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Recursos para la educación y los desafíos que deja la pandemia Opinión

Recursos para la educación y los desafíos que deja la pandemia

Claudio González Rothen
Por : Claudio González Rothen Especialista en educación escolar y docente de Historia y Geografía de la UDEC
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Los aportes directos a las escuelas son los más susceptibles a sufrir recortes en la Ley de Presupuestos 2021. El FAEP, como establece la Ley, disminuirá en un 30% aprox. respecto al año 2020, afectando principalmente iniciativas destinadas al pago de deudas, mantención de escuelas, inversiones en recursos pedagógicos, entre otros. Cabe recordar que el 2021 cuatro nuevos Servicios Locales de Educación se harán cargo de la educación de 16 comunas y necesitarán recursos para apoyar su instalación y correcto funcionamiento. Por ello, es urgente que el Mineduc considere ingresar una indicación para evitar recortes en el FAEP y no afectar el funcionamiento de las escuelas públicas.


Por ahora, la discusión pública sobre educación escolar y pandemia se concentra en las condiciones de la educación a distancia, el retorno a clases y la suspensión de la prueba SIMCE. Sin embargo, a pocas semanas de iniciarse la discusión de la Ley de Presupuestos 2021, se suma una nueva interrogante: ¿habrá recortes en los recursos destinados a educación escolar? Si bien la normativa que regula el financiamiento de las escuelas considera una fórmula excepcional para situaciones como la actual, el entramado del financiamiento es más complejo y necesitará una especial atención de las comunidades educativas y de los legisladores. Intentaré en los siguientes párrafos ofrecer un breve contexto y advertir algunos nudos críticos de esta discusión en el corto y mediano plazo.

Para contextualizar, en 1981, durante la dictadura cívico-militar, se implementaron una serie de políticas de contrarreforma al sistema escolar. La más relevante por sus efectos fue la creación de un sistema de financiamiento a través de un conjunto de subvenciones o vouchers. El sistema puso a competir escuelas públicas y privadas por financiamiento, constituyéndolo en eje predominante de la reestructuración del sistema escolar para funcionar, en doctrina neoliberal, como mercados educativos. Para que un mercado educativo sea “efectivo” requiere que las escuelas de peor rendimiento pierdan estudiantes y eventualmente cierren, mientras que las de mejor rendimiento, los ganen.

Como mencioné anteriormente, el sistema de financiamiento es un entramado complejo. Los recursos destinados a educación escolar pública se dividen en dos: 1) subvenciones por asistencia y vulnerabilidad, como lo son la subvención general y SEP; y 2) aportes directos, como lo son los recursos para infraestructura, equipamiento, funcionamiento de los Servicios Locales de Educación y el Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP). Las subvenciones representan el 87,5% y los aportes directos representan un 12,5% del total de recursos públicos. Si bien durante los últimos años los recursos a educación aumentaron, la mayoría de los municipios declaró en 2019 que realiza transferencias del presupuesto municipal a educación que suman $180.000 millones aproximadamente (según lo reportado en el Sistema Nacional de Información Municipal).

En consecuencia, las comunidades educativas deberán enfrentar en el corto plazo tres problemas.

1) Los recursos asignados por subvenciones son “variables”, es decir, sus montos dependerán de la asistencia de los estudiantes; mientras que los costos de funcionamiento de las escuelas –agua, luz, internet, insumos, remuneraciones, entre otros– son “fijos”. Por otra parte, el Mineduc proyectó en 80 mil los estudiantes que podrían abandonar los estudios por la pandemia, aumentando la tasa de deserción. No es razonable que frente a esta situación se introduzca mayor incertidumbre en las comunidades educativas fuertemente afectadas por la crisis sanitaria y económica. El Mineduc deberá evaluar mantener, al menos por el año 2021, un financiamiento permanente y no por asistencia de los estudiantes; al mismo tiempo que deberá diseñar políticas y programas destinados a los estudiantes que, proyecta, abandonarán el sistema escolar.

2) Los municipios realizan transferencias desde sus presupuestos a educación porque los recursos que reciben por subvenciones y aportes directos no son suficientes para cubrir los costos de funcionamiento de las escuelas. Hay que considerar que los recursos propios de los municipios serán destinados en ayudas a las familias a propósito de la situación de crisis. Por consiguiente, estos podrían verse disminuidos para el año 2021.

3) Los aportes directos a las escuelas son los más susceptibles a sufrir recortes en la Ley de Presupuestos 2021. El FAEP, como establece la Ley, disminuirá en un 30% aproximadamente respecto al año 2020, afectando principalmente iniciativas destinadas al pago de deudas, mantención de escuelas, inversiones en recursos pedagógicos, entre otros. Cabe recordar que el 2021 cuatro nuevos Servicios Locales de Educación se harán cargo de la educación de 16 comunas y necesitarán recursos para apoyar su instalación y correcto funcionamiento. Por ello, es urgente que el Mineduc considere ingresar una indicación para evitar recortes en el FAEP y no afectar el funcionamiento de las escuelas públicas.

Por último, en el mediano plazo, resulta imperioso que el Mineduc inaugure una discusión amplia y transversal sobre las medidas que se requerirán para apoyar a las comunidades educativas pospandemia y modificar el sistema de financiamiento con el incentivo de un proceso constituyente en marcha. Un sistema de financiamiento que permita materializar la educación como un derecho para todos y todas. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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