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Fricciones en Lista del Pueblo, el camino solitario del PS y el aislamiento de Cubillos y Marinovic: la Convención Constitucional a días de su instalación PAÍS

Fricciones en Lista del Pueblo, el camino solitario del PS y el aislamiento de Cubillos y Marinovic: la Convención Constitucional a días de su instalación

Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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Si bien han existido varias declaraciones previas de grupos constituyentes, el factor sorpresa y la novedad siguen siendo ingredientes para el funcionamiento de la Convención, pues no existe una coordinación general. La Vocería de los Pueblos se ha levantado –hasta ahora– como la mayor instancia de convergencia de independientes, feministas e integrantes de la Lista del Pueblo, que ha logrado dialogar con la Lista Apruebo Dignidad (FA y PC), aunque también ha tenido sus bajas y fricciones. Estas diferencias tampoco han estado ajenas a la propia Lista del Pueblo, que logró posicionarse exitosamente en la pasada elección. Esas controversias se han observado con más fuerza en la Lista del Apruebo (Unidad Constituyente), donde el quiebre ha sido profundo, con un camino propio del PS, aislando al representante que milita en la DC, Fuad Chahin, y al PPD Felipe Harboe. En Vamos por Chile no hay un trabajo conjunto de todo el bloque, más bien una incipiente organización de los sectores más dialogantes de la derecha, que tienen claro que no lograrán imponer ideas, dada su baja representación en la instancia, quedando a la deriva posiciones más duras, como las de Marcela Cubillos o Teresa Marinovic, sobre quienes esperan que se «automarginen».


“Independientes de los partidos tradicionales, del poder económico y eclesiástico”. Así se definió, a principios de junio, el primer espacio autoconvocado de constituyentes electos, en lo que se conoce como la Vocería de los Pueblos. Fueron 34 integrantes en un comienzo, donde el movimiento feminista tuvo un rol en su conformación. Se instalaron independientes e integrantes de la Lista del Pueblo. Algunos se fueron, otros llegaron y hoy son más de 40 los nombres que aparecen en cada declaración de esa instancia.

La Vocería de los Pueblos es uno de los espacios que ha estado más activo desde la elección de convencionales constituyentes, siendo su llamado más polémico el no subordinarse al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019. Pero también es la que ha logrado agrupar a la mayor cantidad de integrantes de la Convención Constitucional, dentro y fuera de este grupo, como fue la reunión, realizada el lunes, que convocó a 87 constituyentes de la Vocería de los Pueblos, escaños reservados de Pueblos Originarios, la Lista del Pueblo, Apruebo Dignidad, Lista del Apruebo e Independientes No Neutrales. La idea central era concitar acuerdos en los criterios comunes para el día de la instalación, lo que no se consiguió en lo concreto. Es más, la Vocería de los Pueblos sostuvo, en un comunicado, que se acordó una comisión transversal para preparar una próxima convocatoria autoconvocada, y que publicarían un acta de esa reunión. Sin embargo, algunos de los asistentes, que no son parte de la Vocería, admitieron en privado que existió algo de molestia con esa declaración, pues –según ellos– no hubo acuerdos ni actas.

Paralelamente, los constituyentes de Apruebo Dignidad –que agrupa al PC, Frente Amplio e independientes– han realizado actividades y declaraciones, como un cabildo en el distrito 11, espacio al que denominan los constituyentes del «Rechazo”, o sea, que no quieren cambiar la Constitución del 80. Sin embargo, los frenteamplistas también han tenido actividades por separado. En la discusión de los distintos temas se han conformado plataformas transversales, como la de Feministas Constituyentes y Plurinacionales, también otras en áreas medioambientales, de educación y de niñez, como asimismo en materia de derechos humanos.

De todos modos, los distintos sectores auguraron que la Convención será un espacio político distinto a los que hoy funcionan, donde las posibles alianzas serán más dinámicas, o que ni siquiera se requieran en determinados temas, porque naturalmente primará una visión más reformista o progresista, dada la conformación de la agrupación. Por ahora no hay ninguna vía que convoque a todos los constituyentes: ni WhatsApp, ni correos, ni nada. Solo la organización o incipientes preacuerdos de grupos particulares o incluso, en algunos casos, bilaterales.

Ignacio Achurra, constituyente del distrito 14 por el Frente Amplio, consideró que “es muy temprano para pensar que estamos en condiciones de generar articulaciones políticas que nos permitan alcanzar 2/3 en diferentes materias”. El actor enfatizó que los acercamientos serán mucho más fluidos que en el Congreso. “Esto no va a funcionar como con bancadas rígidas, donde cada bancada de un partido defiende los intereses institucionales, electorales, está dialogando con la Presidencia, en una estrategia de revancha. Aquí las articulaciones van a ser mucho más líquidas, las fronteras se van a atravesar y se van a armar grupos de constituyentes en base a orden temático”, dijo, añadiendo que ya está coordinando un trabajo con Malucha Pinto (PS), en cuanto a las artes y la cultura.

El desmarque socialista, el aislamiento de Chahin y Harboe 

“Su futuro es algo que está evidentemente en el aire y, por lo menos, mi opinión es que ha cumplido esa etapa”. Fue lo que dijo el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, sobre Unidad Constituyente, que tras la derrota electoral de mayo y el fracaso de las primarias presidenciales, quedó en el suelo. No solo en la articulación de las cúpulas partidarias, también en la misma Convención Constitucional, donde no hay coordinación desde la elección y donde hay partidos que no existen, como la DC, el PPD y el PR. En este contexto, la única colectividad que sacó más constituyentes electos, el Partido Socialista, decidió emprender un rumbo propio, y sus nuevas autoridades se organizaron bajo el Colectivo Socialista, que ellos definen como “de puertas abiertas». El espacio, que agrupa a los 15 constituyentes socialistas y en cupo PS, ha estado trabajando con el Instituto Igualdad, el think tank de la tienda.

En el PS explicaron que hay dos factores, siendo uno el interés de organización entre militantes e independientes electos en cupos socialistas en temas y conceptos relevantes. Otro es la decisión de tomar distancia de nombres como Fuad Chahin (DC), quien –dicen– genera desconfianza por su cercanía con la derecha y el Gobierno en proyectos que se han tramitado en el Congreso, y con Felipe Harboe (PPD), a quien algunos definen como “un representante de la vieja política”, del «partido del orden».

El expresidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chahin, ni siquiera ha tenido coordinación con Christian Viera (constituyente independiente en cupo DC). El renunciado expresidente de la falange aclaró que priorizará el trabajo con quienes compitieron en su lista. “Voy a trabajar con todos los que estén disponibles, pero naturalmente que mi espacio más cercano son los constituyentes que resultaron electos en la lista del Apruebo”, dijo. En su colectividad algunos creen que la DC «tiene poco que hacer» y que «es difícil que no seamos irrelevantes en la discusión».

Tampoco hay una coordinación concreta con Renato Garín, quien fue en un cupo del Partido Radical, y quien además ha intentado levantar otros grupos de organización, como el que envió una propuesta a La Moneda para la constitución de la Convención y, recientemente, ha participado en actividades con la Vocería de los Pueblos.

Fricciones en la Lista del Pueblo

La Lista del Pueblo fue la gran ganadora de las elecciones de mayo, pero no ha estado ajena a fricciones. Ya en un principio, algunos de sus integrantes reconocieron que se trata de un espacio que convoca a independientes que, si bien tienen coincidencias en temas claves, también alojan diversidades en posturas específicas, como Rafael Montecinos, quien dijo en El Mercurio que no conversaría nunca con la derecha, algo que fue matizado por otros integrantes del bloque. Varios de los consultados admitieron que, tras el congreso realizado por la Lista del Pueblo, se generaron algunas distancias en cuanto a la proyección política.

De los 27 constituyentes electos, sus últimas declaraciones públicas las firmaron entre 13 y 16. Además, algunos de ellos, si bien forman parte de la Vocería de los Pueblos, se retiraron o no aparecen en sus declaraciones, como Manuel Woldarsky y Giovanna Grandón (la tía Pikachu).

Uno de los integrantes de la Vocería de los Pueblos sostuvo que “entre ellos (la Lista del Pueblo) tienen algunas diferencias y su cúpula no estaba muy de acuerdo con este espacio, donde hemos dialogado con otros grupos de convencionales”. De hecho, la Vocería de los Pueblos ya ha tenido acercamientos con el Frente Amplio y, en general, con Apruebo Dignidad.

La inactividad de la derecha y marginación de Marinovic y Cubillos

En todo este escenario, el pacto de Vamos por Chile, que agrupa a los partidos oficialistas e independientes de derecha, no se ha articulado como grupo ni ha tenido una actuación relevante en lo público desde las elecciones. No hay conversaciones para proponer presidente o presidenta, tampoco propuestas claras para la instalación, como han hecho otros grupos de convencionales.

De todos modos, hay una incipiente coordinación de los constituyentes «más dialogantes» y de posturas menos rígidas, como el exministro Cristián Monckeberg; Alfredo Moreno Echeverría (hijo del excanciller); el expresidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte; el economista liberal Bernardo Fontaine Talavera, entre otros. De hecho, algunos han reconocido a Monckeberg como un liderazgo dentro del sector.

En el oficialismo afirman tener claro que hay una mayoría de centroizquierda y que, por lo tanto, no hay forma de que la derecha pueda imponer ideas, sino que la idea es lograr diálogo y consensos en temas relevantes. Algunos apuestan por la automarginación de los constituyentes más extremos de ambos lados. En dicho sector reconocen como «halcones» más duros a Marcela Cubillos y Luis Mayol, Teresa Marinovic y Constanza Hube, entre otros. No hay puentes con ellos, aseguran.

Según constituyentes ligados al oficialismo, el ministro de la Segpres, Juan José Ossa, ha jugado un rol de “colaborador”, y el decreto cuestionado buscó dar caminos institucionales. En cuanto a la participación de la secretaria relatora del Tricel, Carmen Gloria Valladares, como representante del Estado, las fuentes de derecha sostuvieron que esta fue tanteada por Ossa «con muchos constituyentes electos, al igual que el presidente de la Suprema, y fue la solución que más gustó».

¿Quién presidirá la Convención?

Aunque no hay acuerdos cerrados sobre qué nombres promover para presidir la Convención Constitucional, ni una visión unitaria, sí existe coincidencia en varios sectores independientes en que debiera ser una mujer, tanto para dar una señal del carácter paritario de este espacio, como por las competencias que le reconocen, tanto mujeres como hombres, a las integrantes de la instancia. La segunda característica que ha surgido de los sectores de izquierda, centroizquierda y fuera de partidos, es que sea alguien independiente, que mantenga el sello por el que optó la ciudadanía en la elección. Otros también han abogado para que quien presida sea representante de algún pueblo originario. Natividad Llanquileo, Elisa Loncon, Cristina Dorador, entre otros nombres, son algunos de los mencionados entre los consultados. Aunque todo ello se enmarca dentro de una «posibilidad».

Algunos constituyentes postulan que, dado que preferentemente las opciones para la presidencia serán mujeres, la vicepresidencia podría quedar asignada a un hombre. Por estos días los distintos pactos siguen analizando las opciones y esperan arribar con consensos para facilitar la elección de quien comande la Convención Constitucional.

“Alguien que tenga capacidad de diálogo, carácter, liderazgo y la capacidad de organizar un debate que va a ser complejo”, agregó Fuad Chahin. Su postura es coincidente con otros constituyentes, tanto de la centroizquierda, izquierda, derecha e independientes, que sostuvieron que debe ser una figura que tenga la capacidad de estar por sobre los partidos e ideologías y que promocione un ambiente de diálogo, en especial, cuando los temas en tabla sean complejos.

Hasta ahora, hay esperanzas en que se logren consensos en los días que quedan antes de la instalación de la Convención, pues es transversal la idea de que no es bueno demorar decisiones de esta naturaleza, ni llegar el primer día con ánimos que tensionen la instancia, con la conciencia de que el debate en algunos temas será más largo y que el tiempo para construir una Nueva Constitución es acotado.

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