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En busca de evitar señales contradictorias, y a pesar de resquemores, oposición y futuro gobierno se comienzan a alinear en favor del proyecto de PGU presentado por la actual administración MERCADOS

En busca de evitar señales contradictorias, y a pesar de resquemores, oposición y futuro gobierno se comienzan a alinear en favor del proyecto de PGU presentado por la actual administración

Durante la semana, tanto figuras cercanas al electo Presidente Gabriel Boric, así como especialistas en la materia y personeros de la oposición, cuestionaron duramente la fórmula presentada por La Moneda que separó el proyecto con el gasto por un lado y el financiamiento por otro.


«Es pan para hoy, hambre para mañana», así definió el electo Mandatario Gabriel Boric, el proyecto de Pensión Garantizada Universal (PGU) presentado por la actual administración y que se terminó por transformar en el primer choque entre el saliente y el entrante gobierno.

Durante la semana, los resquemores de Boric y su círculo cercano fueron respaldados por los economistas José de Gregorio, Andrea Repetto, Eduardo Engel y Rodrigo Valdés a través de una carta a El Mercurio. Y si bien sus argumentos fueron rechazados por el oficialismo y palacio, argumentando que la iniciativa sí contemplaría seriamente un plan de financiamiento, los mismos retrucaron acusando que «también supone utilizar supuestas holguras que no son otra cosa que utilizar un espacio fiscal fantasioso que depende de proyecciones poco realistas», agregando que la estrategia más adecuada sería tramitar la PGU en conjunto con la discusión del pilar contributivo en los próximos meses.

Pero más allá de haber levantado el gallito con la actual administración, el entrante gobierno en conjunto con quienes lo acompañaran se vieron inmersos en una compleja disyuntiva, puesto que uno de los pilares de su propuesta es precisamente aumentar la pensión básica universal, en este caso, a 250 mil. Y si bien son diferentes las fórmulas para darle garantía a un piso mínimo, pararse en la vereda contraria a un tipo de beneficio social como este —se sabe— acarrea grandes costos.

El debate y posicionamiento de uno y otro sector se da en medio de la discusión en el comando del Presidente electo respecto de cómo se piensa trabajar en el futuro pensando en la estrategia para garantizar un piso mínimo parlamentario y de esta forma lograr una mínima tracción para dar soporte a su programa de gobierno.

En este sentido, y con un diagnóstico más o menos claro, es que durante los últimos días las señales de la actual oposición han ido variado su postura, y si a principios de semana parecía que el proyecto no tenía las condiciones para avanzar, hoy el panorama es completamente diferente.

Durante la semana fue la DC la que se mostró a favor, el sábado fue el turno del PC; partido más grande al interior de Apruebo Dignidad, y luego fue el turno del PPD.

A horas de votar la iniciativa puesta en tabla para este lunes, el partido conducido por Natalia Piergentili, a través de un comunicado, anunció que votarán en favor del proyecto gubernamental. «Nosotros vamos a votar a favor de esta iniciativa mañana, porque creemos que es una medida urgente y necesaria para las personas. Sin embargo, compartimos la inquietud que existe acerca de su financiamiento, ya que buscamos que éste sea permanente, y que tal como señalaron algunos economistas, no aumente el desequilibrio fiscal. Como Bancada estamos disponibles a hacer todos los esfuerzos necesarios para encontrar certezas en el financiamiento, y lograr que esta iniciativa salga adelante», sostuvo el Jefe de Bancada del PPD, Raúl Soto.

Por ahora, la idea de los anillos como ticket de ingreso a ciertas esferas de la futura administración ha dejado a varios disconformes, al tiempo que una de las principales tareas en las que trabaja el comando del entrante gobierno es —precisamente— dar con una fórmula que garantice un apoyo mínimo para la futura administración.

Sumados los votos de Apruebo Dignidad y todo el Nuevo Trato Social, se llega a 74, que si bien superan el tercio que no garantiza el conglomerado oficialista, no llegan a tocar el piso de la mayoría simple.

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