Publicidad
Ecotoxicólogo Ignacio Rodríguez: «No podemos pensar el Chile que queremos para el 2030 con una mirada de 1990» CULTURA|CIENCIA

Ecotoxicólogo Ignacio Rodríguez: «No podemos pensar el Chile que queremos para el 2030 con una mirada de 1990»

“Ya no sirve lo que se escucha habitualmente, de construir más infraestructura gris, como la carretera hídrica, más embalses o grandes obras de drenaje o conducción de agua, eso es una mirada antigua, de los noventa”, sentenció el investigador de la U. Austral. El científico del Centro de Humedales Río Cruces de dicha casa de estudios, propone la idea de construir ciudades resilientes, usar el concepto de ciudades esponja e implementar soluciones basadas en la naturaleza, pues son ideas más adecuadas para el contexto actual.


Déficit de lluvias, escasez de nieve y temperaturas por sobre lo normal. Ese es el panorama que, en pleno invierno, afecta a gran parte del país. El pasado mes de julio de 2021 figuró como el tercer julio más seco en 72 años a causa de la megasequía por la que atraviesa Chile de norte a sur, y ante este desalentador escenario fue que el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, afirmó hace algunas semanas que nos encontramos ante “la peor sequía de la historia”.

Al mismo tiempo y ante este complejo escenario hídrico, Aguas Andinas –que provee de agua potable y alcantarillado a todas las comunas de Santiago, exceptuando a Maipú y Cerrillos– se declaró en Alerta Temprana Preventiva y llamó a los usuarios a hacer un uso eficiente y responsable del suministro. Definitivamente el tiempo se acabó y, por esto, Ignacio Rodríguez, ecotoxicólogo y director del Centro de Humedales Río Cruces de la U. Austral, advierte que ya no podemos pensar el Chile que queremos para el 2030 con una mirada de 1990.

“Ya no sirve lo que se escucha habitualmente de construir más infraestructura gris, como la carretera hídrica, más embalses o grandes obras de drenaje o conducción de agua, eso es una mirada antigua, de los noventa”, sentenció el investigador. El científico del Centro de Humedales Río Cruces de dicha casa de estudios propone la idea de construir ciudades resilientes, usar el concepto de ciudades esponja e implementar soluciones basadas en la naturaleza, pues son ideas más adecuadas para el contexto actual.

“No estamos poniendo el énfasis donde debe estar: en las soluciones basadas en la naturaleza, en la conservación y restauración de ecosistemas como los humedales, que son los que nos proveen de agua de calidad y cantidad”, agregó.

“En general los estados y los gobernantes se enfocan mucho en cómo reducimos las emisiones de C02, lo cual es éticamente correcto para estar acorde con la realidad mundial, sin embargo, para Chile, uno de los países más afectados por el cambio climático, es mucho más urgente la agenda de mitigación y adaptación al cambio climático”, puntualiza el conservacionista, quien propone con urgencia el paso de una ciudad gris a una ciudad esponja (verde) para mitigar los estragos del cambio climático.

Desde el Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile, este experto en escasez hídrica hace años viene proponiendo la idea de construir ciudades resilientes, usando el concepto de ciudades esponja. “Más que construir más embalses y carreteras hídricas, lo que urge es conservar y restaurar los ecosistemas, que son los que proveen agua en calidad y cantidad, que son bosques y humedales principalmente”, explicó Rodríguez, quien lleva años insistiendo en la necesidad urgente de preservar y conservar los humedales como mitigadores de los efectos del cambio climático.

Restaurar para conservar

Uno de los desafíos más importantes y urgentes es discutir cómo vamos a restaurar la naturaleza que se ha perdido, los bosques y los humedales, como ecosistemas clave para entregar agua, cosechar este elemento y distribuirlo de mejor manera.

Las ciudades son sistemas complejos –explica–, donde los ecosistemas naturales deben buscar un lugar para sobrevivir. Tradicionalmente, la planificación urbana ha destinado los parques y áreas verdes en general para estos fines, pero no los humedales, porque no son pensados como ecosistemas nativos.

El problema que tenemos ahora, apunta Rodríguez, es que la lluvia cae en menor cantidad en general durante una temporada, pero cae más en periodos cortos. «Las ciudades esponja son ciudades donde se planifica tener tipos de humedales, jardines de agua, techos vivos, pavimento permeable y otras soluciones tecnológicas que permitan evitar que el agua escurra por las calles e inunde espacios, causando daños en la infraestructura pública y privada o enfermedades”, explicó el ecotoxicólogo.

Implementar el concepto de una ciudad esponja permite mantener ecosistemas en buen estado y funcionales, que sostengan las actividades humanas porque son una fuente de recursos naturales y de sumidero de energía y materiales.

 

Publicidad

Tendencias