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Desafíos en Defensa para el próximo Gobierno del Presidente Boric Opinión

Desafíos en Defensa para el próximo Gobierno del Presidente Boric

Rafael Harvey Valdés
Por : Rafael Harvey Valdés Abogado, Diplomado de DDHH de la Universidad de Chile. Ex oficial de Ejército. Único oficial de Ejército denunciante en el fraude “Milicogate”. Gestor del proyecto de ley “Capitán Harvey” que protege a denunciantes de corrupción en las Fuerzas Armadas. (Proyecto presentado el 25 de octubre 2018, aprobado unánimemente el 23 de junio 2020 en la Cámara de Diputado y actualmente en tramitación en el Senado desde el 23 de junio 2020).
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El hecho de criticar, rechazar, opinar y /o denunciar la corrupción, abusos y/o violaciones de derechos humanos de algunos miembros de nuestras queridas instituciones armadas, no nos hace “enemigos” de ellas ni “denunciar en contra de la institución”, sino muy por el contrario, demuestra afecto y respeto y querer el bien mayor para ellas, las cuales se deben a todas y todos los chilenos, sin distinción alguna, y estas reformas –a mi juicio– son el camino para la reconciliación nacional y el reencuentro de nuestras Fuerzas Armadas con la sociedad toda.


Variadas han sido las opiniones y columnas que en los últimos años que se han publicado en materias de la Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas, no obstante, la más acertada y completa ha sido la contenida en el programa de Gobierno del Presidente Boric, que es de esperar tenga un primer impulso por medio de la Convención Constitucional y luego cuente con el apoyo del Poder Legislativo para llevarla a su materialización. 

En los últimos años hemos conocido lamentables noticias que involucran a algunos miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden en hechos gravísimos de corrupción, abusos e impunidad, que han enlodado el prestigio de nuestras instituciones permanentes. 

A mi juicio, y tal como quedó reflejado en varias propuestas públicas que hice al efecto, muy previas incluso del “estallido social” e incluso estando en servicio activo en nuestro Ejército, las siguientes medidas son esenciales para atenuar la corrupción, abusos e impunidad en nuestras Fuerzas Armadas, como asimismo otorgar garantías reales de no repetición:

  1. Formación en Derechos Humanos: este es un ámbito ya abordado en el Programa del Presidente electo Gabriel Boric, que debe ser de especial cuidado y supervisión de parte de la autoridad civil.
  2. Eliminar la justicia militar: es conocido que uno de los pilares de la corrupción y oscurantismo es y ha sido la justicia militar, en la que se ampara el alto mando para sus fines personales y perseguir a subordinados incómodos que denuncian hechos de corrupción. 
  3. Definición del concepto de “seguridad nacional”: actualmente no existe definición alguna de este concepto en nuestro ordenamiento jurídico, lo que ha dado pie a que se ocupe para fines diversos cuando la autoridad se ve amenazada en su zona de confort, por ejemplo, al negarse a entregar información pública relevante y de interés nacional. 
  4. Eliminación de beneficios de pensión y honores militares a quienes sean condenados por violaciones a los derechos humanos y delitos de corrupción, resulta relevante tener esta consideración como consecuencia de los actos de quienes están en servicio activo. 
  5. Llevar al rango legal el concepto de “obediencia reflexiva”, ya que, actualmente, solo es legalmente aplicable la obediencia absoluta y debida, la cual nos ha llevado a episodios como la tragedia de Antuco, como asimismo a diversos hechos de abusos, como la muerte de un civil en manos de una patrulla militar a las afueras del mall en La Serena en octubre 2019, en al marco del “estallido social”. Misma obediencia se ha evidenciado en materias de fraudes. 

Algunas de estas reformas deberán ser de carácter legal, con la participación de la Convención Constitucional y luego con la legislación y reglamentos por parte del Poder Legislativo. 

Finalmente, el hecho de criticar, rechazar, opinar y/o denunciar la corrupción, abusos y/o violaciones de derechos humanos de algunos miembros de nuestras queridas instituciones armadas, no nos hace “enemigos” de ellas ni “denunciar en contra de la institución”, sino muy por el contrario, demuestra afecto y respeto y querer el bien mayor para ellas, las cuales se deben a todas y todos los chilenos, sin distinción alguna, y estas reformas –a mi juicio– son el camino para la reconciliación nacional y el reencuentro de nuestras Fuerzas Armadas con la sociedad toda. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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