida se impuso 2-1. Una tarea difícil, pero muchos apuntan que «ZZ Top» tiene la experiencia y calidad para lograr lo que parece ser casi imposible. Ha logrado domar un vestuario que históricamente es complejo, lleno de figuras y con un ego enorme.

En eso, a Zidane no le tiembla la mano. Si tiene que dejar fuera a una estrella como Bale, lo hace. Si ve que un jugador como James Rodríguez no presenta la actitud necesaria, le da una oportunidad y, si no responde, lo margina. Zidane tiene espaldas para hacer esto. Es solo cosa de imaginarse cuando entra al camarín: campeón del Mundo como jugador, monarca de Europa como futbolista y técnico. Credibilidad absoluta. Nadie podría cuestionarlo.

Por eso ZZ Top hoy es uno de los mejores entrenadores del mundo, por todo lo que ha ganado y lo que puede seguir sumando en esta breve carrera como estratego. Un ganador por donde se le mire. Por eso y con permiso de los rockeros texanos, ZZ ToP está en la cima, tal como lo hicieron los barbudos en sus más de 40 años de carrera.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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