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Nueva aventura internacional Opinión

Nueva aventura internacional

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Pero, claro, cada vez que comienza un torneo la ilusión está intacta para quien anhela escalar y proyectarse. Tienen ese derecho, aunque la realidad diste mucho de aquello. Ojalá que esta nueva aventura internacional sea más prometedora, soñar con que algún cuadro nacional vuelva a estar en lo más alto de Sudamérica.


Nuevo sorteo de Copa Libertadores y también de la Copa Sudamericana, que a partir de esta temporada se jugará con el sistema de grupos, emulando al principal certamen continental.

Tanto Universidad Católica como U. La Calera –los representantes chilenos en el mayor certamen de este lado del mundo– tuvieron suerte dispar. Veamos primero a los cruzados, que por fin tienen una zona de grupo más amigable: Nacional de Uruguay, Argentinos Juniors y el ganador de la llave entre Libertad y Atlético Nacional. No es un grupo fácil, sí con opciones reales para los hombres de Poyet, tomando en cuenta esa barrera infranqueable que ha tenido que vivir la institución cruzada en las últimas ediciones, donde siempre había a lo menos una escuadra brasileña. Baste recordar la edición del 2020, donde están Gremio e Inter.

[cita tipo=»destaque»]Sinceremos esto. Claramente, hoy por hoy pedirle a los equipos chilenos que en Libertadores lleguen a una instancia final, es casi imposible. Esos lugares los tienen reservados escuadras argentinas y brasileñas (lo de mayor presupuesto), salvo alguna excepción que aparece de vez en cuando. Lo real y mínimo para U. Católica es avanzar a los octavos. Ese debería ser sí o sí el compromiso a cumplir. A U. La Calera, que realice una fase de grupos digna y en una de esas dar la gran sorpresa, lo que pareciera más alejado en cuanto a una opción de clasificación.[/cita]

Para U. Católica, la responsabilidad es lograr avanzar –a lo menos– a la siguiente fase, siendo Libertad o Atlético Nacional los rivales con los cuales debería luchar la clasificación directa. El actual campeón chileno puede y cuenta con las herramientas para poder lograr esa idea, siendo fuertes de local y robando algún punto de visita.

En el ámbito internacional la suerte para U. La Calera pareciera ser siempre compleja, ya que cuando disputó la Copa Sudamericana, le tocó siempre rivales fuertes. Es cosa de hacer memoria, Chapecoense, Fluminense, Atlético Mineiro, entre otros.

Bueno, la suerte tal vez en esta oportunidad no quiso darles una mano a los cementeros, ya que en el Grupo G los rivales son duros y de mucho rodaje internacional. Anote: Flamengo (campeón 2019), Liga de Quito y Vélez Sarsfield. A priori, un grupo donde los cariocas y argentinos deberían correr con ventaja. Pero los cementeros, que han logrado mostrar interesantes presentaciones internacionales en la Sudamericana, no tienen la obligación de avanzar, sí la ilusión de poder hacerlo.

En la Copa Sudamericana, tanto a Palestino como Huachipato les tocaron grupos complejos. Veamos el de los árabes, que tienen como rivales a Newell’s, Atlético Goianiense y el perdedor de la llave entre Libertad y Atlético Nacional. Rivales fuertes y que lucharán por llegar lo más arriba. Palestino renovó su plantel y seguramente Sierra apelará a la experiencia internacional de hombres como Toselli, Suárez, Farías, Villanueva, Jimémez y Sánchez Sotelo para tener un cuadro que pueda competir.

Lo de Huachipato también es una zona fuerte. Mire los equipos: Rosario Central, 12 de octubre y el perdedor de la llave entre Santos y San Lorenzo. Todos equipos de mayor envergadura económica, pero la propuesta de juego que viene mostrando la escuadra de la usina con Juan José Luvera –con tiraje fuerte a la cantera– le puede entregar más de alguna alegría a los de Talcahuano.

Sinceremos esto. Claramente, hoy por hoy pedirles a los equipos chilenos que en Libertadores lleguen a una instancia final, es casi imposible. Esos lugares los tienen reservados escuadras argentinas y brasileñas (lo de mayor presupuesto), salvo alguna excepción que aparece de vez en cuando. Lo real y mínimo para U. Católica es avanzar a los octavos. Ese debería ser sí o sí el compromiso a cumplir. A U. La Calera, que realice una fase de grupos digna y en una de esas dar la gran sorpresa, lo que pareciera más alejado en cuanto a una opción de clasificación.

Respecto a la Sudamericana para Palestino y Huachipato, no tienen la obligación de clasificar. Los equipos chilenos hace mucho tiempo que no invierten para estar en la discusión y, si bien lo de Coquimbo el 2020 en la Sudamericana fue una sorpresa mayúscula y plagada de méritos, es cosa de revisar la última década y mirar estadísticamente el rendimiento de los chilenos en ambos torneos.

Pero, claro, cada vez que comienza un torneo la ilusión está intacta para quien anhela escalar y proyectarse. Tienen ese derecho, aunque la realidad diste mucho de aquello. Ojalá que esta nueva aventura internacional sea más prometedora, soñar con que algún cuadro nacional vuelva a estar en lo más alto de Sudamérica.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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