La importancia de la cumbre climática que se lleva a cabo por estos días en Escocia no radica en la oportunidad de realizar acciones concretas para prevenir un futuro incierto, sino en la necesidad de tomar medidas concretas para adaptarse a las consecuencias del calentamiento global, algunas de ellas –a estas alturas– ya irreversibles. Estefanía González, coordinadora de campañas de Greenpeace, desde Glasgow, Escocia, explica que hasta el momento lo que más ha abundado son los discursos grandilocuentes y una semántica a tono con conceptos como la ambición climática, pero que, que a la hora se sentarse a negociar, carecen de medidas concretas. Algo muy similar es lo que observa Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, quien repara en que, más allá de la deuda en Chile respecto a medidas de adaptación al cambio climático, el gran problema nacional no son los compromisos, sino las acciones concretas para llevar a cabo en los territorios.
