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La Ideología de la Descentralización Opinión

La Ideología de la Descentralización

Egon Montecinos
Por : Egon Montecinos Director Centro de Estudios Regionales, Universidad Austral de Chile
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Descifrar la idea de descentralización en los candidatos a constituyentes es igual a desmenuzar la idea de “paz para el mundo”, dado que todos queremos paz, pero algunos la quieren a punta de “bala y tanque”, otros que la logre la Iglesia, otros la quieren sin renunciar jamás al dialogo, otros prefieren dialogar primero, pero después disparar si no se impone la idea original predominante. Ergo, si no se especifica qué se entiende por descentralización y sus mecanismos, podemos encontrarnos con sorpresas durante el proceso de implementación posterior. 


Utilizar la descentralización en el marco de una estrategia para la reducción del rol del Estado en temas sociales, es tan ideológico como usarla para empoderar territorios, gobiernos regionales o locales. Es por esta razón que no se trata de un tema puramente técnico ni exclusivamente político, significa distribuir poder a través de distintos instrumentos a nivel territorial, pero con una clara idea inspiradora de sociedad nacional y regional.

Por ejemplo, la dictadura para cumplir su propósito necesitaba reducir el tamaño del Estado y su participación en ámbitos como salud y educación. Para ello, a nivel municipal impulsó una idea de descentralización que permitiera cumplir el propósito de liberar las capacidades del mercado para prestar servicios en educación y salud, pero con un rol del Estado mínimo a escala nacional y territorial. En efecto, las municipalidades a nivel territorial se desenvolvieron con mínimas atribuciones en esos ámbitos, transformándose en competidores débiles del mercado. En ese entonces, NO distribuir el poder político del Estado en el territorio para cumplir funciones esenciales en salud y educación, fue un acto intencionado, político y altamente ideológico.

¿Cuál es el propósito de la descentralización hoy? En mi concepto, uno de ellos es reducir la desigualdad territorial. Lo cual significa, hacer frente a la incidencia negativa que puede producir el lugar donde habita una persona a su condición de vulnerabilidad social. Por ejemplo, si en Santiago el tiempo de espera para acceder a una hora de médico especialista equivale a “N días”, en algunas regiones de Chile, sencillamente no hay presencia de algunos especialistas. Es decir, la misma pobreza o carencia puesta en regiones se hace aún más dura o estructural para enfrentarla. Por lo tanto, en regiones se requiere un Estado fuerte, no necesariamente más grande, pero con atribuciones y recursos suficientes para enfrentar esas problemáticas. 

Todas y todos los candidatos a constituyentes han manifestado apoyo a la descentralización. Nadie ha manifestado respaldo al actual modelo de Estado unitario que promueve la desconcentración administrativa, tal como lo indica la actual constitución. No obstante, muy pocos se atreven a describir en el marco de qué tipo de Estado quieren distribuir el poder -y la naturaleza de ese poder que desean distribuir- en el territorio. No se logra identificar si lo imaginan en el marco de un Estado federal, regional, unitario, o en el marco de un Estado social o subsidiario. Vale la pena insistir en esto, porque se trata precisamente de des-romantizar esta discusión y examinar cual es la idea de territorio, sociedad y poder tras las distintas propuestas y expresiones de los candidat@s a constituyentes.

Entonces, no dará lo mismo que en la constitución sólo se alcance un acuerdo mínimo y ambiguo sobre la necesidad de contar con un Estado descentralizado, sino se describe con suficiente detalle que se entiende por ello. Una descripción mínima de la descentralización en la nueva constitución nos dejará a expensas del legislador, por ejemplo, respecto de cómo posteriormente se traducirá el poder que se asignará a gobiernos regionales y municipalidades. O sobre qué entenderán por autonomía política, empoderar territorios, poder asimétrico en políticas públicas, autonomía fiscal para regiones y municipios, entre otros aspectos. Una descripción mínima o máxima sobre cómo se entiende el proceso de descentralización, será una disputa ideológica que se dará en la constituyente.

Descifrar la idea de descentralización en los candidatos a constituyentes es igual a desmenuzar la idea de “paz para el mundo”, dado que todos queremos paz, pero algunos la quieren a punta de “bala y tanque”, otros que la logre la Iglesia, otros la quieren sin renunciar jamás al dialogo, otros prefieren dialogar primero, pero después disparar si no se impone la idea original predominante. Ergo, si no se especifica qué se entiende por descentralización y sus mecanismos, podemos encontrarnos con sorpresas durante el proceso de implementación posterior. 

Este es el momento más político para diversos temas que se discutirán en la constituyente, es el momento más político para la distribución del poder en el territorio. La descentralización no se trata de una técnica, es la distribución del poder político en la sociedad regional. El mismo concepto lo usó la dictadura Chilena, lo usan otras dictaduras, el mismo concepto lo usan las social-democracias, las democracias desarrolladas y las no tanto. 

Por ello, es el momento menos adecuado para idealizar o romantizar este concepto y transformarlo en algo vacío, este es el momento para hablar de un tema sobre el cual nunca lo hemos hecho en serio y en profundidad en nuestra democracia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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