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Se nos perdió el gol DEPORTES

Se nos perdió el gol

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Se nos perdió el gol y preocupa. Esta generación nos ha dado tremendas alegrías y siempre estamos agradecidos por ello, pero en la etapa final nos duele no verlos festejando, como esos partidos inmaculados de un 18 de junio de 2010 ante España o el 2017 goleando a México… Este 18 de junio se ganó, pero se nos perdió el gol y no sabemos cómo encontrarlo.


Ante Bolivia en Cuiabá debió ser goleada. En el primer tiempo Carlos Lampe atajó cinco oportunidades claras y además los jugadores chilenos no supieron capitalizar otras dos. Claro, se ganó, sin embargo, la falta de gol es absolutamente preocupante.

Esto, dado que en los primeros cuarenta y cinco minutos, Chile jugó por pasajes muy bien, generando opciones y consolidando a Lampe como un especialista de arruinar jornadas de gloria a la Roja. Ya en San Carlos, en el empate 1-1, el meta que jugó en Huachipato, salvó a lo menos cuatro o cinco goles que estaban cantados. Por un lado, es una buena señal transformar al portero rival en protagonista y otra cosa es no tener poder de fuego.

Y eso en Chile viene pesando hace mucho rato. No solo con Lasarte, esto viene desde el final de la era Pizzi, pasando por Rueda y ahora con el técnico uruguayo. Si bien aún siguen vigentes y más que nunca los dos goleadores históricos de la Roja, Alexis Sánchez (46) y Eduardo Vargas (39), depender exclusivamente de ellos pasa a ser una dependencia peligrosa.

Por eso, buscar soluciones goleadoras se hace una urgencia, aunque no hay mucho por donde aventurar. Ben Brereton está haciendo sus primeras armas y precisamente no es un goleador de fuste. Jean Meneses tampoco se destaca por tener poder de fuego, es más bien un asistidor. Otras opciones son Felipe Mora, quien no ha tenido oportunidades de sumar minutos, o Carlos Palacios, que también es un jugador que va más por fuera.

Desde Humberto Suazo camino a Sudáfrica, que Chile no logra tener un artillero consolidado. Porque, sinceremos el discurso, Sánchez es goleador histórico, pero no se caracteriza por marcar en forma constante. Vargas, hace mucho rato viene jugando de “nueve falso” y, si bien se reencontró con el gol ante Argentina, llevaba once partidos sin marcar por la selección y eso ya estaba generando cierta inquietud, al punto de que muchos en el medio lo cuestionaban, no obstante el delantero del Atlético Miniero sigue siendo un aporte, según la visión de Martín Lasarte.

Si empezamos a considerar los últimos cinco partidos de la Roja, se han anotado seis goles, tomando en cuenta que por partido a lo menos la selección genera tres o cuatro jugadas claras de gol. Es una media baja de aprovechamiento de estas y eso, tarde o temprano, te puede pasar la cuenta ante un rival más de peso o jerarquía.

Especialmente en los dos últimos juegos ante Bolivia, Chile generó mínimo, en San Carlos, seis claras y ayer en Brasil, fueron siete. Un empate y una victoria, dos partidos que debieron ser goleadas, terminaron siendo de sufrimiento e inquietud.

Lasarte no tendrá la solución a mano por ahora, porque busca lo que existe, no tenemos ese “pepero” insigne o ese jugador que sabe aprovechar todas las instancias del juego, como rebotes, ubicación o por jugada personal.

Necesitamos con urgencia ese hombre gol, ese que muchos tienen; como Cavani, Suárez, Firmino, Gabigol, Lautaro Marínez, Rondón, Martins, Zapata o Muriel. Carecemos de él y lo estamos sufriendo en cada partido. Podremos seguir avanzando a lo mejor, pero no tener a Sánchez hoy igual nos pena.

Se nos perdió el gol y preocupa. Esta generación nos ha dado tremendas alegrías y siempre estamos agradecidos por ello, pero en la etapa final nos duele no verlos festejando, como esos partidos inmaculados de un 18 de junio de 2010 ante España o el 2017 goleando a México… Este 18 de junio se ganó, pero se nos perdió el gol y no sabemos cómo encontrarlo.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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